¿Es realmente eficaz un toque de queda para frenar la propagación del virus?
A juicio de Antony Trilla epidemiólogo en el Clinic de Barcelona, lo positivo frente a las medidas anteriores es “que si funciona bien, se percibe como obligatorio"
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Entre 10 y 14 días es lo que tardaremos en ver el impacto de un toque de queda generalizado en las cifras. De su grado de cumplimiento y de las posibles nuevas restricciones sobre el tamaño de las reuniones sociales y familiares a cargo de las comunidades autónomas depende el que no haya que volver a un confinamiento estricto como el de marzo aseguran los epidemiólogos consultados por COPE que ven en estas medidas la última oportunidad para evitarlo.
“Las normas hay que cumplirlas y hasta ahora no ha sido así. Las autoridades van a tener que bregar para que así sea tanto en las limitaciones del tamaño de las reuniones sociales como en los nuevos horarios porque si no vamos de cabeza a un confinamiento” nos explica Julián Olalla portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC)
Y es que “si fracasamos con esto yo, como médico, no veo muchas más soluciones que no sea volver a restringir la movilidad de forma estricta porque esto, aunque nefasto para la economía y para otros aspectos de nuestra salud, si garantiza que antes o después la curva de contagios acabe bajando” señala Olalla.
Y es que como subraya a COPE Joan Cayla el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, la situación de la pandemia en España es grave y debemos concienciarnos de que solo con el cumplimiento de medidas estrictas durante unas semanas podemos aspirar a rebajar unas cifras alarmantes con más de 140 fallecidos a diario por COVID.
“El primer paso es que se cumpla el toque de queda y después ponerlo en marcha a medianoche es muy poco; en Francia arranca a las 21h y en Italia a las 18h. Aquí las Comunidades Autónomas no podrían hacer esto, pero al menos deberían fijar el toque de queda a las 22h porque si lo ponen a medianoche pierde efectividad” asegura este epidemiólogo.
Y es que para José Polo, al frente de SEMERGEN, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria de lo que se trata no es de adelantar las cenas sino limitar al máximo los contactos y todo porque los centros de salud explica a COPE están ya “bastante colapsados”.
A juicio de Antony Trilla epidemiólogo en el Clinic de Barcelona, lo positivo frente a las medidas anteriores es “que si funciona bien, se percibe como obligatorio y se impone su cumplimiento, los ciudadanos tendremos más difícil saltarnos el toque de queda”.
Solo por ello subraya “pienso que puede ayudar porque es una limitación más y una nueva oportunidad para limitar los contactos”.
E insisten la última baza a nuestra disposición para junto al uso de la mascarilla siempre que no estemos en grupos de convivencia estable, el lavado continuo de manos y la ventilación luchar contra la pandemia con la incertidumbre adicional de hacerlo por primera vez en invierno.