INVESTIGACIÓN CÁNCER

La senescencia amplifica la respuesta de las células tumorales a terapias

La senescencia amplifica la respuesta de las células tumorales a señales externas, como el interferón -proteínas secretadas por las células para protegerse de patógenos-, haciéndolas más "visibles" al sistema inmunitario, según una investigación del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona.

Agencia EFE

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La senescencia amplifica la respuesta de las células tumorales a señales externas, como el interferón -proteínas secretadas por las células para protegerse de patógenos-, haciéndolas más "visibles" al sistema inmunitario, según una investigación del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona.

El hallazgo, que publica la revista 'Cancer Discovery', abre la vía para utilizar la senescencia para mejorar la inmunidad antitumoral y la efectividad de los tratamientos de inmunoterapia.

La senescencia es un estado en el que las células no se reproducen pero tampoco mueren, pero en el que en cambio producen y secretan una serie de factores proinflamatorios.

Está provocada por diversos tipos de estrés celular, como la activación de algunos oncogenes (genes relacionados con el desarrollo del cáncer) o en respuesta a ciertos fármacos antitumorales.

Cuando esto ocurre, la senescencia puede inducir una potente respuesta supresora de tumores al alertar al sistema inmune de la presencia de células mutadas o dañadas, y contribuir en la eficacia en algunas terapias.

Sin embargo, las células senescentes no son siempre reconocidas o eliminadas por el sistema inmune por razones aún desconocidas y, en estos casos, su acumulación aberrante en los tejidos puede dar lugar a un estado de inflamación que favorece el desarrollo y progresión del cáncer y otras enfermedades inflamatorias crónicas.

Por ello, existe mucho interés en encontrar estrategias terapéuticas para eliminar las células senescentes, directamente o favoreciendo la capacidad del sistema inmunitario para reconocerlas y eliminarlas eficientemente.

Ahora, un estudio liderado por Scott W. Lowe, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK) de Nueva York, y Direna Alonso-Curbelo, jefa del laboratorio de Inflamación, Plasticidad Tisular y Cáncer del IRB Barcelona, han descubierto una nueva característica de las células senescentes que las hacen más "visibles" al sistema inmunitario.

Los investigadores han comprobado que las células senescentes tienen una mayor capacidad para percibir y amplificar el efecto de ciertas señales extracelulares de su entorno, que incrementan su inmunogenicidad (propensión a activar el sistema inmunitario e inducir una respuesta inmune) y que puede potenciar la actividad antitumoral del sistema inmunitario.

Los científicos del IRB han utilizado modelos experimentales innovadores de cáncer de hígado que reproducen características moleculares de las células tumorales e inmunitarias observadas en pacientes y se han centrado en caracterizar cómo la inducción de senescencia en células tumorales "reprograma" la comunicación entre el tumor y el sistema inmunitario.

"Hasta ahora, la mayoría de los estudios se han centrado en la capacidad de las células senescentes para enviar señales inflamatorias a su entorno. Nuestro trabajo demuestra que esta comunicación es bidireccional, descubriendo que la senescencia aumenta la capacidad de las células para recibir señales extracelulares que activan rutas clave para su reconocimiento y destrucción por linfocitos T citotóxicos", ha detallado Alonso-Curbelo.

Según el mecanismo que han descubierto los investigadores, la inducción de la senescencia pone en marcha un programa molecular, que no solo remodela el entorno tisular de las células tumorales, sino que también incrementa su receptividad y sensibilidad a ciertas señales.

Los investigadores auguran que este trabajo puede conducir a identificar nuevos biomarcadores de respuesta o sugerir estrategias para mejorar el manejo clínico del cáncer.

Este trabajo se ha publicado a la vez que otro estudio del laboratorio de Plasticidad Celular y Enfermedad del IRB Barcelona, que llegó a conclusiones complementarias utilizando un enfoque diferente.

Este estudio paralelo, con Inés Marín de primera autora y liderado por el investigador Manuel Serrano y Federico Pietrocola del Karolinska Institutet (Estocolmo, Suecia), detalla cómo al inducir la senescencia en células del cáncer, mejora la efectividad de la respuesta inmune antitumoral, en mayor grado que las células muertas que se utilizan de manera habitual.

Así, han comprobado que vacunar con células senescentes reduce de manera significativa el desarrollo del cáncer en modelos experimentales, provocando respuestas antitumorales contra células T citotóxicas.

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