Macrofiestas etílicas y borrachera como forma de diversión de los adolescentes.

Hace unos meses el padre de un adolescente llamó a laPolicía alertando de una macrofiesta. Había llevado a su hijo a un chalet algo apartado, en la localidad madrileña de Pozuelo, en el que habií quedado con compañeros de clase. Pero al llegar vió que acudian decenas de jóvenes en auténticas riadas, se quedó intranquilo y marcó el 091. Los agentes se encontraron con 200 menores, muchos ya bebidos, y litros y litros de alcohol. Al día siguiente el inspector de la zona llamó a ese padre y le dijo que había sido el único de los 200 padres que les había alertado.

Desde la FAD advierten de que la borrachera se ha instalado como forma de diversión. Un 47% de los menores cree que el alcohol no es perjudicial.

Con estas jornadas se quiere evitar que la sociedad mire para otro lado y ayudar a los padres a prevenir. Conocer a los sus hijos y enseñarles a decir no.

Gema Cantero, mediadora familiar explica en COPE: "Las familias tienen que estar formadas e informadas y conocer a sus hijos y tener buenos canales de comunicación y tenemos que hacer este trabajo desde pequeños, explicar, poner normas y límites, enseñar a decir que no. Cuando un niño ha aprendido a decir que no está mucho más protegido".

Ignacio Calderón, vicepresidente de FAD, apunta que "se mueven en un contexto en el que conviven con la borrachera como forma de diversión e inhibición y conviven con ello mañana, tarde y noche. Es una presión enorme de grupo. Deben saber que es una intoxicación grave con consecuencias gravisimas y no es ninguna gracia". Pero se sigue vendiendo alcohol a menores. Piden que se vigile y se sancione.

El Congreso estudia un proyecto de ley contra las drogas y se ha puesto sobre la mesa sancionar a los padres cuyos hijos hayan sido reincidentes en intoxicaciones etílicas.