Informe COPE: El cambio climático se acentúa exponencialmente y el tiempo corre

Los expertos consultados por COPE insisten en aprovechar el margen que aún tenemos

Escucha el Informe COPE de Carmen Labayen sobre el cambio climático
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Carmen Labayen

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Las alteraciones del clima se acentúan y están aumentando a un ritmo exponencial en los últimos años. 

Según recoge el último Informe COPE del “Cambio climático: el tiempo corre”, la prueba es el calentamiento global y la sucesión de eventos extremos en España y en el mundo provocando cada vez mayores peligros para nuestra salud y la del planeta. Los científicos insisten en aprovechar el margen que aún tenemos pero admiten que los frenos tanto políticos como económicos son todavía enormes.

“El cambio climático debe verse como una oportunidad para cambiar las cosas que hacemos regular. Lo que vemos desde la ciencia es que la dinámica es exponencial, que cada vez hay más cambio en menos tiempo. 

Cada vez el aumento de la temperatura y de los eventos extremos asociados van más rápido que hace tan solo algunos años. Vamos a galope tendido hacia escenarios y consecuencias que debemos y podemos evitar” explica en COPE el investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Fernando Valladares.

Los datos desmienten un negacionismo que también va a más

2024 fue el año más cálido registrado en el planeta, el primero en el que se superó en su conjunto el aumento en 1,5 grados con respecto a los niveles preindustriales. Fue el año más cálido en 100.000 años. La subida de las temperaturas provoca, entre otros muchos problemas, que se evapore más la humedad y que aumente, con ello, el riesgo de fenómenos extremos como la DANA del 29 de octubre en la que fallecieron 224 personas en nuestro país.

“Afecta a todo el planeta y es además un calentamiento que se está produciendo de forma muy rápida. Esta subida de 1,5 grados en un siglo y medio no tiene precedente. Es global y afecta a los océanos, a los continentes, también de forma especial al Ártico, y es diferente a otras alteraciones climáticas que ha habido en el pasado en la Tierra. 

Es un tema árido, difícil de transmitir y, en ocasiones, los científicos nos perdemos en datos o en decimales de grados y lo fundamental es explicar los efectos y las implicaciones del cambio climático”, explica en COPE el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo.

Rubén del Campo le cuenta a Carmen Labayen las consecuencias del calentamiento global
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Andrés Campos

Rubén del Campo le cuenta a Carmen Labayen las consecuencias del calentamiento global

Y es que esos efectos “ya son visibles y están aquí” insisten los científicos y son olas de calor más intensas, que duran más, que afectan a más zonas y que se producen también fuera de temporada; sequías más severas que notamos en los ecosistemas y en los cultivos; menos nieve en las montañas, menos recursos hídricos y, al mismo tiempo, más episodios de lluvias torrenciales y más intensas que en décadas pasadas.

Las fatales consecuencias de esas lluvias torrenciales de la DANA del 29 de octubre aún no se han incluido en el último Indice de Riesgo Climático Global que acaba de publicar Germanwatch. España, figura en este informe, como uno de los 8 países más afectados de 171 por los efectos del cambio climático.

27.000 personas han muerto a consecuencia de este fenómeno en nuestro país entre 1993 y 2022 y, según señala este informe, en estas 3 décadas las pérdidas asociadas han superado los 24.000 millones de euros. 

En ese mismo periodo la frecuencia e intensidad de las tormentas, inundaciones, olas de claro y sequías provocaron en todo el mundo más de 765.000 víctimas mortales y pérdidas económicas por valor de 4,2 billones de dólares.

Dana en Valencia

Dana en Valencia

El nivel medio del del mar a nivel global ha aumentado en 1,7 mm/año desde 1901 a 2010 y de 2,9mm/año entre 1993 y 2019. El resultado es que el nivel del mar a aumentado en 0,19 metros entre 1901 y 2010 a escala global. La extensión del hielo marino es menor que la década anterior desde los años 80. También ha disminuido significativamente la extensión de la cobertura de nieve en el hemisferio norte, según recoge el Informe sobre el Estado del Clima España 2019.

“Cada vez hay más indicios de que estamos entrando en una fase crítica e impredecible de la crisis climática, que también cambiará cada vez más los desarrollos sociales y la seguridad de la humanidad en todo el mundo”, señala la experta en política climática internacional Laura Schaefer.

