Ser independiente a los 18 años, la misión imposible para jóvenes tutelados
3.500 chavales dejan cada año el sistema al cumplir la mayoría de edad
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Más de 16.000 de los 48.000 menores de edad que crecen en el sistema de protección a la infancia en España lo hacen en centros residenciales, según recoge el último Boletín de datos estadísticos de medidas de protección a la infancia de 2021.
Cumplir los 18 años implica para estos chavales el cese de esta medida de acogimiento y marca un inicio de la vida independiente muy complicado sin redes familiares de apoyo.
3.684 chavales salieron del sistema de edad por mayoría de edad en 2021, último dato disponible, tras pasar años en un sistema de protección donde recibieron los cuidados que no pudieron o supieron brindarles sus familias de origen.
La mayoría de quienes están en acogimiento residencial son chicos de entre 15 y 17 años y 6 de cada 10 son españoles. Para los jóvenes que no nacieron en nuestro país el riesgo de exclusión es aún mayor.
Tras pasar 4 años y medio en un hogar de la ONG Nuevo Futuro, Alí acaba de alcanzar la mayoría de edad ya es mayor de edad: “cumplir los 18 años para mi supuso al principio un miedo enorme porque no tengo familiares en España a donde llegué huyendo de una difícil situación y para poder ayudar a mi familia. Por suerte logré una plaza en un piso de emancipación donde me dan el apoyo que necesito”.
Miedo e incertidumbre fue lo que sintió Gonzalo al cumplir los 18 y carecer de redes en España. A su juicio la clave para salir adelante es, según cuenta a COPE, “tener un proyecto de vida y una buena actitud”, algo que ni él ni Alí creen posible sin unos educadores que durante la infancia se dejaron la piel por darles la estabilidad y la autoestima que necesitan.
La preparación para la vida independiente de estos chavales comienza cuando tienen 16 años, dos años antes de su emancipación. Seis meses antes de su mayoría de edad junto a las organizaciones que les apoyan trazan la hoja de ruta de lo que va a ser su proyecto de vida y cómo y dónde llevarlo a cabo.
“En los pisos de emancipación te van enseñando a hacer la compra, cocinar y hacer gestiones para que sepas cómo es vivir como un adulto. En estos pisos somos una pequeña gran familia y estamos genial. Tenemos el apoyo de una educadora Rebeca que me ha subido la autoestima bastante y me ha convencido de que en la vida puedo lograr lo que me proponga don disciplina y actitud. Yo tengo claros mis objetivos y estoy trabajando y estudiando a la vez y veo que, poco a poco, voy consiguiendo mis metas” explica a COPE Alí que tiene la nacionalidad española.
Salir adelante con apoyos insuficientes
Con 28 años, Javier Saiz ha logrado hacer realidad lo que Alí se propone. Tras tenerse que hacer cargo de niño de cosas que no le correspondían por edad en un entorno familiar complicado se convirtió en un menor tutelado, estuvo en el sistema de protección desde los 10 años y hasta su mayoría de edad que, según nos cuenta, supuso “un punto de inflexión, un salto de trampolín”.
Con el apoyo de Aldeas Infantiles logró estudiar una carrera y ser abogado. Tras retomar contacto con su familia, ahora es él quien les ayuda y les da el apoyo que necesitan.
“Confiaron en mí y en que podía seguir estudiando, hice el Bachillerato y decidí estudiar una carrera, opté por hacer Derecho en Granada y en Aldeas Infantiles me respaldaron en todo. A día de hoy soy plenamente independiente y he cumplido con creces con mis metas. Ha supuesto bastante esfuerzo por el camino y en ello sigo. Soy técnico jurídico en una empresa pública y a la vez estoy estudiando para presentarme a una oposición” nos cuenta Javier.
Miriam Poole es directora de Nuevo Futuro. Explica a COPE que 7 de cada 10 niños a los que atienden están en sus hogares hasta que cumplen los 18 años y es frecuente que sean grupos de hermanos tutelados. El resto logran pasar al sistema de acogimiento familiar.
