3 de cada 10 españoles no se someten a una revisión médica anual

La mayoría no pide cita hasta que no tiene síntomas

Carmen Labayen

Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

3 de cada 10 españoles no se someten a una revisión médica anual de forma preventiva. Nos importa nuestra salud pero no somos todo lo sistemáticos que debiéramos con las revisiones médicas anuales. Por pereza, olvido o por no tener ninguna dolencia particular, un tercio de los españoles se salta esta recomendación. La mayoría solo pide cita cuando tiene síntomas.

El reconocimiento médico de la empresa y si no estás en activo un simple análisis de sangre bastan para determinar una foto fija de tu salud e ir viendo la evolución en el tiempo. También llegado el caso para descartar alguna dolencia o por el contrario para detectar una enfermedad de forma precoz. Por ello y según explica en COPE el médico de familia y médico del trabajo Daniel Hernández “es grave saltarse esa revisión médica como mínimo una vez al año aunque no tengas ningún síntoma”.

Para este médico, responsable de salud laboral en la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el chequeo debe incluir al menos un análisis de sangre con bioquímica, hemograma y coagulación y también un análisis de orina para ver si hay alguna alteración renal. Si es en el centro de salud puede ir acompañado de una exploración física y también con un diálogo con el usuario sobre su estado de salud y sus hábitos de vida.

A pesar de todas estas recomendaciones y de los beneficios para detectar posibles complicaciones que tiene un seguimiento periódico de nuestra salud, solo el 43 por ciento de los españoles se realiza revisiones preventivas de manera anual y la más de la mitad de la población solo acude al médico si tiene síntomas o alguna enfermedad, según el último “Estudio Sanitas sobre Prevención en Salud en España”.

Las revisiones de empresa “una suerte” que hay que aprovechar

Cuando se hacen en el ámbito de la empresa hablamos de un reconocimiento de salud laboral para detectar posibles riesgos ocupacionales y también con carácter preventivo. Se adaptan en función del puesto de trabajo y son obligatorios para algunos colectivos profesionales. Para todos y según explica a COPE Adonina Tardón, colaboradora científica de la Universidad Nebrija y experta en Salud Pública, son además de un derecho del trabajador, muy recomendables: “una suerte y un privilegio porque es un beneficio ya que midan muchos parámetros como la tensión, el colesterol, la urea o la glucosa que dan una buena idea del estado de salud de la persona”.

“No hacerse este reconocimiento en la empresa es perder una oportunidad preventiva ya es posible detectar por ejemplo una diabetes o una anemia en estas situaciones. Cuando no es una enfermedad profesional lo que se detecta se remite al trabajador a su centro de salud para que puedan darle el tratamiento que necesita”, subraya, en el mismo sentido, Hernández.

      
             
      

Además del análisis de sangre y de orina, el reconocimiento en salud laboral incluye una revisión general, un examen físico, pruebas de visión y audición, auscultación cardíaca y pulmonar o, en algunos casos, un electrocardiograma y radiografía de los pulmones. Además se toman datos antropométricos y se calcula en índice de masa corporal individual, se miden la tensión y los reflejos. Cada examen se adapta al tipo de trabajo del empleado.

“Aunque se trata de una analítica básica es crucial porque son indicadores de muchos posibles problemas. Por ejemplo con el colesterol para vigilar la salud cardiovascular y minimizar el riesgo de infarto. Y por supuesto la empresa no puede utilizar los resultados en detrimento del trabajador” subraya Tardón.

¿Son idénticos en el sector público y en el sector privado?

Al margen de los reconocimientos de empresa, en cualquier momento los usuarios son libres de acudir al Sistema Nacional de Salud (SNS) para una consulta con su médico de cabecera de la que pueden derivarse la prescripción de una analítica y en función de los resultados de otras pruebas o de la derivación a un especialista. Según explica a COPE Hernández “quien decide debe ser el médico y nunca el usuario”.

      
             
      

Admite que algunos pacientes presionan a su médico de familia para que les prescriba unas pruebas ya sea por ser hipocondríacos o porque se las han prescrito en el sistema privado y quieren que se las financie el SNS.

Para Tardón los procedimientos son los mismos en la medicina pública y la privada: “me cuesta creer que cualquier profesional sanitario prescriba pruebas sin ton ni son. Obviamente mandar una analítica implica poco riesgo para el paciente, a parte de la posibilidad de un hematoma, pero nadie prescribe una radiografía si es innecesaria. En medicina somos expertos en protocolos y son los mismos para todos”.

Además de estas pruebas anuales, los expertos consultados por COPE insisten en la necesidad de someterse a los cribados que ofrece el SNS, entre ellos, el de cáncer de mama y cuello del útero o el de colon que se recomiendan a partir de determinada edad. A ello hay que sumar las revisiones bucodentales y un seguimiento específico si tenemos factores de riesgo hereditario que “también debe individualizarse en función de las características del grupo familiar y del tipo de enfermedad”.