El 90% de jóvenes españoles ignora qué es la justicia climática y el 40% no liga pobreza a calentamiento, según estudio

Europa Press

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Manos Unidas apela a la justicia climática para los más vulnerables en su nueva campaña contra el hambre, 'El efecto ser humano'

El 90% de los jóvenes españoles ignora qué es la justicia climática y el 40% no encuentra ninguna relación entre el cambio climático y la pobreza en el mundo y las desigualdades. Así lo refleja el 'Estudio sobre la percepción de los jóvenes sobre la injusticia climática. Conexión entre pobreza y crisis climática' que Manos Unidas ha presentado este martes junto a su nueva campaña, 'El efecto ser humano'.

Como ha explicado en rueda de prensa el coordinador de Campañas de Manos Unidas, Marco Gordillo, la ONG ha realizado la investigación con el objetivo de conocer la percepción que tienen los jóvenes españoles sobre la injusticia climática y su compromiso para revertir sus efectos.

En este contexto, Manos Unidas, en colaboración con GfK, ha entrevistado, del 25 al 29 de enero de 2024, a 1.003 personas de entre 18 y 42 años de todas las comunidades autónomas. La media de edad del estudio ha sido 31 años y se ha realizado un muestreo con "prácticamente el mismo número de hombres que de mujeres", un 51% y un 49%, respectivamente, según ha precisado Gordillo.

Del estudio se desprende que sólo uno de cada 10 jóvenes españoles "conoce bien" el término justicia climática, frente al 48% que lo conoce "de oídas" y el 42% que "nunca ha oído hablar de ello". En este sentido, el 25% considera que la justicia climática se relaciona con "velar por las personas más vulnerables con ante el cambio climático"

Además, un 76% de los jóvenes en España cree que la crisis climática "es real" y una gran mayoría están preocupados por la situación. En cualquier caso, sólo 4 de cada 10 creen que dicha crisis contribuye a la desigualdad en el mundo.

Por otro lado, un 69% de los encuestados considera que las acciones de las empresas y los gobiernos de los países desarrollados pueden ayudar a paliar "mucho" y "bastante" la injusticia climática; y menos de la mitad (47%) cree que sus estilos de vida y hábitos de consumo ayudarán.

En ese contexto, un 76% del total de encuestados defiende que tienen la capacidad para cambiar el planeta y dejar un "lugar más justo y sostenible" a las siguientes generaciones pero son "pesimistas" en cuanto a que haya un interés colectivo por parte de los países, de la ciudadanía y resto de agentes sociales para conseguirlo.

"Consideran que sí, que es posible cambiar, que está en nuestras manos, que estamos a tiempo, que tenemos capacidad para modificar el rumbo de nuestro planeta, pero al mismo tiempo se reconocen pesimistas en la medida que, para que esto acontezca, es necesario el compromiso y la participación de todos los actores, de los gobiernos, de las empresas, de la sociedad en general y de cada uno de nosotros", ha añadido Gordillo.

Por todo ello, la ONG ha lanzado la campaña 'El efecto ser humano', en la que apela a la justicia climática para los más empobrecidos, que son los que menos contaminan y a los que más les afecta la crisis climática, con un especial llamamiento a la juventud.

La presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar García, ha detallado en su presentación que la ONG busca denunciar "cómo el maltrato al planeta afecta en mayor medida y, con consecuencias mucho más devastadoras, a millones de personas desfavorecidas que habitan en países que poco o nada han contribuido a ese maltrato".

En su intervención, García ha lamentado que los países del norte producen y consumen "como si no hubiera un mañana", una actividad que "genera desigualdad y pobreza en los países más desfavorecidos y hambre". "Ese terrible fracaso para la humanidad que pone en riesgo la vida de los 735 millones de personas que la padecen", ha añadido.

Por ello, a lo largo de los próximos 12 meces, la ONG planteará algunas propuestas de cambio en el estilo de vida de la población que "puedan tener una gran repercusión en el cuidado del planeta". En concreto, se centrará en cuestiones como reducir el consumo de agua y energía, evitar el desperdicio de alimentos y reciclar o reducir las compras indiscriminadas.

TESTIGOS SOBRE EL TERRENO

El socio local de Manos Unidas y defensor de los derechos humanos de los pueblos indígenas en Honduras, Donald Hernández, ha explicado que los índices internacionales proyectan que el paisaje climático de Honduras pasará de un nivel severo a uno agudo para 2030, aunque los hondureños son responsables del 0,03% de la emisión de gases de efecto invernadero en el mundo.

"Junto a la crisis climática, que sufre todo el planeta, hay países como Honduras a los que hay que sumarle la crisis medioambiental, provocadas por las concesiones mineras a cielo abierto, las producciones de monocultivo como la palma africana o el maíz transgénico que están provocando un alto costo para las comunidades más vulnerables, provocando el desplazamiento de personas de sus propios territorios", ha explicado Hernández.

Por su parte, la misionera María Soledad Villigua, cuya congregación trabaja desde hace 23 años en el desierto de Turkana (Kenia), ha advertido de cómo la sequía afecta de manera trágica a la población más vulnerable que vive del pastoreo o la pesca. "Estamos indefensos ante los efectos de esta crisis climática", ha denunciado.

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