Sofía, una historia de desengaños y decepciones
De la Reina emérita se han escrito muchas líneas en estos 80 años.Muchos halagos, también críticas, pero siempre desde el respeto que se ha ganado a pulso
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cuando uno cumple 80 años ha dado muchos pasos en la vida, algún que otro traspiés también, pero ha llegado a ese punto en el que piensas "que me quiten lo bailao" y ya sí, te puedes poner el mundo por montera. Evidentemente algunos más que otros, porque si eres rey o reina, sigues teniendo peaje que pagar cada día. A no ser que seas Henri de Laborde, conde de Monpezat, difunto marido de la reina Margarita de Dinamarca, al que su rebeldía y el no aceptar que nunca fuera nombrado rey consorte, le llevó a protagonizar múltiples desplantes a su esposa. Margarita lo perdonaba todo porque le amaba y estaba loca por él.
Sin esa imprudencia (algunos aseguran que eran caprichos de niño rico) que caracterizó a Enrique de Dinamarca a lo largo de su vida, hay similitudes entre su historia y la de nuestra reina emérita, Sofía Margarita Victoria Federica Schleswig Holstein Sonderburg Glücksburg y Hannover , primogénita del rey Pablo I de Grecia y la reina Federica. Pocos, pero algún desplante se atrevió a hacer a Don Juan Carlos hace muchos años y como la reina Margarita, siempre ha estado muy enamorada de su marido desde que le conociera en la boda de los Duques de Kent y se casara con él en 1962.
Curtida en los sinsabores del exilio, "pasó parte de su niñez en Egipto y África del Sur, pues su familia tuvo que expatriarse durante la segunda Guerra Mundial" (señala la biografía que podemos leer en Casa Real); los cuatro años sin su madre en un internado en Salem, Alemania, de adolescente, y su principado durante los años de tardofranquismo con la incertidumbre de si finalmente ascenderían al trono de España, han hecho de Sofía de Grecia y Dinamarca la gran mujer fuerte que aparenta, y la reina admirada por la mayoría de los españoles.
Y esa fortaleza ha sido el mecanismo, que ha utilizado a lo largo de su vida, para guantar los engaños en su matrimonio y las decepciones que se ha llevado con los matrimonios de sus hijos. Esta última década ha sido para la reina Sofía, "diez años de plomo que comienzan con el divorcio de la infanta Elena, la dolorosa repercusión del caso Nóos en la vida de la infanta Cristina y sus hijos a los que ampara y protege, sin olvidar la relación de Don Juan Carlos con Corinna" destaca en "Sofía: Nuestra reina", la periodista Carmen Enríquez, experta en la Casa Real española. Libro en el que define a la reina emérita como una mujer "con mucha generosidad que se ha ganado el afecto de todo el mundo con su entereza y dignidad ante las adversidades".
Su "veteranía, proximidad y empatía" demostradas en estos 40 años de reinado, han hecho que los ciudadanos la identifiquen como "nuestra reina" por todos sus méritos. Incluso, subraya Carmen Enríquez, "ha sabido llevar muy bien el relevo, que no era fácil", relevo de la actual monarca, la reina Letizia.
Su relación no pasa por un buen momento, por mucho que intenten disfrazarlo, y pese a que fue el apoyo de doña Sofía el que llevó a don Juan Carlos a aceptar el matrimonio del entonces príncipe Felipe con una plebeya con un carácter "de armas tomar". Como ferviente seguidora de los Premios Princesa de Asturias, estuve pendiente del posible paripé en la alfombra azul hasta que tanto los Reyes como la Reina emérita entraran en el Teatro Campoamor y sinceramente, o soy muy suceptible o me pareció que doña Letizia ni miraba a doña Sofía.
Su relación está más embrollada desde la última Misa de Pascua de Resurrección en la Catedral de Palma, donde hubo "una especie de choque de trenes entre la Reina Letizia y doña Sofía, quien quizás no tenía que haber insistido tanto, pero las abuelas somos un poco pesadas" dice Carmen Enríquez para a continuación defender, precisamente a la abuela, "pero lo hizo porque tiene pocas ocasiones de fotografiarse con sus nietas en un sitio público".
Un incidente que dio "una imagen muy negativa de ambas y de la Familia Real, pero supuso un punto de inflexión que sirvió para corregir actitudes y mostrar un positivo cambio de conducta en público a partir de entonces dice la experta en Casa Real. Cambio de actitud como la unidad del verano en Palma ( otra vez Mallorca), cuando vimos a suegra, nuera y nietas comprando en un mercado; cambio de actitud como cuando la Princesa de Asturias y su hermana junto a su madre y sus primos por parte paterna acompañaron a doña Sofía al teatro a ver Billy Elliot, pagaba la abuela; cambio de actitud, días después del encontronazo en Palma, visitando a Don Juan Carlos en el hospital tras su intervención de rodilla el pasado mes de abril.
La profesionalidad de la Reina Sofía ha sido clave en todo este asunto, una vez más, porque "la Reina Sofía ha sido ( y es) una gran profesional" palabras con las que don Juan Carlos definió a su mujer tal y como asegura Jaime Peñafiel que también acaba de sacar libro sobre la reina emérita, "Los 80 años de Sofía" y con ello, don Juan Carlos quería decir, asegura el experto en Casa Real, "que Sofía había sido reina veinticuatro horas sobre veinticuatro horas y no como la Reina Letizia que dijo que quería tener su tiempo libre".
Peñafiel, buen conocedor de la vida de los reyes eméritos afirma en COPE que doña Sofía "como toda mujer, tiene varias facetas: madre, esposa, abuela y Reina. Lo mejor de todo ella es Reina. En las otras ha fracasado". Y ha fracasado porque "no ha educado bien a los hijos. Apoyó todas las bodas demenciales de sus hijos. Se ha visto el resultado, no lo digo yo" escuchamos a Jaime Peñafiel que recuerda que "doña Sofía dijo siempre que Urdangarín era un chico bueno, de una moral intachable. Así lo definió. Con Marichalar acabó en divorcio. Y lo de Felipe, ahí vamos tirando como podemos".
Dentro de la entereza que la caracteriza, podemos incluir, como ha soportado las infidelidades de su marido. Nunca perdió la sonrisa en público cuando tenía que acudir a actos publicos acompañando a don Juan Carlos. Nunca la oiremos pronunciarse en público o hablar mal del hombre del que se enamoró perdidamente.
80 años son toda una vida, la Reina Sofía los ha cumplido este viernes y lo ha celebrado con la familia.