¿Son los fármacos 'psicodélicos' el futuro de la salud mental?

Los estudios del empleo de fármacos psicodélicos (éxtasis y psilocibina) como ayuda a personas con trastornos psicológicos no son algo novedoso. Desde hace miles de años se usaban sustancias alucinógenas como rituales espirituales o para encontrar paz mental, sin embargo, durante años estuvo casi desaparecida por cuestiones de prejuicios sociales. Aunque en los últimos veinte años se ha retomado con una mayor visibilidad y aceptación ciudadana.

De entre las muchas investigaciones destaca la última realizada por un grupo de científicos chinos especializados en biología molecular, que se encuentra en fase de experimentación con ratones. Lo que han hallado los investigadores es que la psilocibina (sustancia presente en algunos hongos comestibles) se encuentra estrechamente relacionada con la serotonina, aquella hormona que genera el cerebro cuando estamos felices. En las pruebas con los roedores, los expertos asiáticos han visto que la sustancia producía un efecto similar a los medicamentos antidepresivos (pero sin alucinaciones).

Al encontrarse en fases avanzadas, los expertos estiman que para el próximo año 2023 se comenzará a probar el fármaco en humanos y, si supera la prueba, se pondrá a la venta bajo prescripción médica. Las investigaciones ponen el foco en pacientes con depresiones graves, ansiedad o estrés postraumático, pero no hay que dejar de tener en cuenta que también existen factores psicosociales que desencadenan éstos trastornos. Los medicamentos ayudan a mejorar a nivel psicológico a los pacientes, pero no son la cura, es necesaria una terapia psicológica.

¿Serán más útiles que los antidepresivos actuales?

"No se puede decir si van a ser más efectivos que los antidepresivos", explica José Carlos Bouso, director científico de la fundación ICEERS (International Center for Ethnobotanical Education, Research & Service), pero ya se ven evidencias de que generan efectos psicoactivos, como es el caso de la psilocibina, utilizada para casos de depresión. Bouso aclara que "son fármacos seguros", ya que, ni si quiera en los modelos animales se han encontrado evidencias de toxicidad.

Para tratar el estrés postraumático, los especialistas abogan por la MDMA (éxtasis), ya que han visto que hay una "eficacia muy limitada" a los tratamientos empleados hasta ahora. "Puede ser interesante incluir estos fármacos que induzcan experiencias emocionales correctivas", comenta Bouso. Las alucinaciones son generadas por el éxtasis y puede ser por este factor por el que algunas personas rechacen este nuevo fármaco. Por ello, Bouso dice que debemos alejarnos del contexto popular que las identifica como "algo horroroso" que le ocurre a un individuo fuera de control, ya que se sabe que muchas personas las sufren estando en todas sus facultades mentales.

En lo referente a su disposición para pacientes, no podrá adquirirlos cualquier persona en una farmacia para consumirlos. Serán administrados por los médicos o psicólogos en sus consultas, bajo su constante supervisión. Está previsto que el profesional sea quien proponga a su paciente la posibilidad de éste tratamiento. Además, será exclusivo para auqellos que padezcan de una depresión severa o estrés postraumático (donde el individuo ha visto su integridad física o mental dañada) que les impida hacer vida normal.