La soledad no deseada, un problema social que despierta la solidaridad vecinal

Cada vez surgen más iniciativas para paliar este sentimiento que afecta a 6 de cada 10 mayores y tiene impacto en la salud

Sandra Asenjo

Publicado el - Actualizado

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En España, más de dos millones de personas mayores de 65 años viven solas. Es cerca de la mitad de los 4,7 millones de hogares unipersonales que hay en nuestro país, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Muchas de ellas sufren lo que se denomina la soledad no deseada, un problema social que despierta la solidaridad vecinal, en un contexto en el que estamos avanzando hacia una sociedad, cada vez, más envejecida.

De hecho, el INE estima que, en el año 2050, una de cada tres personas tendrá más de 65 años y un tercio de los hogares españoles estará formado por una sola persona. En paralelo, cada vez surgen más iniciativas para paliar este sentimiento que afecta a 6 de cada 10 mayores y tiene impacto en la salud.

Dolores tiene 92 años y vive sola. Cada jueves recibe la visita de su voluntaria: "Estoy encantada, para mí es una más en la familia. Jugamos a las cartas y al parchís. Yo hago punto y le enseño. Sé que lo que necesite de ella, lo voy a tener, y ella conmigo también", cuenta a COPE.

Su voluntaria es Cristina, de 23 años. Lleva un año colaborando con la Fundación Grandes Amigos: "Es una experiencia única en la que, no solo tú aportas a alguien, sino que esa persona también te aporta a ti. Desde el fallecimiento de mi abuela, como ya no podía ayudarla más a ella, decidí ayudar a otras personas. Así conocí a Dolores, que es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida, porque es una mujer increíble y extraordinaria, llena de vida", relata esta joven.

La Fundación Grandes Amigos lleva 20 años luchando contra la soledad no deseada de las personas mayores, creando lazos de amistad con vecinos voluntarios. De ella forman parte más de 1.700 mayores y más de 2.000 voluntarios. Para hacer los emparejamientos, no solo tienen en cuenta la proximidad, sino la afinidad y que tengan gustos en común.

Los resultados que maneja esta fundación son más que positivos. El 96% de los mayores que participan en su programa, asegura que su estado de ánimo ha mejorado considerablemente desde que reciben este acompañamiento. Además, 8 de cada 10 van más allá y dicen que, ese sentimiento de soledad no deseada, está desapareciendo.

"En este contexto en el que cada vez avanzamos hacia un mundo más envejecido y solitario, donde nuestros seres queridos, si los tengo, van a estar cada vez más lejos, entendemos que lo más sensato es mirar a lo cercano. A ese modelo de relaciones vecinales de toda la vida donde tú puedas generar relaciones sociales, de cercanía, redes de apoyo vecinal, con la gente que tienes cerca, aunque no sean de la misma sangre", explica a COPE su coordinador de comunicación, José Ángel Palacios, que considera que el modelo tradicional que había en los pueblos hace años, y que se está perdiendo, es la clave para abordar la sociedad del futuro.

Uno de los grandes problemas de la sociedad actual es el edadismo, la discriminación por cuestión de edad. En este sentido, Palacios considera que es un error intentar ayudar a las personas mayores, pero no contar con ellas de forma activa.

"Esto se debe a que hay un punto de vista paternalista. Las vemos como personas que ya no pueden hacer nada. El reto es integrarlas, empoderarlas y que, además de aportar su experiencia, todo lo que han vivido también sume al presente y al futuro", reivindica el coordinador de comunicación de esta fundación, que añade: "la gente no quiere relacionarse con las personas mayores. Esa es la realidad. Incluso nos meten en la cabeza a través de la publicidad que tener arrugas o canas es algo malo. Es curioso porque todo el mundo quiere llegar a ser mayor, pero sin parecerlo, y esto genera rechazo hacia la vejez. Deberíamos tomar conciencia de ello porque todos, algún día, vamos a ser mayores".

Esta no es la única iniciativa que ha dejado bueno resultados en la lucha contra la soledad no deseada. También encontramos algunos casos en las residencias de mayores.

La pasada Navidad, desde la Residencia de Campolongo, en Pontevedra, lanzaron una llamada de atención. Fue su director, Juanjo López, quien escribió una carta que se hizo viral en internet. En ella contaba que, en un fin de semana, de 100 mayores que viven en esta residencia, apenas 5 o 6 recibían alguna visita de un familiar.

