Dar a luz sin saber que estaba embarazada: Así es el embarazo críptico
Klara Dollan tuvo a su hija Amelia en 2016 sin siquiera notar que estaba encinta
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Es toda un ritual que dura 9 meses: las primeras fotos con la barriga, las compras de ropa ancha y para mamás, las fiestas de bebés, las visitas al médico, conocer el sexo del niño o la niña, las patadas o incluso las carreras al hospital. Imagínate perderte todo ello por una razón muy sencilla: ni siquiera te has dado cuenta de que estás embarazada. Puede sonar al mayor despiste que se le puede ocurrir a un novelista de ficción, pero en realidad se trata de un caso más común de lo que parece: el embarazo críptico, del que se producen cientos de casos al año.
Uno de esos casos es el de Klara Dollan, británica, que en 2016 dio a luz a su hija Amelia, un recuerdo que ha contado en la cadena BBC. Se despertó a las 4 de la mañana con calambres menstruales y con fuertes dolores pero, como coincidía con su primer día en el nuevo trabajo, su madre le dio un paracetamol y salió a trabajar. Pasadas unas horas el dolor se intensificó y no le quedó más remedio que pedir permiso para marcharse a casa. Como no localizaba las llaves para entrar, llamó a un cerrajero. Mientras llegaba comenzaron las dudas: ¿podría ser que estuviera embarazada? Dollan razonó que, de estarlo, debía haberlo concebido 9 meses antes, porque desde los últimos 6 había tomado la píldora anticonceptiva.
Cuando consiguió entrar al domicilio fue hasta el baño, donde los dolores se volvieron cada vez más insoportable, hasta el punto de pedir ayuda a gritos al portero del edificio y a una vecina. “Llegó un momento en el que mi cuerpo tomó el control sobre mi mente y, sin ser consciente de que estaba dando a luz, empecé a empujar y a empujar”. Cuando llegó la ambulancia, Amelia, su hija, ya había llegado al mundo.
El caso de Dollan no es tan extraño como parece. A pesar de que en fotos de los meses anteriores puede apreciarse un cambio de corpulencia, en realidad la barriga no es tan prominente debido a que se forma una placenta posterior. Esto es, se acopla a la zona de la espalda en lugar a la barriga y resulta menos evidente. Dollan confundió las pequeñas manchas de sangre con el periodo y los movimientos del bebé con problemas intestinales. En cualquier caso, Amelia nación con 3,2 kilogramos de peso y ya es una pequeña rubia de 3 años de edad, de la que su madre se enorgullece en redes sociales.