María, víctima de violencia de género: "Los maltratadores aprenden a manipular la pulsera telemática"

COPE habla con María Chaparro, superviviente de violencia de género que ha vivido un calvario con su agresor, quien se encuentra cumpliendo una condena de casi 9 años en prisión

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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"Si me agrede o me mata, que se sepa en qué se está fallando", decía una víctima de violencia de género, en referencia a cuando salga su agresor de la cárcel o le vuelvan a dar un permiso. Ella es María Chaparro, una joven enfermera de 36 años que está sufriendo en sus carnes el "miedo" y el "pánico" a causa de su maltratador, a pesar de que a día de hoy esté cumpliendo una condena de casi 9 años en prisión, según ha relatado a COPE, quien se ha puesto en contacto con la propia "superviviente" -que así es como ella misma se define-.

A raíz de que la justicia solo propone la utilización de las pulseras telemáticas para vigilar al agresor -en vez de modificar la ley del 'Solo sí es sí', con la que al menos 244 agresores sexuales han visto reducida su condena y 19 han sido excarcelados-, y dado que el maltratador de María era portador de esta pulsera de alejamiento, en COPE hemos hablado con ella para ver si de verdad funciona este mecanismo o no.

¿Funcionan o no las pulseras telemáticas?

María ha querido dejar claro desde el principio que estas pulseras telemáticas "funcionan perfectamente". Entonces, ¿dónde está el problema? En los maltratadores, tal y como ha explicado la joven enfermera, puesto que ellos son los que provocan "que los dispositivos den fallos". En el caso de Chaparro, su agresor sabía lo que podía y no podía hacer, al igual que ella. Lo que ocurría era que, en muchas ocasiones, dejaba sin batería el dispositivo y, por lo tanto, se apagaba. Esto hacía que se activasen todos los protocolos, y desde la Policía llamasen a María para avisar que no sabían dónde estaba su agresor.

"Cuando dicen que los dispositivos dan fallos, no es cierto. Lo que ocurre es que los maltratadores aprenden a manipularlos para que no funcionen correctamente", aseguraba la joven enfermera. María narraba su fatídica experiencia acerca de la mala actuación de su exnovio y agresor con la pulsera. Y es que, era el propio maltratador el que llamaba de manera premeditada para avisar de que iba a dejar inutilizado el sistema, por lo tanto, era algo que él estaba provocando, lo que propició en su momento que Chaparro se quedase en casa como "una prisionera" y "muerta de miedo" por lo que pudiera suceder.

Aun así, María Chaparro apela al buen uso de las pulseras telemáticas: "Aunque la justicia no me proteja, ya me protejo yo gracias a la buena coordinación y el buen funcionamiento de estos dispositivos. Prefiero que pongan el dispositivo aunque me convierta en una prisionera, pero al menos así puedo salvar mi vida. Es triste, pero es a lo único que puedo agarrarme para sobrevivir".

La súplica hacia los mandatarios

María Chaparro ha aprovechado los micrófonos de la Cadena COPE para trasladar un mensaje a todas las víctimas, y animarlas a que "denuncien" y no tengan miedo a hacerlo. "Es una de las salidas para poder salir de la violencia de género", lanzaba. Asimismo, la joven de 36 años también ha hecho una petición a los mandatarios y a la justicia española a modo de ruego: "Pido y suplico que cuando mi maltratador salga de prisión, y se active la orden de alejamiento que aún está vigente, que por favor se ponga el dispositivo telemático para controlar esta orden. Porque aunque la justicia sea una irresponsable en este aspecto, y no condenen por ello al maltratador, al menos el Centro de Control Cometa y la Policía -que se coordinan perfectamente- me avisan de que mi maltratador está incumpliendo la orden y así quedarme en casa", suplicaba la víctima.

Además, la superviviente de violencia de género ha pedido que la "escuchen", a ella y a todas, y que "condenen (a los agresores) cuando se salten las órdenes de alejamiento, y no den permisos a presos que van a ir a matar a sus víctimas. Porque el hecho de que tengan un buen comportamiento en prisión, no quiere decir que estén reinsertados". Respecto a esto último, María Chaparro tiene su opinión y no está a favor de la reinserción de los agresores: "Cuando un maltratador, como es el mío, considera que todo el maltrato que ha llevado a cabo está bien, es algo aceptable y no se arrepiente, y además hay una amenaza activa donde él me decía, 'grábatelo a fuego, que en cuanto pueda salir de prisión te voy a matar a ti y a los tuyos'. Entonces creo que no tiene cabida una reinserción. Hay que valorar esto".

María solo espera que su agresor cumpla los 9 años que tiene de prisión, y tiene la esperanza de que la justicia española cambie para bien en favor de las víctimas: "Es necesario que se haga justicia por mí, para mí, por todas y para todas", sentenciaba.

La historia de María Chaparro

María Chaparro es de Ciudad Real y, durante el 2016 vivió un calvario con el que era su pareja, su actual agresor, al cual estuvo sometida. La joven fue maltratada y estuvo sufriendo violencia de género durante 6 meses. Incluso, el maltratador llegó a intentar matarla en varias ocasiones. "Existen amenazas activas donde me decía que, 'en cuanto pueda salir de permiso' me iba a matar a mí y a mi familia", contaba. Unas palabras que estremecen a cualquiera que las escuche y las lea. De hecho, el pasado mes de diciembre, su agresor tenía un permiso de cuatro días para Nochevieja, concedido por el juzgado de vigilancia penitenciaria número 3 de Madrid. Algo que, incluso con miedo y viviendo días de angustia, no amedrentó a María, quien presentó un recurso pidiendo que no saliera de prisión. Gracias a esta acción de la joven, el maltratador continúa en la cárcel.