Por ello, Juanjo pidió que, en esas fechas tan señaladas, la ciudadanía se animara a escribir alguna carta, hacer una llamada de teléfono o, incluso, una visita, aunque no conocieran a ninguno de los residentes.

Un año después, Juanjo cuenta a COPE que la situación es totalmente diferente porque, cerca de la mitad de los mayores de la Residencia de Campolongo, reciben muchas más visitas y van con más frecuencia a casa a pasar el fin de semana. Además, muchos voluntarios que leyeron la carta, se han animado a echar una mano y acuden para realizar distintas actividades como obras de teatro, canto o punto.

"Esa llamada de atención, funcionó. Incluso diría que removió algo por dentro tanto a las familias como los vecinos de la zona. Cuando llegas a una residencia, tienes que meter toda tu vida en una maleta y empezar de cero con 70 u 80 años. Es muy duro si no tienes el apoyo de tu familia, si no te hacen sentir que no es una despedida, sino una alternativa para poder vivir de una forma cómoda y tranquila. El impacto de ir a una residencia con el apoyo de la familia, o sin el apoyo, es el agua y el vino", relata Juanjo.

Este es el caso de la Residencia de Campolongo, pero la realidad es que en España hay cerca de 360.000 mayores que viven en residencias y el 60% de los mayores no reciben nunca ninguna visita. Además, en el momento de ingresar en un centro, 7 de cada 10 toman antidepresivos, un 30% más que hace 5 años, algo que empuja la soledad no deseada.

Este sentimiento afecta a nivel fisiológico de varias maneras. Primero, aumenta los niveles de cortisol, lo que incide en el sistema digestivo e inmune. También está relacionado con enfermedades del corazón o, incluso, la diabetes.

Desde el punto de vista psicológico, las personas que sienten esta soledad no deseada, tienden aún más al aislamiento, lo que conlleva un mayor riesgo de ansiedad, depresión y un mayor deterioro a nivel cognitivo. También, trastornos del sueño y, en última instancia, puede derivar en ideas suicidas.

Por eso, como apunta la psicóloga, Blanca Cogollos, debemos tratar de mantenernos activos a todos los niveles: "Es recomendable participar en asociaciones culturales, cursos o talleres. El deporte es una estupenda herramienta terapéutica para quienes tienen un estado de ánimo bajo. El

por ejemplo, ayuda a las personas mayores a mantenerse activos y a relacionarse con su entorno. También es recomendable caminar, al menos, media hora al día. Y, sobre todo, mantener planes, hobbies y rutinas diarias. El estar ocupado hace que esos pensamientos disfuncionales, no tengan tanto impacto en nuestra cabeza".

Según el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, el 13,6% de la población española asegura que se siente sola. Sin embargo, 6 de cada 10 personas mayores, han experimentado sentimientos relacionados con ella en algún momento, según datos del Observatorio Social de la Fundación La Caixa.

Estas cifras dejan otra consecuencia: El gasto de 14 mil millones de euros al año, principalmente en Sanidad.

Es evidente que es trabajo de las administraciones aplicar políticas que reduzcan el aislamiento, para que las personas mayores no se conviertan en las grandes olvidadas. De hecho, en otros países ya se han puesto a trabajar para abordar este problema como una prioridad.

Por ejemplo, en Francia, donde los programas de voluntariado se han desarrollado de una manera muy extensa. También en Japón, donde los pueblos y las ciudades pequeñas funcionan como una "gran familia" colaborativa, aunque desde el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, consideran que el ejemplo a seguir es Reino Unido: "Su observatorio pertenece a la administración, lo que ayuda a aplicar mejores políticas. Allí empezó además una gran campaña de sensibilización, durante dos o tres años, por todos los barrios para hablar de la soledad y sus efectos, que además fue acompañada de un plan estratégico en el que pusieron deberes y reformas en todas las áreas administrativas", cuenta Matilde Fernández, presidente del Observatorio.

En España, se está avanzando en esta materia, pero Matilde Fernández considera que vamos un paso por detrás: "Alicante ha sido una de las primeras ciudades que ha implantado los pisos compartidos. También encontramos otro ejemplo en Muros de Nalón, en Asturias, donde se han construido apartamentos en los que vive gente muy joven y sus vecinos son personas mayores, esa es la condición para vivir allí, pero todavía, esto que se denomina

, no está muy desarrollado aquí, como sí ocurre en Estados Unidos, ya que conlleva una importante inversión económica", subraya la presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada.