Un detalle descubierto sobre la hibernación de las ardillas puede cambiar para siempre los viajes espaciales

Durante los meses de hibernación, los microorganismos del sistema digestivo de las ardillas reciclan los desechos y logran mantener su masa muscular

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los seres humanos necesitamos movernos para no perder fuerza y masa muscular, sin embargo, los animales que hibernan, como las ardillas, pueden ralentizar un 99% su metabolismo durante los meses de invierno que pasan dormidos y aun así, mantienen la masa de sus músculos en perfectas condiciones. Este hecho ha mantenido en vilo a los científicos y han decidido estudiar el por qué de este fenómeno. Un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin ha llevado a cabo un estudio, llegando a la conclusión de que se debe a las bacterias intestinales.

Los microorganismos que viven en el intestino de estos animales realizan una función fundamental en el proceso de hibernación. Se dedican a reciclar los residuos de las ardillas para construir bloques que mantienen la construcción de la masa muscular. este estudio es pionero en su materia, ya que hasta ahora no se sabía que los microorganismos pudiesen cumplir tal tarea. Los investigadores han ido un paso más allá, planteándose su posible utilidad en los humanos. Podría ayudar a las personas que sufren de distrofia muscular o los astronautas que viajen a lugares muy lejanos del espacio.

Durante la investigación, los expertos decidieron analizar el funcionamiento de la urea en las ardillas, un compuesto químico incoloro encargado de los desechos (por la orina, heches y sudor). En el sustento de los músculos y la construcción de nuevos, el cuerpo necesita de nitrógeno, que consigue en su mayoría de los alimentos. Los investigadores sospechaban que los roedores conseguían el nitrógeno de la urea, por ese motivo decidieron estudiarla.

Un paso más cerca del futuro

En el estudio, introdujeron a una serie de ardillas, urea que contenía una forma de nitrógeno que podía ser rastreado en su recorrido. Siguieron el camino que llevaba el nitrógeno y observaron que pasaba al hígado, los intestinos y, por último, los músculos. Además, comprobaron que los animales que tenían un microbioma (conjunto de microorganismos) sano, transportaban más cantidad de nitrógeno hasta los músculos. Por lo tanto, los microbios de la urea son fundamentales para la supervivencia de las ardillas en los meses de invierno.

Durante las épocas en las que estos roedores no pueden alimentarse porque están hibernando, los microbios aumentan su capacidad de procesamiento de la urea y cada día que pasa son más eficientes. Cuando los científicos probaron su aplicación en los humanos vieron que los microorganismos del intestino son capaces también de recuperar el nitrógeno de la urea. Los expertos aseguran que van a seguir estudiando el funcionamiento de cómo los microbios reciclajan la urea en las ardillas para poder desarrollar tratamientos que mejoren la microbiota de los humanos.

Sus miras a futuro son poder tratar y ayudar a las personas que sufren de una distrofia muscular y pierden su masa, a los ancianos y a los astronautas que se embarquen en viajes de una larga temporada. Sin embargo, aún queda un largo recorrido con múltiples estudios y experimentos por delante para poder hacer realidad estas expectativas. No obstante, este el primer paso para las futuras aplicaciones en biomedicina.

Herrera en COPE

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