Solo una de cada cuatro familias instalan control parental en el móvil
9 de cada 10 menores de 10 años tiene acceso a Internet y 1 de cada 4 incluso móvil según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
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Un acceso masivo a la tecnología que brinda oportunidades pero que lleva aparejados ciertos riesgos. Pese a ello y a que la mayoría de los padres se muestra preocupado ante los peligros digitales para sus hijos, solo el 26 por ciento de las familias españolas utilizan alguna herramienta de control parental, frente al 34 por ciento en Estados Unidos.
Es la principal conclusión del estudio “Menores en Internet: la asignatura pendiente de los padres españoles” elaborado por la plataforma de seguridad y bienestar digital Qustodio con más de 2.000 entrevistas. De ellas se deduce que la principal preocupación de los padres con niños entre 5 y 11 años es el ciberacoso o el acceso a contenidos violentos. A partir de los 12 años es el miedo al acoso y chantaje sexual a menores lo que crece de forma exponencial. Y desde los 9 hay temor a que consuman pornografía.
Pese a ello a 6 de cada 10 padres con hijos mayores de 12 años creen innecesaria la supervisión del uso tecnológico que hacen sus hijos, casi el doble que en Estados Unidos donde las familias son más vigilantes.
Ante esta realidad expertos como Manuel Bruscas, responsable del estudio, consideran que lo importante es “educar en hábitos digitales” y esto es algo que asegura pasa no solo por “limitar o prohibir” sino que “pasa por establecer límites o barreras al mismo tiempo que por razonar con los niños”.
En su opinión es importante saber qué hacen los niños en Internet y con el móvil y cuánto tiempo pasan delante de las pantallas porque es importante que estén conectados con la vida real y para ello “en ocasiones hay que demostrarles con datos en la mano que llevan mucho más tiempo digitalizados de lo que creen” también para evitar que caigan en problemas de adicción tecnológica.
Precisamente la limitación del tiempo de uso es el más empleado por los hogares españoles junto con la co-presencia para controlar, pero a veces es difícil porque cada vez recurren más a lo digital incluso para hacer trabajos académicos o para ver tutoriales lo que no equivale precisamente según señala Bruscas “a ver vídeos en los que unos chicos se ríen de otros”.
En otros países como EE.UU. los padres optan por medidas como la revisión del historial de búsquedas y/o el uso de controles parentales. El recurso a ellos es más común en familias con hijos entre 5 y 11 años y disminuye a medida que los niños se van haciendo mayores.
Hay además aplicaciones que permiten a los padres limitar el acceso de los menores a contenidos inapropiados, otras nos permiten tener geolocalizados en todo momento a los más pequeños de la casa, también deberíamos tener acceso a sus cuentas en redes sociales y, antes de entregarles su primer móvil, plantearnos la posibilidad de firmar con ellos un contrato sobre el uso que consideramos adecuado para ellos.