España, un territorio cada vez más desértico

En España hay el doble de terreno con clima árido que hace 75 años, es la prueba señalan en AEMET de que el clima propio del norte de África se está extendiendo hacia el norte alcanzando la Península Ibérica.

“Este clima subtropical está subiendo en latitud y lo notamos en España de forma que el terreno con clima árido en nuestro país se ha duplicado con respecto al que teníamos en 1950. Estamos además en el Mediterráneo que es lo que se denomina un punto caliente del cambio climático ¿Por qué? porque sufre los efectos del calentamiento global con más intensidad que otras regiones. Nuestra gran biodiversidad se adapta con mayor dificultad a las alteraciones del clima que son muy rápidas”, explica en COPE Del Campo.

Jóvenes por el centro de Sevilla durante una ola de calor

Las olas de calor se multiplican en nuestro país, son cada vez de mayor duración. En 50 años, han aumentado su duración alrededor de 3 días por década. Son también más extensas y afectan, en promedio, a 3 provincias más cada diez años. Ganan además en intensidad a razón de 0,27 grados cada década que pasa, según recoge el Informe sobre el estado del clima de España 2023 de la Agencia Estatal de Meteorología.

“Los episodios prolongados de calor disparan la mortalidad entre la población más vulnerable principalmente asociado a las temperaturas mínimas que dificultan el descanso nocturno y que pueden generar el fallecimiento a las personas con patologías previas”, explica Abel López Díez de la cátedra universitaria Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna.

Solo entre mediados de junio y mediados de julio de 2022, según refleja el último informe de Germanwatch, el calor extremo y sus consecuencias provocaron más de 11.000 muertes en España.

En nuestro país en la última década se han producido 40 muertes por cada 100.000 habitantes más que en la década anterior, según refleja el último informe la “Cuenta Atrás de The Lancet” en Europa . Es más del doble que la media europea donde el aumento fue de 17 muertes por 100.000 habitantes y el mayor auge registrado en el continente en el mismo periodo.

Entre 1961 y 2023 la temperatura media anual ha aumentado en 1,57 grados en España, una cifra significativa. Se sitúa ya en 15,2 grados esa temperatura media para el conjunto de España. Entre 2014 y 2023 los récords de días cálidos fueron 28 veces superiores a los récords de días fríos. Hubo 196 récords de días cálidos y 7 de días fríos.

Jóvenes beben agua para paliar los efectos del calor

Por primera vez en 2023 no hubo lo que se considera como meses fríos. Las temperaturas superficiales del agua del mar también batieron récords ese año y, también inédito, la temperatura media de las aguas a España superó los 20 grados y se situó en 20,4 grados, 0,6 grados más al anterior registro máximo de 2022 y 1,1 grados más que el promedio normal entre 1991 y 2020. También en las zonas costeras, las más próximas al litoral, el termómetro fue de récord al situarse ligeramente por debajo de los 20 grados.

Los gases de efecto invernadero -dióxido de carbono, metano y óxido nitroso-que se miden en el Observatorio Atmosférico de Izaña, situado en Tenerife, alcanzaron el máximo anual en 2023 y están en valores sin precedentes desde que el ser humano habita la Tierra.

El aumento progresivo y cada vez más acelerado de las temperaturas por esa contaminación está provocando un clima cada vez más extremo. En los últimos 60 años nuestro país ha vivido 3 sequías de larga duración y otras 4 de sequías graves. Periodos en los que además del impacto para la salud y de las restricciones de agua para el consumo humano y para el riego, multiplican el riesgo de incendios forestales y generan fuertes pérdidas económicas al afectar a sectores importantes de nuestra economía.

Fernando Valladares señala el efecto del cambio climático en los almendros
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Andrés Campo

Fernando Valladares señala el efecto del cambio climático en los almendros

“Lo que antes era más excepcional, se vuelve ahora menos excepcional, el cambio climático lo que está haciendo es acentuar fenómenos naturales”, subraya Valladares.

Estados Unidos, un nuevo freno para tratar de controlar la situación

La salida por segunda vez de EEUU de los Acuerdos de París, de nuevo, por decisión del presidente del país Donald Trump “no es el mejor panorama para la reducción de las emisiones de gases contaminantes en todo el mundo. Para tener éxito la lucha debe de ser global. Europa trata de liderar el cambio pero se necesita el compromiso de todos los países en especial los que más contaminan como China o India”, reconoce Rubén del Campo.

