De ayudar en los comedores sociales a acudir para pedir alimentos: la otra cara de la pandemia
El coronavirus ha aumentado en un 30 por ciento el número de familias en situación de pobreza severa
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
La pandemia del coronavirus ha llevado a miles de españoles a sufrir las duras consecuencias de una crisis sin precedentes. El comedor social de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl de Madrid se encuentra desbordado. Situado en el número 18 del Paseo del General Martínez Campos, en el comedor más antiguo de la capital, Sor Josefa, directora del programa Integran San Vicente Paul e Hija de la Caridad, cuenta a COPE como en algunos momentos han llegado a atender "a mil familias diarias”. La demanda en los bancos de alimentos se ha disparado un 50 por ciento en los últimos meses y según Cáritas, la pandemia ha aumentado en un 30 por ciento el número de familias en situación de pobreza severa (menos de 370€ para una persona y menos de 776€ para dos adultos y dos menores).
Muchas de esas familias son, según ha podido comprobar COPE, personas muy normales que lo han perdido todo. Su directora asegura que “había personas que no sabíamos si venían a dar un donativo o a por un plato de comida”.
Sor Josefa, una señora adorable y llena de vitalidad a pesar de su avanzada edad, relata cómo ha habido muchas personas en situaciones muy complicadas. Pedro, de 50 años es uno de ellos. Pasó de tenerlo todo a verse en la calle por culpa de la pandemia. "Perdí el trabajo porque no podía teletrabajar, no tenía ordenador y me echaron. Ya no pude pagar el alquiler y me vi en la calle. Un amigo me habló de este sitio y gracias a ellos como todos los días”, señala.
Ahora, tres de cada diez hogares no disponen ahora mismo de ningún ingreso. Algo que se nota en el comedor, que además de atender a familias( 300 más o menos), personas adultas (150-200), también atienden a las personas no vinculadas al programa. Explica Sor Josefa que su objetivo es “que la gente esté tranquila, que sepan que estamos, que no vamos a cerrar, aunque no pueda ser caliente porque no podemos acoger a toda la gente en el comedor, pero garantizamos comida para todos”.
El comedor, por las normas sanitarias, solo acoge a la mitad, es decir a 130 personas en su interior. Por este motivo, ponen a disposición de centenares de personas comida caliente, bocadillos, fruta, agua y otros alimentos para llevar. El objetivo es que nadie pase un día sin comer.