Récord de bodas en 2022, algunas pospuestas y otras exprés
El número de bodas se duplicó entre 2020 y 2021 con 3 matrimonios por cada mil habitantes, pero el gran año de las bodas está siendo 2022
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2022 está siendo un año récord de matrimonios. Solo este año se celebrarán 189.000 enlaces según calculan desde la Asociación de Profesionales de Bodas (APBE) frente a 147.800 en 2021, que fue un 63 por ciento más que las registradas en el peor año de la pandemia. Parte de ellas son proyectos que se pospusieron por la crisis sanitaria, pero según los expertos consultados por COPE la mayoría sigue queriendo casarse y se acortan los plazos de decisión.
El número de bodas se duplicó entre 2020 y 2021 con 3 matrimonios por cada mil habitantes, pero el gran año de las bodas está siendo 2022 y también son buenas las perspectivas para 2023 en el que desde el sector calculan se celebrarán otros 180.000 enlaces. Un volumen un 15 por ciento superior a los niveles prepandemia.
Angela decidió en 2019 casarse con David en el verano de 2020. Tras la irrupción de la pandemia tuvieron que posponer su boda en dos ocasiones y el pasado agosto pudieron al fin darse el sí quiero en la maravillosa iglesia abulense de San Miguel en Villatoro.
“Retrasamos en un primer momento la celebración de 2020 a 2021 y después de nuevo a 2022 y así desde que nos comprometimos y hasta que nos casamos han pasado casi 3 años. Hemos tenido más tiempo de pensarlo más y nos hemos casado todavía más seguros de lo que nos hubiéramos casado en 2020 así que de todas las situaciones, aunque sean malas se puede sacar algo bueno” explica a COPE Angela.
Angela tiene 33 años y David 40 y fue ella la que tomó la iniciativa: “fui yo la que le pedí en matrimonio y él enseguida dijo que sí. Fue muy sencillo, pero también muy íntimo y bonito. Lo que más valoro es que con él aprendo algo nuevo cada día y también lo fácil que es nuestro día a día y la paz y la estabilidad que me ofrece”.
Los matrimonios religiosos como el suyo crecieron tres veces más el año pasado que las uniones civiles por las que optan 8 de cada 10 parejas en España. Y descendió la edad media con la que se casan las parejas, 39 años y medio para los hombres y algo más 36 años y medio para las mujeres según datos del Instituto Nacional de Estadística.
En el sector constatan también una cierta tendencia a las bodas exprés. “la decisión de la boda se toma mucho más rápido” explican a COPE desde APBE.
A Angela que trabaja en el sector de la organización de eventos bodas incluidas no le apetecía que los plazos se alargasen “para no tener tantos nervios ni tanta preparación, pero al final fue lo contario de lo que queríamos por la pandemia”.
En su caso decidieron casarse “para dar un paso más en nuestra relación de manera formal y nos hacía mucha ilusión la boda y celebrar con todas las personas que queremos y también de cara a formar una familia y a tener asentado todo el tema legal”.
Angela y David quieren tener hijos. Es algo de lo que han hablado, aunque aún no saben cuándo. A su alrededor y según explican en COPE “la gente sí que se sigue casando y se anima, el parón ha sido la pandemia, pero la verdad es que la boda es un día muy bonito y merece mucho la pena. Por mi trabajo también te digo que las reservas para 2023 van viento en popa y este año ha sido casi de colapso”.
¿Simple recuperación de bodas pospuestas o tendencia de futuro?
Solo el futuro podrá despejar si estamos ante una consolidación de los matrimonios en España. Entre quienes estudian las relaciones de pareja de está Fernando Vidal, director de la cátedra Amoris Laetitita en la Universidad Pontificia de Comillas. Considera que “después de un tiempo de revisión crítica se vuelve a apreciar el matrimonio y hay una mayor valoración o al menos hay una espera de casarse entre las parejas”.
Según el estudio “Nupcialidad y los itinerarios de pareja” el 73 por ciento de la población tiene pareja y la mayoría de las parejas estables informales quiere casarse. Casi 8 de cada 10 personas menores de 35 años tienen planeado casarse y el porcentaje es casi el mismo entre las que conviven y las que no conviven.
Entre los motivos que los lleva a casarse aumenta notablemente el peso de la seguridad-en especial cuando hay hijos- y para los jóvenes el matrimonio tiene mayor importancia como forma de mejorar la relación de pareja y dan mayor importancia a la dimensión celebrativa de esa unión. 3 de cada 4 participantes en el estudio consideran que el matrimonio añade algo a la pareja y solo el 18 por ciento considera que casarse quita libertad.
El principal freno a la hora de formalizar esas uniones es la situación económica y laboral de la pareja: “más allá de la pandemia, la gente está postergando la formación de familia por la crisis y el miedo que tiene a la economía. No formar familias y no tener hijos por miedo no es bueno y genera un profundo malestar y por eso nuestra sociedad debe reflexionar como favorecer que la gente pueda hacer lo que considera más importante en la vida e impulsarlo en lugar de frenarlo” subraya Vidal.
Entre los obstáculos para dar el paso, señala este doctor en sociología, “las carreras laborales cada vez con más presión y más competitivas, la situación económica y el acceso a la vivienda o también el no haber encontrado en la propia dinámica de pareja ese punto de inflexión para una entrega e integración mayor es lo que está desviando o retrasando la posibilidad de casarse”.
También es disuasorio, explica Vidal, la parafernalia que cada vez más rodea a las bodas así como su altísimo coste de una media de 25.000 euros según cifras de la patronal del sector.
“Photocall, llegadas a caballo, el baile en medio y es que el dinero puede tirar mucho para atrás. Una boda de ese tipo directamente inasumible para los jóvenes mileuristas o para padres que no tienen un gran capital. Es una espiral sin fin que empuja a cada vez a una mayor sofisticación y gasto y esto es algo que debemos también replantearnos el ir hacia celebraciones más sencillas que pongan el foco en lo esencial que es la celebración del amor entre dos personas y de su proyección juntos y en la sociedad” recalca el director de la cátedra Amoris Laetitia.
Considera que el matrimonio es la pieza más importante de la sociedad civil, de la que salen millones de mini creaciones en el mundo y que requiere, subraya, de fortalecimiento tanto para hacerlo posible como para garantizar su estabilidad y su duración que no depende solo de la pareja sino de todo lo que la rodea, de los valores y exigencias que priman en nuestra sociedad.