Cajas lentas en los supermercados para paliar la soledad de los mayores, ¿podría llegar esta medida a España?

Una cadena de supermercados en Holanda ha puesto en marcha una serie de cajas lentas para hacer una compra más pausada y poder tener un rato de charla con el empleado de la caja

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Cajas lentas en los supermercados para paliar la soledad de los mayores: ¿podría llegar esta medida a España?

Belén Collado

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Vivimos en una sociedad donde cada vez somos más esclavos de la inmediatez y queremos las cosas al momento y, si es de una manera fácil y sin complicaciones, mucho mejor. Las compras por Internet y algunas tiendas cada vez más automatizadas con cajas rápidas o de autocobro, están provocando que progresivamente estemos perdiendo el contacto humano en estas tareas cotidianas. Lo peor de esto es que no todo el mundo encaja bien en estas tendencias, especialmente las personas mayores, acostumbradas más a otros ritmos y a sus rutinas.

Desde las cajas sin empleados a las de una fila única automatizada que va anunciando a qué caja debes dirigirte, la forma de pagar nuestra compra en el supermercado ha cambiado bastante en los últimos años. Pero desde hace un tiempo una cadena de supermercados holandesa ha dado un paso más allá, y en lugar de seguir el camino de la celeridad de hoy en día, ha decidido apostar por todo lo contrario.

En los supermercados holandeses Jumbo los consumidores que quieran pueden mantener una conversación durante la compra a su paso por las 'cajas lentas'. Kletskassa, que así es como se llama esta iniciativa, se podría traducir como 'caja habladora'. Y es que precisamente lo que pretende es eso, un ratito de charla que puede ayudar a muchos, sobre todo, a las personas mayores a paliar algo su soledad. El usuario de Twitter Dirk Janssen daba a conocer esta curiosa iniciativa hace unos días y la historia no ha tardado en hacerse viral.

Jumbo abrió su primera caja de este tipo en 2019 con la idea de ofrecer una opción más pausada para hacer la compra y, además, un espacio donde se fomente el contacto cercano con otras personas. Y no solo pensando en los mayores, también puede ser una medida antiestrés, ya que nunca viene mal pisar un poco el freno del ritmo frenético que llevamos, sobre todo, en las grandes ciudades. La iniciativa ha tenido tanto éxito que ya son más de 200 cajas lentas disponibles a lo largo de todos los establecimientos de la marca en Holanda.

¿Pueden llegar estas cajas lentas a España?

“No solo puede llegar, sino que ya se practica en muchas cadenas de supermercados", afirma Nuria Cardoso, responsable de comunicación de la Asociación de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS). Los servicios de apoyo conocidos como compra asistida, enfocados especialmente a personas mayores y a aquellas que puedan tener algún tipo de discapacidad, están muy implantados en los supermercados españoles. "Muchas personas mayores tienen en su compra diaria la posibilidad de establecer contacto y un ratito de conversación", asegura Cardoso. "Esto se vio muy claramente durante la pandemia, pero es algo que ocurre cada día en nuestros supermercados”.

Desde ASEDAS prevén que de aquí en adelante el supermercado va a evolucionar más hacia una oferta de servicios más amplia y destinada a cubrir una demanda social. "Hay supermercados que ya tienen servicios bancarios de ingreso y de retirada de efectivo en las cajas", apunta su directora de comunicación. "Es un servicio muy apreciado por las personas mayores que a lo mejor pueden encontrar una cierta barrera tecnológica en los servicios bancarios, y también en aquellos pueblos un poco aislados en los que no hay sucursal bancaria, pero sí hay un supermercado".

En los últimos años ha habido una renovación muy importante de los supermercados de nuestro país: "Calculamos que se han reformado alrededor del 35% de la red comercial de supermercados de proximidad". Esto se traduce en tiendas más luminosas, con pasillos más anchos y más cómodas en general, lo que contribuye bastante a facilitar la compra y mejorar la experiencia de los consumidores, y en particular a los mayores. Algo que se complemente, por supuesto, con el factor humano que aportan los empleados. "Ya sea en las cajas o en los pasillos, siempre están dispuestos a echar una mano y, volviendo a las personas mayores, tener ese ratito de escucha y de conversación", destaca Nuria Cardoso.

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