Desde los 16 años y hasta la mayoría de edad participan en los programas de autonomía su proyecto de futuro. Seis meses antes de su mayoría de edad, activan el programa post acogimiento en el que se revisa de qué recursos pueden disponer algo que, según Poole, varía mucho en función de la Comunidad Autónoma en la que residen. Funciona desde 2017 y supone un acompañamiento de mínimo 6 meses y después a demanda por parte de los chavales.
“La realidad es que hay muy pocos pisos de emancipación en España donde pueden estar entre los 18 y los 21 años y completar su proyecto de autonomía mientras continúan estudiando o empiezan a trabajar. Logran la plaza quienes tienen un proyecto más estable y hay más demanda que oferta. Los que no lo consiguen buscan a veces reintegrarse en sus familias de origen, algo que no siempre es posible. Cuando no lo que hacemos es buscar otras soluciones residenciales y otros apoyos, pero hacen falta más recursos”, subraya Poole.
Y en cualquier momento de su vida también ofrecen apoyo para que los menores a los que acompañaron y que, ya de adultos, se quedan sin trabajo o sin vivienda o necesitan retomar estudios para reorientar su vida profesional.
La diferencia entre el hogar para menores y el piso de emancipación es grande “en los de infancia hay dos educadores por turno las 24 horas del día y el seguimiento es exhaustivo en el de mayores se fomenta la autonomía y solo hay un educador durante el día” explica Poole.
En cuanto a las salidas profesionales más frecuente para estos chicos al alcanzar la mayoría de edad, la directora de Nuevo Futuro señala que “lo menos frecuente son los perfiles universitarios, hay quienes optan por hacer una FP y la mayoría se ponen a trabajar”.
Considera interesante trabajar también de forma más exhaustiva con sus familias de origen para que los chicos puedan reintegrarse una vez que son mayores de edad y fomentar el acogimiento familiar para los chicos que no puedan volver con sus familias y todo antes de la mayoría de edad para que el paso de la infancia a la edad adulta sea lo menos brusco posible.
Forzados a una emancipación acelerada
Con una edad de emancipación general que por primera vez supera los 30 años y una tasa de paro juvenil del 28 por ciento, España no es un país en el que sea fácil precisamente ser autónomo a edades tempranas algo aún más complicado para los chavales del sistema de protección que “tienen que lograrlo de forma acelerada cuando a los 18 años nadie está verdaderamente listo para emanciparse”, subraya Miguel Ángel Gallardo, responsable del programa de Aldeas Infantiles SOS en Andalucía.
“Después de haber tenido problemas con sus familias de pequeños, cuando llegan a la mayoría de edad son también los que tienen mayor dificultad para hacer esa transición a la vida adulta. A los 16 años ven lejos la mayoría de edad, pero cuando se acercan los 18 años lo que sienten no sé si es vértigo o pánico muchas veces porque es un cambio muy drástico especialmente cuando ven que, en su entorno, en su centro escolar, en el barrio o con los amigos que eso no está pasando y sienten que, de nuevo, no han tenido suerte”, señala Gallardo.
También en Aldeas Infantiles trabajan la emancipación desde los 16 años tanto de forma individual como en grupos. Con cada uno de los menores tutelados se fomenta la construcción de un proyecto de vida y el crecimiento personal mediante la adquisición de competencias útiles para su realización y, en el futuro, su desempeño profesional. Trabajan además en situaciones prácticas para que sepan presentar sus propios documentos ante la Administración, aprendan a manejar una tarjeta bancaria, hacer la compra y la comida y las restantes tareas del hogar.
Solo en 2022 acompañaron a 1.430 jóvenes en toda España con diferentes programas destinados a fomentar su autonomía ya sea con un apoyo estructural o puntual. Y están orgullosos de ser parte de su familia y que parte de estos chavales les llamen no solo cuando tienen problemas sino también “nos llaman muchas veces para compartir una experiencia ilusionante como que van a tener un hijo o invitarnos a la inauguración de su nuevo negocio”, explica Gallardo.
“Son jóvenes con mucha capacidad de superar todas las adversidades, de sobreponerse a esos entornos frágiles que tienen a su alrededor y de emprender en muy poco tiempo cosas complicadas y de luchar por sus sueños” afirma el responsable de Aldeas Infantiles.