Estas son las sentencias judiciales más curiosas y extravagantes de la historia de España

Reyes Martel es una magistrada de menores en Las Palmas de Gran Canaria ha puesto en práctica una curiosa medida de rehabilitación para que los jóvenes infractores puedan enderezar sus vidas, y que consiste en hacer el Camino de Santiago. Una iniciativa que la propia jueza argumentaba en Herrera en COPE que tiene como objetivo para que recuperen “valores importantes como luchar por una meta, saber cómo perder, cómo caer y volver a levantarse, la solidaridad, respetar el medio ambiente, abrir vías de comunicación con familiares”.

Pero no es la única magistrada que utiliza sentencias de lo más curiosas y originales para aleccionar a infractores. En COPE repasamos algunos de los más pintorescos y peculiares.

EMILIO CALATAYUD

El juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, es una figura muy mediática dentro del mundo de la Justicia por sus extravagantes sentencias que contienen un fuerte carácter pedagógico. La última fue en el año 2017 cuando condenó a un menor que había robado en una peluquería a, no sólo cursar un taller de estilismo, sino a pasar un examen. ¿Cómo? Pelando al propio Calatayud. Es un ejemplo de más de una dilatada carrera de sentencias similares. En 2003 condenó a otro menor a acompañar a un policía local durante 100 horas por conducir sin carnet. También obligó a otro joven a crear un cómic a través del cual tendría que relatar la historia de cómo había acabado recibiendo la sentencia. Más recientemente, en el año 2014, un hacker condenado por revelación de secretos impartió durante 100 horas clases de informática a otros jóvenes.

SENTENCIAS LITERARIAS

El juez de Tenerife Álvaro Gaspar emitía una sentencia sobre un caso de divorcio bastante peculiar y con tintes muy líricos:

Procede acceder a la separación

que imploran tanto el señor Triana

al que no le da la real gana

de soportar la tensión

como la señora Sarmiento

que no sufriendo escarmiento

tras su primer tropezón

persiste en el mismo tono

y aduciendo el abandono

suplica una solución

Por su parte, el juez de Cantabria Esteban Campelo utilizó en su caso recursos bíblicos también en una sentencia relativa a un caso de divorcio al transcribir: "Como con Adán y Eva surgió el infierno en vuestro matrimonio".

SENTENCIA POLÉMICA

El juez de Huelva Javier Pérez Minaya, emitió una curiosa sentencia en la que archivaba la denuncia de una mujer contra el hombre que interpretaba al rey Baltasar en la cabalgata de 2010 por provocarle lesiones en el ojo por el lanzamiento de un caramelo. En la sentencia, Minaya redactaba que "sin poder ciertamente afirmar que existe una amistad con el denunciando", que éste, "con el concurso de los reyes Melchor y Gaspar, le han venido ofreciendo anhelados presentes cada 6 de enero desde que tenía uso de razón". Asimismo, Pérez Minaya entiende que habría de "determinarse la nacionalidad de su Majestad, pues siendo notorio que procede de Oriente, hace más de dos mil años que no se resuelve la polémica en torno a su verdadero país de origen. De ese modo, solo conociendo su nacionalidad, aplicando las reglas de Derecho Internacional Público, podría dilucidarse a qué jurisdicción y a que órgano judicial, dentro de la misma, correspondería instruir". El propio acusado, de origen senegalés y negro, aseguró en tono de broma: "me quedé blonca al conocer la denuncia".

FUERA DE ESPAÑA

Los jueces de otros países tienen ocurrencias tan originales como un magistrado en el estado de Misouri en Estados Unidos, que utiliza a Disney como punta de lanza contra los criminales. Ante un cazador que había matado más de 100 ciervos en apenas tres años, dictó una sentencia de un año de prisión y la obligación de ver la película “Bambi” al menos una vez al mes. Una película popular en la que un pequeño cervatillo ve cómo su madre pierde la vida por el disparo de un cazador.

También en Estados Unidos, en Cleveland, la policía pilló in fraganti a una mujer que se salió de la carretera para adelantar a un autobús. El juez la condenó a pagar 250 dólares, y a pasar de pie una hora cada martes y miércoles en la calle del incidente portando un cartel que dice: “Sólo una idiota conduciría por la acera para evitar un autobús escolar”.

Asimismo, un joven que ponía música de rap en su coche a todo volumen vio cómo el juez tomaba la sorprendente decisión de imponer en la sentencia la cláusula por la que podría reducir la multa si ponía Beethoven. Pagó la multa completa.