Las orquestas, ante otro verano de lleno de incógnitas: "El sector de la verbena está completamente muerto"
Optimismo moderado y sensación de olvido por parte de las instituciones, así es el día a día de las orquestas de verbena en el segundo verano lleno de pérdidas económicas
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Un verano sin fiesta es como una playa sin arena, quizá como una caja sin bombones o como un mago sin su chistera. Le falta algo. El alma, la pasión y también la diversión. Una diversión que en estos tiempos parece que está mal vista ante la sociedad. No debemos olvidar, que España sigue en pandemia, y que la situación sanitaria no acaba de encontrar el punto de equilibrio necesario que pondría la mejor culminación a la tan ansiada “normalidad”.
Sin embargo, y a pesar de todo, esa fiesta y diversión que tanto se añora en las interminables noches estivales, no solo sirve para que las generaciones más jóvenes guarden sus dulces recuerdos de cuando eran chavales, (memorias que todos tenemos, merecemos tener y que serán imborrables), sino que además, proporcionan un impacto económico a tener en cuenta para el mundo de la hostelería, y también para la cultura del espectáculo.
Dentro del gremio, las sensaciones son completamente dispares, algo difícil de asimilar teniendo en cuenta de donde vienen, de un 2020 en el que el simple hecho de trabajar ya era motivo de celebración, porque significaba que ingresarían alguna cantidad de capital.
Como la alegría, la verbena este año irá por barrios, o por comunidades autónomas, mejor dicho. En Cataluña, Martí Coll dirige la ‘Orquesta Girasol’ de Barcelona y se mantiene cauto ante las previsiones de este año, después de lo vivido en el pasado curso; “en todo el verano pasado solo dimos una actuación” algo que provocó que muchos de sus compañeros se vieran obligados a dedicarse a “otros trabajos relacionados con la música, como dar clases y otro tipo de actividades”, porque la realidad es que el momento para este gremio “está bastante complicado”.
A pesar de las enormes dificultades que hay en el país, y en concreto en Barcelona, Martí se mantiene optimista, pero algo más a medio plazo: “el verano será difícil, pero confío en que en septiembre se anime la situación”.
Coincide en este optimismo David Argos, del grupo cántabro ‘Solo Saxo’, quienes ven brotes verdes más temprano; “de las cien actuaciones que teníamos normalmente, este año es posible que rondemos las 25-30”. Siguen siendo pérdidas, pero, como dice David, “se ve la luz al final del túnel, aunque las fiestas no van a ser como antes” y más teniendo en cuenta, que en su caso particular, en 2020 perdieron “un 80-90% de los ingresos respecto al año anterior, es que no tuvimos más de diez actuaciones”. El grupo cántabro se dedica a todo tipo de actuaciones, no solo a las verbenas, algo que ha ayudado a que el impacto de las pérdidas económicas no sea tan grande.
"Estamos arruinados, la verbena está mal vista"
No cuentan con esa suerte en Ávila. José María García pertenece a la ‘Orquesta La Luna’ y vive con desesperación el devenir de este verano “el sector de la verbena está completamente muerto, en 2020 no tuvimos ingresos, y este año parece que estaremos nuevamente sin facturar”. En su orquesta, ofrecen fiesta orientada a los más jóvenes, un sector que, al igual que todos, ha visto cómo se puede entrar en discotecas, teatros, estadios de fútbol y demás lugares, algo que para José María “es una contradicción, no estamos incluidos como cultura y las instituciones nos tienen completamente olvidados, no recibimos más que una palmada en la espalda”.
La realidad es que mucha gente de la que ha ofrecido, (y ofrece) entretenimiento y ocio en las noches de verano, está dejando el sector ante un panorama en el que hablar de optimismo es una posibilidad real para algunos y una completa utopía para otros. Lo dicho, la alegría siempre va por barrios, pero volveremos a hablar de verano y fiesta.