Para Valladares, “el retroceso de EEUU en sus compromisos ambientales en contra de los acuerdos internacionales y de la ciencia es un auténtico freno hacia una economía mundial descarbonizada. Es el segundo emisor de CO2 después de China y durante mucho tiempo ha sido el primero en emisión de gases de efecto invernadero pero al menos Pekín sí tiene una estrategia para ir pasando a formas de energía más limpia como la eléctrica”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, observa durante una reunión con el Taoiseach de Irlanda, Micheal Martin, en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, DC, EE. UU., el 12 de marzo de 2025.

EFE

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, debería jugar un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático

Y es que, según recalca Carlos de Miguel, profesor de Derecho Medioambiental de la Universidad Pontificia de Comillas, a diferencia de Rusia o de India, China sí forma parte de los países favorables a luchar contra el cambio climático: “es verdad que mantienen un alto consumo de carbón pero al mismo tiempo construyen centrales nucleares que no tienen emisiones y son grandes productores del equipamiento para acometer las políticas de mitigación (reducción de emisiones) del cambio climático”.

Con Estados Unidos, apartándose del multilateralismo, las miradas se centran en la Unión Europea, a su vez, sacudida por sus propias tensiones internas y por un nuevo orden mundial que está provocando un cambio en las prioridades que pueden afectar al Pacto Verde Europeo si triunfan las propuestas que abogan por rebajar la responsabilidad y el desempeño medioambiental comunitario.

“Muchos países están expectantes de qué es lo que va a hacer la Unión Europea con su intención de ir reduciendo su dependencia de los combustibles fósiles e ir hacia las renovables, la eficiencia energética y la electrificación. En este contexto geopolítico turbulento, la Comisión Europea tiene el reto de hacer de la descarbonización su apuesta para relanzar la economía y asegurar el futuro de la industria europea con energías limpias”, señala el investigador sénior en Economía Política y Gobernanza del think tank E3G Pepe Escrig.

¿Qué es lo que está en juego?

En un mundo interconectado, los efectos que provoca el cambio climático en otros países y regiones del mundo también nos afectan, al provocar cambios en la distribución de la población progresivamente expulsada de las zonas costeras y de los espacios desérticos que irán traduciéndose en nuevas migraciones. Afectan a nuestra salud, al trabajo, a la economía y también a la geopolítica y a la seguridad como potencial amenaza para la cohesión social y factor de conflictividad asociada al aprovechamiento de los recursos naturales.

“Hay una injusticia adicional y es que no son los países más contaminantes los que más sufren las consecuencias. Hay esa dualidad, países en vías de desarrollo, sobre todo pequeños estados de Oceanía, que lanzan un SOS en cada reunión de Naciones Unidas alertando de que están abocados a desaparecer por las consecuencias del cambio climático al que apenas contribuyen”, subraya Del Campo.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, interviene en un evento sobre financiación climática organizado con motivo de la cumbre del clima COP29 que se celebra en Bakú, la capital de Azerbaiyán

EFE

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, interviene en un evento sobre financiación climática organizado con motivo de la cumbre del clima COP29 que se celebra en Bakú, la capital de Azerbaiyán

La especialista en políticas de adaptación al cambio climático y Derechos Humanos Vera Künzel considera que “los países más vulnerables necesitan urgentemente un mayor apoyo financiero de la comunidad internacional para evitar las graves consecuencias de los impactos climáticos”.

Entre los acuerdos suscritos en la última Cumbre del Clima, la COP29, figura el compromiso de los países desarrollados de destinar 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035 para apoyar a los países en desarrollo en la reducción de emisiones y de adaptación al cambio climático. También hubo consenso sobre los mercados de carbono pero no se lograron avances en los programas de mitigación, dejando pendientes algunas metas para aumentar la ambición climática.

¿Estamos a tiempo, qué podemos hacer?

“Ni nos imaginamos las consecuencias del calentamiento global si no actúamos. Con la situación actual aún es posible lidiar pero si alcanzamos los 3 grados de temperaturas con respecto a los niveles preindustriales como es previsible que ocurra -si no logramos frenarlo-a finales de siglo, los efectos serán devastadores”, señala Rubén Del Campo.

Considera este meteorólogo que hay efectos del cambio climático que va a ser muy difícil que consigamos reducir a corto o medio plazo y que junto a este objetivo debemos esforzarnos en las políticas de adaptación al cambio climático. Y aboga por hacer ciudades más sostenibles además de un uso más racional del agua y otras medidas que, según admite, son un reto tanto organizativo como presupuestario pero que no pueden esperar si queremos que lleguen a tiempo.

