Una residencia de mayores, de los pocos reductos libres de COVID en España

Existe una congregación de religiosas en España que está libre de la covid-19 desde que empezó la pandemia

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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Ni Ómicron ni el contagio de medio pueblo ha podido con la residencia de mayores de la localidad leonesa de Fontanil de los Oteros. La lleva una Congregación de Religiosas Mexicanas y está libre de COVID desde el principio de la pandemia. Es uno de los pocos reductos en nuestro país con cero contagios. Y es que solo en enero son más de 5.500 los centros para mayores con al menos una infección.

La última variante les ha cogido muy cerca. Y es que esta sexta ola ha provocado los primeros contagios en el pueblo donde solo viven dos familias. En una de ellas se contagiaron todos como explica a COPE la madre superiora de la Congregación de las Capuchinas Misioneras del Trabajo que gestiona la residencia.

Ancianos

“Ahora con Ómicron en el pueblo ha habido los primeros casos y se han infectado 4 personas de las 8 que viven en Fontanil de los Oteros de forma habitual, la mitad del pueblo. De hecho, con esta última variante hemos extremado aún más las precauciones porque hemos visto la posibilidad de que entrase más fácil que las otras. Cuando lo ves cerca, da miedo, pero al final y, de momento, gracias a Dios, no hemos tenido que aislar a nadie” nos cuenta Consuelo Aguayo.

Para esta religiosa el secreto de los cero contagios registrados, con el virus a las puertas, se explica por tres factores: “nosotros siempre lo hemos visto como un milagro unido a que también hemos puesto los medios para que no entrara y la casa que también ha contribuido ya que es muy grande, tiene muchos espacios y podemos tener a los residentes bastante alejados no en soledad, pero sí en grupos para que no estén todos juntos”.

Residencias

Otra de las claves es que tanto sor Consuelo como las otras 4 hermanas y los 15 trabajadores del centro tienen como los 39 residentes las tres dosis de la vacuna y que han logrado que todos sigan a rajatabla las medidas de protección incluidas con las visitas que reciben.

“Los familiares vienen y entran por el exterior de la residencia a una sala en la que están exclusivamente con la persona a la que vienen a visitar. No entran para nada en el resto del centro y cuando salen de los lugares habilitados para el encuentro nosotros desinfectamos esos salones. Se permiten como mucho tres visitas de tres grupos familiares distintos por la mañana o por la tarde. A los que no tienen la pauta completa les pedimos que no se quiten las mascarillas y que no toquen a los residentes”, subraya.

Por suerte para Paquita Villán sus hijos se han puesto todas las dosis de las vacunas y vienen a verla con regularidad. A punto de cumplir los 90 años ha estado toda la pandemia en la residencia y no ha tenido miedo.

“Tanto mi hija como mi hijo han venido mucho a verme todo lo que han podido porque los dos trabajan, ella en Vitoria y él en Madrid, piden permiso y si se puede pues vienen. Cuando me visitan pues también tienen cuidado y todos los días ya sea por la mañana o por la noche hablo con ellos. En todo momento hijo me da ánimos y me dicen que haga lo que me dicen y yo estoy tranquila”, explica.

A juicio de Paquita si la residencia sigue libre de COVID es fruto de “un milagro muy grande y también de los buenos cuidados que tenemos y de que rezamos mucho. Yo no he tenido miedo ninguno. Y aunque no hemos tenido casos pues seguimos teniendo muchísimo cuidado”.

Y es que según subraya Sor Consuelo “nosotros no podemos bajar la guardia todavía. Tal y como está la situación, debemos mantener todas las precauciones porque somos conscientes de que aún nos puede llegar”.

Explica, con respecto a la comunicación sobre la pandemia con los mayores, que “se les habla de la COVID19 no para infundir miedo sino para que tengan cuidado”.

Y es que en este pequeño enclave leonés no están obsesionados con esta enfermedad. El día a día sigue, de momento, sin sobresaltos para Paquita y los 38 mayores que viven allí en un entorno rural y luminoso con un buen jardín a su disposición.

“Por la mañana viene una fisio hasta las 12h y hacemos actividades. Yo coloreo bastante porque me gusta y me relaja y yo lo llevo todo bien, estoy muy contenta aquí. Hasta tal punto que han acaban de terminar una nueva residencia en mi pueblo, en Toral de los Guzmanes también en la provincia de León, pero yo de aquí no me marcho” nos cuenta Paquita.

Suena el reloj y dan las 12.30h. “Es la hora de la comida” señala rápidamente Paquita dando por terminada nuestra conversación. Junto a ella Sor Consuelo ríe y las dos se despiden con gran amabilidad para seguir con sus rutinas.

Nunca han sido más de 42 residentes, el máximo, subrayan, para poder atender a cada persona con el tiempo y los cuidados que merece.