¿Qué se inventó primero: la cerilla o el mechero?
Forman parte de nuestra vida cotidiana, están en nuestros bolsillos y en la cocina, pero poco sabemos de su curioso origen
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El fuego ha sido un aliado del hombre desde tiempo inmemoriables, y el deseo de acceder a su control y fácil uso se acabó considerando un gran avance gracias a la invención del mechero y de la cerilla. Ambos elementos permiten al ser humano disponer de una llama casi en cualquier circunstancia. Pero, ¿qué se inventó primero? ¿Fue la cerilla la que dio lugar después al mechero o fue al revés?
La historia, como siempre, muestra un prisma difuso sobre las invenciones y los primeros usos de elementos en constante evolución. Se podría decir que los chinos ya utilizaban una suerte de cerillas desde al menos el siglo X. Eran palitos de pino impregnados en asbesto, los cuales se sumergían en una solución fosfórica para así poder crear el fuego. El siguiente paso de la cerilla ya se da en el siglo XVI, cuando un alquimista de Hamburgo consigue aislar el elemento fósforo. En 1680, al químico e inventor inglés Robert Boyle se le ocurrió revestir de fósforo un pequeño pedazo de papel y poner azufre a la punta de una astilla de madera, que al ser frotada contra el papel se encendía. Pero ninguna de estas evoluciones puede decirse técnicamente que se trata de una cerilla tal como la conocemos hoy.
Las cerillas fueron creadas en 1827 por un químico inglés llamado John Walker, que las obtuvo utilizando unos palillos largos junto con amonio, clorato de potasio, goma y almidón al final de dicho palillo. Walker llamo a su invento “The Congreves”, en alusión al cohete inglés Congreve. ¿Y cómo llegó John Walker hasta esa mezcla? Lo cierto es que el inglés estaba en su laboratorio intentando crear un nuevo explosivo. Al remover la mezcla de productos químicos con un palito, observó que en el extremo de este se había secado una gota en forma de lágrima. Para eliminarla, la frotó contra el suelo del laboratorio, provocando que se encendiera. Así nació la cerilla de fricción.
Como Walker no patentó su invento, Samuel Jones lo acabó comercializando con el nombre de "lucifers". Estos primeros fósforos tenían, eso sí, muchos problemas: el olor era desagradable, la llama era inestable y la reacción inicial era sorprendentemente violenta, casi explosiva, en ocasiones lanzando chispas a una distancia considerable.
EL MECHERO, VENDIDO POR 1,95 DÓLARES Y CON GARANTÍA DE POR VIDA
Si las cerillas por fricción fueron inventadas en 1827, ¿cuándo se inventaron los mecheros? ¿Antes o después? Aunque podríamos pensar que su invención sería posterior, lo cierto es que el primer encendedor como tal tiene como fecha 1826. El logro lo asume un químico de Alemania llamado Johan Wolfgang Döbereiner. Su invento se hizo llamar la lámpara de Döbereiner, un peligroso cartucho lleno de hidrógeno que era activado mediante un catalizador de platino. Sin embargo, el mechero no logro la popularidad que hoy en día tiene hasta que la empresa Zippo comenzara a producir el invento de Döbereiner en masa con un diseño menos peligroso y más práctico para el público en general. El norteamericano George Grant Blaisdell comenzó a comercializar los Zippo por tan solo 1,95$ e iba acompañado de una promesa de valor que definiría a la marca el resto de su vida: “Funciona o te lo arreglamos gratis”.
Una vez conocido el origen de ambos, podemos decir que el mechero se inventó antes que la cerilla si nos referimos al fósforo de fricción, que es el utilizado actualmente. Y es que todos los inventos con cerrillas que se realizaron antes del invento de John Walker fueron el resultado de una reacción química, de donde Döbereiner idearía el diseño de su lámpara.
Hoy en día, tanto el mechero como las cerillas tienen un uso generalizado y forman parte de nuestro día a día. En 2006, el diario ABC publicó que el 80% de la producción mundial de mecheros se concentraba en la ciudad china de Wenzhou. En esta urbe de 7,5 millones de habitantes se producían el 80% de los mecheros y el 75% de las gafas de sol que se venden en todo el planeta. Ahí es nada.
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