Una niña con gabardina roja bebe agua de una fuente en un parque de Madrid

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Imagen de archivo

“El tiempo corre y ya estamos en una situación en la que la ventana de oportunidades para reducir los efectos del cambio climático ya es un ventanuco”, zanja el portavoz de AEMET.

¿Concienciados de verdad o solo de boquilla?

3 de cada 4 españoles están muy o bastante preocupados con el cambio climático en estos momentos mientras que el 23,5 por ciento afirma que es algo que les preocupa poco o nada, según refleja el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado en febrero.

Con un 80 por ciento de ciudadanos preocupados por el cambio climático en la última Global Attitudes Survey del Pew Research Center, es uno de los países que reflejan mayor sensibilización con los efectos de las alteraciones climáticas.

Imagen del caudal del río Palancia a su paso por Sagunto cuando varias carreteras de las provincias de Valencia y Castellón permanecen cortadas debido a la lluvia

EFE

Imagen del caudal del río Palancia a su paso por Sagunto cuando varias carreteras de las provincias de Valencia y Castellón permanecen cortadas debido a la lluvia

Pero una cosa es mostrarse preocupado y comprometido para afrontar la crisis ambiental global y, otra, adoptar conductas consistentes con esa preocupación en ámbitos como el transporte, el reciclaje o el consumo.

“Hablamos mucho y cuando nos preguntan en las encuestas decimos que sí nos preocupan, pero luego en nuestro día a día, desde si cogemos o no el coche particular hasta la comida y todo lo que compramos no somos muy coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Debemos concienciarnos realmente y exigir a las empresas y a las administraciones. Y las propias administraciones además de hacer cumplir a las empresas, también deben de cumplir y tener en cuenta las políticas medioambientales en la contratación pública”, subraya De Miguel.

Para Valladares, las múltiples y sucesivas advertencias de los científicos chocan con varios frentes. El primero son nuestras costumbres y nuestros hábitos como viajar en avión que nos cuesta cambiar. Además se dan de bruces con los poderes económicos y políticos y sus intereses cortoplacistas: “no nos acabamos de creer que el cambio del clima ya está aquí”.

¿Está haciendo España los deberes?

Nuestro país puede perder hasta un 7 por ciento de turismo por el cambio climático de aquí a final de siglo, según un informe de BBVA Research. Otros sectores clave de nuestra economía como la agricultura, la silvicultura, el turismo o el transporte dependen asimismo estrechamente del clima. También otros ámbitos como nuestra salud, las ciudades o la biodiversidad.

Según la Fundación Bertelsmann, España está junto con los países nórdicos (Suecia, Finlandia y Dinamarca) entre los 4 países con mejores resultados de neutralidad climática de la OCDE y de la UE por la puesta en marcha de políticas de sostenibilidad.

Para Valladares nuestro país ha pasado “de estar en el furgón de cola a una posición ejemplar y es uno de los países europeos que más claro tiene las ventajas del compromiso con el clima”. Considera, sin embargo, que debemos ser más ambiciosos para reducir las emisiones aunque afecte a la construcción o al transporte, intensivos en emisión de gases además de reducir el regadío que consume el 80 por ciento del agua disponible.

Fuerte tormenta con lluvia y nubes dramáticas sobre el centro de la ciudad de A Coruña

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Fuerte tormenta con lluvia y nubes dramáticas sobre el centro de la ciudad de A Coruña

Del Campo insiste en que debemos de seguir mejorando las estrategias de adaptación -que sí dependen más del ámbito local que del global- y pone como ejemplo los refugios climáticos.

Para de Miguel, en cambio, “España no destaca ni para bien ni para mal, ni somos los primeros ni tampoco los últimos de la clase en la Unión Europea. Tenemos una adecuada legislación, aunque en algunos casos excesiva. En paralelo a unas normas ambiciosas, necesitamos que sean razonablemente aplicables y que las autoridades públicas velen por su cumplimiento”.

La ley Española de Cambio Climático y Transición Energética de 2021 establece ambiciosos objetivos para 2030 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la generación de electricidad renovable. Obliga también a llevar a cabo esfuerzos de adaptación por medio del Plan Nacional de Cambio Climático, cuyos avances se supervisan cada 5 años. Además, las principales iniciativas del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) promueven la protección de la biodiversidad e infraestructuras de movilidad eléctrica. Nuestro país sin embargo mantiene los subsidios a los combustibles fósiles.

Herrera en COPE

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