Copito de Nieve: el origen de su nombre, por qué sus hijos no son albinos y su trágica muerte
Nunca antes un animal había generado la repercusión que tuvo este mono blanco en las últimas décadas del siglo XX. Esta es su historia y lo que hizo por nuestro país
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Copito de Nieve se convirtió en el embajador mundial de Barcelona en los años setenta, gracias a la portada de la famosa revista de naturaleza, National Geographic. Acabó siendo uno de los mayores atractivos para todo el turismo internacional, en un momento en el que España trataba de salir y dejar atrás en el tiempo, cuarenta años de franquismo.
Fue el único gorila albino que se ha visto en toda la historia, y hoy en día, veinte años después de que falleciera, casi nadie lo recuerda. Muchos de los políticos catalanes del momento, prometieron que homenajearían a Copito de alguna manera, ya fuera en forma de estatura, nombrando una zona de Barcelona o con alguna calle; sin embargo, eso nunca se ha producido.
¿Pero quién era Copito de Nieve?
Fue en el año 1966 cuando un cazador de la tribu essamangon, Benito Mañé, estaba junto a sus compañeros en Guinea Ecuatorial regentando unas cosechas, cuando un grupo de gorilas llegó a atacarlas y destruirlas. El grupo mató a los animales y al aproximarse a los cadáveres, encontraron que una madre tenía en su brazo a una cría viva con el pelaje de color blanco. Al hacerse con este ejemplar, pensaron en la forma de garantizar la supervivencia del macaco, y la recomendación fue que se lo vendiera a Sabater Pi, un etólogo catalán que le proporcionaría cuidados al que posteriormente se conocería como Copito de Nieve
EL propio Sabater Pi, le proporcionó los cuidados necesarios para que se desarrollara de la mejor manera posible, y todo ello en su casa. Cuando el animal se desarrolló de manera correcta, lo envió al Zoo de Barcelona. El que fuera primer edil de la ciudad condal por aquella época, Josep María de Porcioles, le ofreció un recibimiento, y su presencia fue tan novedosa y atractiva para el público, que incluso procedieron a crearle un Documento Nacional de Identidad.
Era tan excepcional la presencia del primate, que no pasaba desapercibida. En un primer momento, llegó con el apodo local 'Nfumu-Ngui' (gorila blanco en la etnia local). Posteriormente, acudieron a los libros de fantasía para denominarlo como 'Blancanieves'; sin embargo, fue la revista National Geographic la que finalmente le proporcionaría el apelativo de Copito de Nieve en una de sus portadas. Esa portada fue la que el magazine publicó en marzo de 1967, un título que catapultó a la fama al propio animal, pero que igualmente sirvió para colocar en altos niveles de popularidad a la segunda ciudad más grande de España: Barcelona.
Apenas unos meses a posteriori, el cuidador de Copito de Nieve, Sabater Pi, recibió un telegrama procedente de la Expo de Montreal (Canadá), en el que presentaban su intención de adquirir al animal. En la oferta, le daban un millón de dólares y pagarle además el viaje tanto a él como a toda su familia. Sin embargo, el español rechazó el trato y dejando, por tanto, que permaneciera en España.
Una vez rechazada esa posibilidad de compra, Copito de Nieve se convirtió en el mayor atractivo del Zoo de Barcelona, que desde ese momento comenzó a experimentar un importante aumento de las visitas, hasta convertirse en uno de los más frecuentados del mundo. Todo esto llegó al punto de que el propio gorila era consciente que se había convertido en un personaje especial y adoptaba formas, figuras y actitudes que llamaban la atención al público, a toda una generación por la cual Barcelona pasó a estar en otro nivel de popularidad.
Sus hijos y su muerte
En cuanto a su descendencia, hubo cierto interés en que el primate tuviera hijos para intentar mantener su albinismo en más de una generación. Sin embargo, lamentablemente esto no fue posible. En total, Copito de Nieve tuvo una descendencia total de 21 hijos de los cuales nadie desarrolló su peculiar pigmentación. Al tener relaciones con otros primates cuyo pelaje y pigmentación era normal, su ADN era superior al del propio Copito de Nieve, por lo que no era posible mantener sus peculiares características físicas. El pelaje blanco de nuestro protagonista, era debido a su ascendencia, ya que Copito de Nieve era hijo de dos parientes suyos.
En cuanto a su fallecimiento, la historia se tildó bastante trágica. En el año 1996, y sin unos hijos con sus mismas características, Copito desarrolló una enfermedad bastante compleja, un melanoma que dificultó su normal desarrollo y funcionamiento diario. Sin embargo, los cuidadores del zoo de Barcelona lograron mantener una serie de cuidados apropiados para el mono, hasta el punto de que consiguió sobrevivir varios años más.
En concreto fue en el 2003 cuando el cáncer de piel desarrolló tanto su dolencia que le impidió continuar con su vida, dejando Barcelona huérfana de uno de los protagonistas más ilustres de la segunda mitad del siglo XX y con más de cuarenta años de edad.