Del FOMO al JOMO, en busca de un mayor equilibrio vital

Las interacciones de calidad y con sentido claves de nuestra felicidad

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Escucha la crónica de Carmen Labayen: Del FOMO al JOMO, en busca de un mayor equilibrio vital

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Si tu éxito social se mide a golpe de likes y te genera ansiedad no publicar nada en redes sociales o no consultar lo que postean los demás quizás tienes el síndrome del miedo a perderte algo o FOMO según sus siglas en inglés “Fear of Missing Out”. Frente a ello, una nueva corriente reivindica el no sucumbir a la presión social de estar constantemente conectados y participando de todo. Hablamos del JOMO o el placer de perdernos algo.

De la ansiedad y el malestar que genera el temor de perder comba estamos pasando, según los psicólogos y sociólogos consultados por COPE, a hacer un uso más equilibrado de la tecnología y a asumir que es inabarcable pretender estar al día de todo. Son conceptos que según señalan se pueden aplicar también a la vida real y no únicamente en el mundo digital.

“Realmente convive una tendencia todavía en muchas personas a este miedo, pero también cada vez más personas se están dando cuenta de la sensación tan desagradable que tienen al tener que estar constantemente ansiosos. Venimos de una época en la que los "likes" han sido la representación del éxito social y ahora estamos un poco en el proceso contrario” asegura la psicóloga y profesora de la Universidad Europea, Ángeles Esteban.

Es lo que percibe en su consulta “gente que era muy activa publicando con perfiles potentes y que ahora prefiere tener tiempos de desconexión”.

Interne. Alamy

De la bulimia en redes a un uso más equilibrado y racional

Para la directora de Innovación del Centro Reina Sofía FAD Juventud, Eulalia Alemany, de un uso inicial más bulímico de las redes sociales que llegaron a convertirse en una obsesión para muchos jóvenes, estamos pasando a “tener cada vez mayor auto control y a hacer un uso cada vez más inteligente. A esto y según los estudios que llevamos a cabo hemos llevado por una saturación evidente”.

Considera que tanto a jóvenes como a mayores, La experiencia en el uso de la tecnología nos ha permitido ir aprendiendo tanto sus ventajas como sus riesgos y desarrollar estrategias para gestionarla de la mejor manera y que nos genere bienestar, algo en lo que, según Alemany, es necesario seguir insistiendo tanto en el ámbito educativo y también con la industria, las plataformas y los creadores de contenido.

Y todo para ir limitando el impacto de los bulos, la desinformación, el acceso a los contenidos inadecuados y el ciberacoso que los jóvenes ven compensado, señala, por las posibilidades de ocio y de interrelación que nos brinda.

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Nuestro bienestar dependen de a qué dedicamos nuestro tiempo

“El tema de fondo es cuales son las personas y las actividades que nos otorgan mayor sentido y la ansiedad viene cuando no estamos realizando esas interacciones que nos dan sentido o que nos dan vida a la hora de llevar nuestro día a día. El vacío de sentido no reside en si estamos más o menos conectados sino en que tipo de interacciones desarrollamos y lo que nos aportan”, subraya Cristina Pulido, profesora agregada del Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación y especialista en impacto social en redes sociales.

Según recalca esta experta, “nuestra felicidad reside en elegir relaciones y contenidos de calidad y en nuestra capacidad de huir de las cosas que nos generan vacío existencial”. Pero también considera que, en ocasiones, nos apetecen experiencias más superficiales sin que tengamos que culpabilizarnos por ello “si te hace feliz ver las fotos del viaje de tu amigo pues está genial”.

Está de acuerdo con la psicóloga Ángeles Esteban en que ahora mismo hay un intento de equilibrio entre nuestra vida real y la digital, mayor conciencia de la gestión que hacemos de la tecnología y de cuándo queremos estar conectados y cuando no.

A quienes se agobian por el incesante scroll infinito de las redes sociales Esteban les recomienda que “se enfoquen más en sus sentimientos y emociones y menos en las de los demás”.

Considera necesario IR a un especialista cuando “tenemos necesidad de estar constantemente con el móvil, sentimos por ello ansiedad, nos comparamos constantemente con otras personas y con las actividades que realizan y tenemos que llenar nuestra vida con esa publicidad externa para alcanzar el bienestar emocional”, la viva definición del FOMO.

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