La luz azul perjudicial para la salud ha aumentado un 13 por ciento en los últimos 6 años
La contaminación lumínica afecta a la melatonina y altera los ciclos biológicos
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Solo la luz azul del alumbrado público en España aumentó un 13 por ciento en los últimos 6 años. Este aumento de la contaminación lumínica unido al de la proliferación de móviles y ordenadores que también la emiten- es perjudicial para nuestra salud: favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares y la obesidad además de pasar factura a la calidad de nuestro sueño.
Por primera vez se ha diseñado un mapa del continente europeo para medir el espectro de luz azul a gran escala. Es el trabajo que investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Exter sobre los riesgos medioambientales de la contaminación lumínica.
Han utilizado cámaras de la Estación Espacial Internacional y del satélite estadounidense Suomi NPP lo que ha facilitado cubrir la mayor superficie hasta ahora explorada.
‘‘De manera natural, la luz azul solo la dan el sol y la luna, y si la recibimos de manera artificial, todos nuestros sistemas de regulación del cuerpo se echan a perder’’, explica a COPE Alejandro Sánchez, astrofísico de la Complutense y uno de los autores del estudio.
La contaminación lumínica en Europa ha crecido, y la luz azul lo hizo en un 24’4% entre 2012 y 2020, y en España casi la mitad, en un 13% debido a que aquí son menos las instalaciones de LED en el alumbrado público que con todo suponen el 50 por ciento de las que están instaladas. Si de por sí la contaminación lumínica es perjudicial para ecosistemas y humanos, la luz azul es especialmente nociva.
La luz azul desajusta los ritmos de nuestro cuerpo
A lo largo del día nuestro cuerpo cambia de ritmo según la luz natural que influye en nuestro sueño. Por eso estamos más activos por la mañana, sentimos el bajón después de comer o somnolencia en la tarde-noche. El sistema que regula el sueño es el ‘‘sistema circadiano’’. ‘‘Es como un reloj de pared: funciona solo, pero hay que ajustarlo. Y la señal luz-oscuridad es la más importante para darle cuerda. Este sistema tiene que mandar señales al resto del cuerpo para indicar qué hora es, marcar el ritmo del resto del organismo mediante señales nerviosas y hormonales, y la más importante es la melatonina’’, explica en COPE Ángeles Rol, investigadora del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia.
La melatonina le dice a nuestro organismo qué hora es, garantiza que la temperatura del cuerpo baje, la presión arterial suba, todo de forma acompasada a un ritmo. Rol la define como ”una directora de orquesta’’. La hormona es sensible a la luz y, lo natural, es que el cuerpo segregue más a medida que la luz solar desaparece. Por eso recibir luz de noche desajusta este ciclo, porque se deja de emitir melatonina. Es lo que se llaman ‘‘cronodisrupción’’. Y el espectro azul de la luz es la que más ataca la secreción de melatonina. ‘‘La secreción de melatonina se reducirá de noche cuanto más tiempo estemos expuestos a la luz, cuanto más intensa sea la luz y cuanto más azul sea la luz’’ subraya esta experta en cronobiología.
Consecuencias y contención
La contaminación lumínica no solamente es la luz de los coches que nos deslumbran o luz de las farolas que entran en nuestro cuarto, son también ‘‘las pantallas de los móviles, del ordenador, de la televisión son contaminación lumínica, y con luz azul, pero al menos tenemos la opción de decidir apagar los aparatos’’ indica Alejandro Sánchez.
Las consecuencias del desajuste fisiológico son a largo plazo, como el aumento del riesgo de problemas cardiovasculares, alteraciones reproductoras y del sueño, deterioro cognitivo, incluso cáncer. Rol recomienda dormir con la habitación oscura, haber recibido luz durante el día, tener los dispositivos tecnológicos fuera de la habitación y desconectar de dispositivos electrónicos dos horas antes de dormir. Por la luz azul, y porque elevan nuestro nivel de alerta afectando como poco a la calidad de nuestro sueño.