¿Cuándo debemos cambiar el cepillo de dientes?

Los dentistas consideran al cepillado como una prioridad fundamental a tener en cuenta para preservar la salud dental

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Mantener unos dientes sanos no solo es una prioridad en términos de belleza, sino que además, resulta una necesidad imperiosa el hecho de tener una sonrisa cuidada por cuestiones de salud, y es que muchos de los problemas derivados de la salud dental, provienen de un mal cepillado o incluso de una mala gestión de los cepillos de dientes.

Precisamente, es importante seguir unas pautas rutinarias con el cepillado dental. Centrados en la segunda década de este siglo, hemos contemplado mucha evolución en diferentes ámbitos de la vida, pero también en aspectos dentales. Por ello, pasarse al cepillado electrónico puede ser una gran alternativa para esas personas que quieran dar un paso adelante con su experiencia de limpieza.

Pero si eres más tradicional, debes tener en cuenta la importancia de mantener seco el cepillo entre usos. Esta medida sirve para evitar que se acumulen gérmenes propios de la humedad y ayuda a prevenir todo tipo de infecciones en nuestro organismo. Es importante también, evitar el contacto con otros cepillos, puesto que esto provocaría un aumento exponencial de las posibilidades de sufrir algún tipo de patología derivada de la transmisión de gérmenes.

En cuanto a la frecuencia con la que se debe cambiar el cepillo de dientes, existe un punto común en el que los expertos recomiendan realizar esa sustitución. Y es que, según los dentistas, lo más recomendable es realizar esa sustitución con una frecuencia de tres meses. Esto implica, más o menos que habría que utilizar un cepillo en cada una de las cuatro estaciones del año, para hacer un cálculo mucho más sencillo.

El motivo principal por el que esto es recomendable, es porque el propio cepillo pierde efectividad una vez ha pasado este tiempo, lo cual implica que la placa no se retira de igual manera, y se mantiene de forma mucho más resistente; las cerdas pierden resistencia y por ello ceden ante los lugares donde más cuesta eliminar los restos de alimentos.

Cuidado con las enfermedades

Otro momento importante e idóneo para realizar la sustitución del cepillo es después de un resfriado, una gripe o una patología similar, además de cualquier tipo de inflamación bucal. Esto se justifica en que las cerdas pueden acumular partículas de la enfermedad y reproducirlo de alguna manera de nuevo en el organismo.

Pero una de las grandes dudas de todos nosotros es cómo proteger los cepillos de dientes cuando viajamos, una preocupación principal que se ve reflejada en los envoltorios y protectores en los que se meten los materiales. Como prioridad principal está ventilar y dejar secar las cerdas como si fuera un procedimiento normal, pero además es conveniente recubrirlo de un protector de plástico que evite que sean aplastados o sufran golpes

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