Estudiantes de Medicina refuerzan su vocación altruista en plena pandemia

Al margen de las clases, prácticas, exámenes y seminarios, un alumno de primero de Medicina debe dedicar entre 4 y 6 horas al día a estudiar y para ello hay que estar organizado

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Estudiantes de Medicina refuerzan su vocación altruista en plena pandemia

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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Ni los más 43.000 sanitarios que se han contagiado, ni su falta de protección, ni su lucha sin cuartel día y noche contra el COVID-19, nada afecta a la vocación de los estudiantes de medicina. Muy al contrario el sueño de poder salvar vidas se ha afianzado aún en estos alumnos. A ello ha contribuido según explican a COPE tanto el reto sin precedentes que afrontamos como la ejemplar respuesta de los profesionales.

“Están en primera linea de fuego, entregándose a los demás como unos auténticos héroes. Esto está motivándome mucho para seguir con mi sueño y luchar por poder ayudar a los demás en un futuro” explica Carmen Labayen Milans del Bosch y alumna de primero de medicina.

De la crisis del coronavirus, Carlota Pérez Fernández, compañera de carrera de Carmen en la Universidad CEU San Pablo, también destaca el mérito de los sanitarios.

“Me ha emocionado ver como trabajan los médicos y enfermeros sabiendo el riesgo que tienen de contagiarse y la verdad es que esto ha reforzado mi vocación porque me gustaría mucho algún día ser un héroe como ellos”, subraya Carlota quien “no imagina en el futuro levantarse por la mañana y hacer algo que no sea curar a la gente”.

Recuerda cómo en los primeros días de la pandemia su padre la incluyó para felicitarla por lo bien que lo estaban haciendo. “Yo me quedé sorprendida” explica a COPE “porque estando en primero de medicina que voy a estar haciendo yo pensé pero luego en cierta forma me dí cuenta de que en el momento en el que eliges una carrera sanitaria ya formas parte de ese colectivo”.

Medicina, una carrera difícil y aún más cuando se cursa de forma digital

Al margen de las clases, prácticas, exámenes y seminarios, un alumno de primero de Medicina debe dedicar entre 4 y 6 horas al día a estudiar y para ello hay que estar bien organizado. Tras la suspensión de las clases presenciales, aprenden por medio de una plataforma digital a la que se han adaptado rápido tanto la universidad, como los profesores y también los alumnos aunque todos sean conscientes de que no es lo mismo y hayan tenido que reorganizarse contenidos y calendarios.

“Se nos retrasaron los parciales pero los finales se nos han mantenido. Se nos ha juntado todo y muchos de nosotros estamos agobiados” asegura Carmen.

Otro problema al que apunta Carlota es no poder estudiar en la biblioteca “estaba acostumbrada a una rutina de una biblioteca y es que en casa es más difícil, tienes el móvil y parece una tontería pero las caceroladas e incluso los aplausos de las ocho de la tarde también distraen”.

Al final constata “hay que emplear más horas en casa para que cundan igual que lo que cundían en la facultad”.

Exámenes de alta seguridad

Otra de las cosas que han cambiado son los exámenes, para los parciales ya se instalaron ciertas medidas de seguridad como limitar el tiempo de respuesta o impedir volverá atrás en las preguntas de tipo test. Ahora para los finales el control es aún mayor para impedir que nadie haga trampas.

Cada alumno explica Carmen debe instalarse la aplicación Proctorio que restringe la navegación en Internet “nos bloquea abrir nuevas pestañas durante la prueba para que no podamos buscar información; activa el micrófono, la webcam, el programa conoce todo de nuestro ordenador y detecta cualquier posible movimiento sospechoso de cabeza, de ojos, de boca”.

Al principio señala “nos pareció una invasión total de nuestra privacidad pero finalmente veo que es un sistema justo para que todos hagamos el examen en las mismas condiciones y sin poder consultar apuntes ni nada”.

Cambios que han venido para quedarse tras el confinamiento

También los profesores han hecho su propio camino a lo largo de los dos últimos meses. Arancha Gortázar es profesora de Histología, un asignatura del primer curso de Medicina en la que los alumnos aprenden todo lo relativo a los tejidos de los órganos.

“En mi caso un martes estábamos dando clase presencial y al día siguiente ya estábamos en modo digital, no es lo mismo y todos hemos tenido que adaptarnos pero estamos pudiendo dar la materia incluidas las prácticas” explica a COPE.

Lo que más le cuesta es, subraya, “no poder verles la cara para ver si se están enterando o no y por eso suele preguntar más e impartir la clase de forma más lenta en la modalidad telemática”.

Admite que algunas prácticas de la carrera no se podrán hacer “quedarán para septiembre” pero también señala “hay cosas que antes no hacíamos y que quizás en un futuro permanezcan porque son útiles”.

“Nuestras clases ahora quedan grabadas y tienen muchas descargas. El próximo año las podemos poner a disposición de los alumnos y seguro que también van a recurrir a ellas” señala Arancha.

Considera que lo óptimo es la formación presencial tanto desde el punto de vista académico como del humano. Y es que esta profesora, bióloga de formación, admite que “echa mucho de menos a sus alumnos”.

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