Camisas que no se manchan y pijamas que te hidratan la piel. Así son los tejidos inteligentes españoles

Descubrimos las sorprendentes fibras textiles con las que están trabajando varios emprendedores españoles que te van a dejar con la boca abierta.

La camisa antimanchas de Sepiia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

Imagínate la siguiente escena. Es lunes. Son las 8 de la mañana. Y te levantas cansada. Todos los lunes cuesta empezar. Sobre todo después del intenso fin de semana que pasaste. La cuestión es que tienes una reunión de trabajo importante. Llevas dos semanas preparando la exposición delante de tu jefa. Y no puedes fallar. Elegiste una camisa que luce inmaculada. Limpia y perfectamente planchada. Pero tu mezcla de cansancio y de despiste te juega una mala pasada. El café termina derramado por encima. Y lo que era blanco ahora es negro intenso. ¿Qué haces?

Equipo al completo de Sepiia

Federico Sainz de Robles, al frente, es el creador de la camisa antimanchas.

Te voy a hablar de una solución mágica, Sepiia. La ha inventado un emprendedor español que soñaba con reírse de su mal pulso con el café. Esto es el presente del tejido antimachas. Federico Sainz de Robles tardó casi un año en dar con la tecla. Y esa tecla se llama microfibra técnica de poliéster antibacteriana, a la que se añade un tratamiento antimachas. Gracias a esta propiedad, el efecto que ofrece la prenda cuando se tira cualquier líquido por encima es muy llamativa; “el agua resbala por la prenda”. Ahora bien, la primera pregunta es obligada: ¿qué tacto ofrece a la piel este tejido? El emprendedor me responde que “el tejido es similar al de una camiseta técnica que se usa para hacer deporte”. Después de probarla, doy fe de ello. Y se me viene otra duda: ¿cuántos lavados soportan estas camisas sin perder esta propiedad? Se lo pregunto a Federico y él responde, a esta y a varias cuestiones más en la siguiente entrevista.

La semilla de Sepiia se plantó en uno de los grandes centros tecnológicos textiles que hay en Europa. Y no tenemos que irnos muy lejos para encontrarlo. AITEX está en Alcoy. Allí, se busca la ropa del futuro. Y, para ello, se innova con fibras que ofrecen diferentes prestaciones a las prendas. Textil resistente al fuego, fibras capaces de repeler el agua, camisetas con dispositivos inteligentes incluidos y, por supuesto, tejidos cómodos para nuestros cuerpos. El siguiente vídeo es un resumen de las pruebas que se hacen en sus laboratorios.

Otra de las jóvenes figuras que en nuestro país estudian este campo es Regina Polanco. Regina empezó a estudiar las posibilidades que ofrecen las fibras sacadas del bambú, la madera y las algas y después de 3 años de investigación y de desarrollo, la emprendedora ha conseguido unos tejidos que, entre otras cosas, “aportan vitamina E y antioxidantes” al cuerpo de la persona que los lleve encima. Lo que significa que, por ejemplo, podríamos hidratar nuestra piel mientras dormimos gracias al pijama que llevemos puesto y que tenga estas propiedades.

Los tejidos inteligentes de Pyrates Smart Fabrics

Fibras textiles sacadas del bambú o las algas que te hidratan la piel.

La startup que trabaja estos tejidos se llama Pyrates Smart Fabrics. Regina nos ha desvelado, además, cómo ha sido el proceso de tratamiento de estas fibras tan particulares. Descúbrelo en la siguiente conversación.

El siguiente tejido que quiero presentarte se llama IonFisix. Y es un tejido de los llamados “inteligentes”. Las nanopartículas que incorpora en forma de microcristales entre las fibras textiles son capaces de absorber la luz del entorno para convertirla en infrarrojos. Y estos infrarrojos, entre otras cosas, nos ayudan a recuperar los tejidos corporales después de una microrrotura o de un esfuerzo físico considerable que se traduce en algún tipo de molestia. ¿Cómo lo hace? Activando la circulación sanguínea de la zona de nuestro cuerpo sobre la que esté puesto este tejido. José Bravo que es el creador de esta innovación asegura que su producto ha sido avalado por más de una decena de ensayos científicos.

Cabuya, cáñamo y algodón: fibras ancestrales

De un gran cactus que crece de manera silvestre en la zona andina de Ecuador, a una altura de entre 1.500 y 3.000 metros, se extraen unas fibras para elaborar productos artesanales. El hilo resultante de la cabuya es duro y resistente y las mujeres que lo trabajan lo tiñen gracias a los métodos ancestrales. Es la esencia del proyecto Shamuk que lidera Paz Huergo.

Esta emprendedora española ha conseguido que “las mujeres ecuatorianas sean conscientes del valor altísimo que tiene su trabajo”. Una vez confeccionados los bolsos o los pufs en Ecuador, Paz los trae a España donde los vende. Los ingresos que se generan repercuten en la riqueza de unas comunidades que viven en unas condiciones bastante precarias.

