La auténtica postura de Isabel la Católica sobre la esclavitud que desencadenó en un conflicto con Colón

Los estereotipos forman parte del día a día de una sociedad, ya sea para bien o para mal, y los españoles no podíamos ser menos. El país mundialmente conocido por la siesta, la sangría y el flamenco, también tiene una serie de estereotipos realmente dañinos y en muchos casos se nos puede llegar a ver como personas con una naturaleza violenta o depravada como consecuencia de la propaganda angloholandesa del siglo XVI.

De hecho, no hace falta irse demasiado lejos: a veces no hay más que ver los proyectos cinematográficos de todo el mundo que se refieren, ya sea de forma directa o indirecta, a la figura de los españoles. Desde la saga de “Piratas del Caribe” hasta “1492: La conquista del paraíso”, pasando incluso por “El nombre de la rosa”.

Durante muchos años se ha criticado duramente la actitud de los españoles cuando llegaron a América y la forma en la Cristóbal Colón esclavizó a los indios para convertirlos en un regalo para la reina Isabel La Católica. Una premisa que no es del todo cierta, ya que precisamente los Reyes Católicos, y más especialmente la reina Isabel I, lucharon contra la esclavitud hasta el final de sus días.

La lucha contra la esclavitud de la reina Isabel

Cristóbal Colón hizo saber a los Reyes Católicos que tenía intención de atracar en una isla de Asia, pero lo que nadie sabía, ni tan siquiera el propio Colón, es que terminaría descubriendo un nuevo continente. A su vuelta, tras explicar a los Reyes sus descubrimientos en América, Isabel I supo que quería llevar al Nuevo Mundo la educación castellana, la atención sanitaria, los sistemas políticos y los valores espirituales cristianos.

Desde el principio, Isabel la Católica ordenó a Colón “tratar a dichos indios muy bien y con cariño”, pero el navegante no hizo especial caso a las indicaciones que se le dieron desde España. De hecho, en su cuaderno de bitácoras, apuntó el 12 de octubre de 1492 que los nativos eran personas de rápido aprendizaje y debían ser “buenos sirvientes”. Tras varios intentos, los exploradores consiguieron que varios ‘indios’ trabajaran a la fuerza a su servicio.

Cuando Colón llegó a España, después de llegar siendo considerado un héroe, Isabel pidió verse con el explorador. Después de aquel primer encuentro, los Reyes aceptaron hacer una gran travesía con diecisiete barcos y cientos de personas. De hecho, la reina católica escribió dieciséis órdenes para la expedición, entre los que se disponía la condición de tratarlos “con cariño”, así como abstenerse de hacerles “ningún daño”. De hecho, Isabel la Católica pidió que ambos pueblos pudieran servir unos a los otros y en el caso de que alguno de ellos fuera maltratado, Colón debía “castigar a los responsables con severidad”.

El enfado de Isabel la Católica

Cristóbal Colón se embarcó en varias expediciones más pero contra todo pronóstico, el explorador hizo caso omiso de las órdenes e instrucciones de la reina. El colmo de los desafíos fue, precisamente, la captura de un total de 1.600 nativos. Al no tener espacio en las embarcaciones para traerlos a todos, Colón se vio en la necesidad a liberar a 400.

Al llegar a la Península con todos aquellos nativos convertidos en esclavos, fue tal el enfado de la Reina Isabel que le ordenó que devolviera como fuera a todos aquellos hombres y mujeres al Nuevo Mundo. Sin embargo, las diferencias climatológicas y la exposición a enfermedades desconocidas hizo que para muchos de ellos fuera tarde y murieran siendo esclavos.

Durante su vida, Isabel luchó por activa y por pasiva contra aquellos comportamientos antiéticos. Por ello, días antes de morir el 26 de noviembre de 1504, la reina defendió en su testamento que la esclavitud solo podía estar contemplada para los “infieles”, pero en absoluto se justificaba contra todos aquellos ciudadanos y habitantes de las tierras descubiertas por Colón. “No consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, más manden que sena bien y justamente tratados”, escribió Isabel.

No obstante, a pesar de estos episodios que muestran la figura de Isabel la Católica como una reina en contra de la esclavitud, el pasado mes de junio se aprobó en California, Estados Unidos, la retirada de la estatua de la monarca y Cristóbal Colón porque, a su juicio, sus imágenes podían ofender a los indígena americanos sin saber que, en realidad, Isabel trató de luchar contra aquella lacra durante gran parte de su mandato.