El nuevo etiquetado de alimentos elaborados será obligatorio en un año

La obesidad va en aumento en España sin que ninguna estrategia pública haya logrado detenerla hasta el momento. La incidencia de la llamada epidemia del siglo XXI se ha triplicado en cuarenta años en nuestro país y para frenarlo el Gobierno considera prioritario poner en marcha un nuevo etiquetado que será obligatorio dentro de un año pero que la ministra de Sanidad confía lleguen a los supermercados “en dos o tres meses”.

Forma parte de la reforma de la llamada Estrategia de Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS) y el modelo elegido para el nuevo etiquetado es el Nutriscore que consiste en un código de colores que van desde el verde, los más saludables, al rojo, los menos nutritivos en función de su contenido en azúcar, ácidos grasos saturados y transgénicas, sal y calorías.

De lo que se trata es de reemplazar “el etiquetado actual, que a veces es difícil de ver y de entender, para que resulte mucho más fácil de comprender de forma que simplemente con un vistazo, el consumidor pueda identificar que tipo de producto está adquiriendo y sus efectos para la salud” explica Maria Luisa Carcedo.

El 60 por ciento de los niños con sobrepeso son en el futuro adultos con sobrepeso y por ello el Ejecutivo cree que ha llegado la hora de limitar la publicidad de productos alimentarios dirigidos a menores de 15 años. La propuesta inicial es una más eficaz y activa autorregulación por parte del sector, por medio de una adhesión voluntaria al código PAOS que también se reformará. Caso de no obtener los resultados deseables, el Ejecutivo no descarta controlar específicamente estos anuncios alimentarios.

“Vamos a trabajar con la industria para que vaya en paralelo mientras elaboraremos el Real Decreto” que debe de servir para reforzar la estrategia NAOS subrayaba Carcedo quien confía en que el nuevo etiquetado sirva también para que los productores mejoren la composición de los alimentos elaborados.

Otra de las medidas para combatir la obesidad pasará por impedir la venta de productos poco saludables en colegios e institutos ya sean alimentos o bebidas y no se descarta tampoco una subida de impuestos sobre los refrescos o bebidas con alto contenido de azúcar como el que se ha puesto en marcha en Cataluña. 

Además se elaborará un protocolo para que en las contrataciones públicas de menús, cátering, vending o cantinas impere el criterio de calidad nutricional además de los relacionados con la seguridad. Se trata promover alimentos más saludables en centros públicos como hospitales, universidades o ministerios a los que se destinan importantes partidas de dinero público.

Todo porque nuestro país sigue siendo el segundo en Europa con mayor tasa de obesidad en edad adulta. Afecta al 17 por ciento de la población y casi uno de cada dos niños tiene, según el Estudio Aladino, exceso de peso.