Productos de Shamuk

El hilo procedente de la cabuya es la fibra textil principal de estos productos.

El cáñamo es la fibra textil que eligieron varios amigos para levantar su proyecto: Hemper. Una startup de moda española que apostó por este material que se obtiene de unos arbustos que crecen en varios puntos del planeta pero que, originariamente, proceden del Himalaya. Allí, los nepalíes extraen del tallo del cáñamo unas fibras que, entre otras cosas, son muy resistentes y antibacterianas, como nos cuenta Gloria Gubianas, una de las fundadoras de Hemper. “Además, este tejido es térmico con lo que las prendas que se elaboran a partir del cáñamo tienen la capacidad de aislarnos tanto del frío como del calor”, añade la emprendedora.

Además, el cáñamo es una fibra sostenible. El arbusto necesita una proporción de agua para crecer mucho más reducida que la de otros árboles cuyo material se dedica al sector de la moda. “En Nepal, por ejemplo, el cáñamo crece de manera natural gracias al agua de los monzones”, asegura Gloria. Descubre la magia de este tejido en el siguiente audio.

Telares en los que se trabaja el cáñamo de Hemper

Así son los telares donde se trata el cáñamo de Hemper

Y del algodón y de la seda se sacan las fibras que trabajan las comunidades guatemaltecas que crean los productos de ‘My Nawal’. En algunos casos, se trata de algodón que ha crecido de manera silvestre y que los propios artesanos han recolectado. Después, los tratan con elementos de la naturaleza como los insectos o las plantas para teñirlos de diferentes colores. Su fundadora es Patricia Vázquez, quien se enamoró de las tradiciones ancestrales de los indígenas de este país hace unos años.

Lo llamativo de este proyecto es que, al elaborar los productos de manera artesanal, no hay dos que luzcan el mismo diseño. Y, además, Patricia añade que “los dibujos de las correas para las cámaras fotográficas o de los bolsos dependen de varios factores como los sueños que hayan tenido esa noche las artesanas o los pájaros que se hayan cruzado en su camino el día anterior. Por eso, nunca se repite un mismo patrón en dos trabajos distintos”.  

Mujeres indígenas de Guatemala trabajan en el proyecto de My Nawal

Mujeres indígenas trabajan en el proyecto de 'My Nawal'

Tejidos sin cromo, adiós a un químico peligroso

El cromo es uno de los productos químicos más utilizados para elaborar zapatillas. Se trata de un elemento peligroso para los artesanos del calzado y que, además, provoca que la piel de las zapatillas no se degrade una vez haya terminado su vida útil. Buscando una solución a esta realidad, Marta Llaquet junto a dos socios creó, hace ahora justo 1 año, una marca de zapatillas que está triunfando en toda Europa, Wado.

Marta Llaquet junto a sus zapatillas sin cromo

Wado ha eliminado el cromo de su producción: menos riesgo para los shoe-makers y producto sostenible

Su apuesta es clara: “hemos eliminado este químico de las pieles de nuestros productos y, además, hemos apostamos por tintes vegetales para darles color”. Se trata de un tejido respetuoso con el Medio Ambiente que ya se ha ganado el beneplácito de miles de europeos que veneran estas zapatillas cuyo diseño está pensado en Barcelona y producido en Portugal. Además, su compromiso con el entorno va un paso más allá. La firma planta dos árboles por cada par de zapatillas vendidas, lo que se ha traducido hasta la fecha en 30.800 árboles plantados en la India y en Zambia, dos de las zonas de nuestro planeta que, con mayor urgencia, necesitan una reforestación.

Las tintas naturales son también el método para teñir los tejidos de Guasinei. Esta startup creada entre el barrio de Triana y Las tres mil Viviendas trabaja con algodón ecológico al que le da color gracias a unas tintas de base agua y libres de plastisol, un derivado del petróleo. El objetivo es ofrecer a los consumidores unas prendas respetuosas con el entorno y que, además, no descarten unos diseños “molones y atractivos”. Detrás de Guasinei hay, también, un trasfondo social muy atractivo. La parte de la confección de estos productos la hacen personas que se encuentran en programas de reinserción laboral. ¡No te pierdas esta historia y descúbrela en el siguiente audio!

Por último, pero no por ello menos importante, quiero hablarte del proyecto de María Cano. Ella es una emprendedora que, después de 15 años trabajando para medianas y grandes empresas, decidió emprender con Canussa.

Microfibra sintética muy parecida a la piel natural

Canussa trabaja con una fibra sintética muy resistente que parece piel natural

Se trata de una marca que trabaja tejidos tan interesantes como una microfibra sintética que tiene un aspecto muy similar al de la piel pero que, además, es reciclable y muy resistente. O un material elaborado a partir de botellas de plástico recicladas que se emplean como forro para los diferentes productos que ofrece María. “Hemos conseguido dar con un textil que dura muchos años porque se puede exponer a un desgaste importante sin que se alteren sus propiedades”, nos cuenta la emprendedora a La Cadena Cope.