De terremoto a tsunami: cuando la Tierra se vuelve contra el hombre

Los temblores sísmicos que se producen cerca de las costas o que provocan los deslizamientos del fondo marino pueden desencadenar en olas gigantes en las aguas

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Un terremoto de magnitud 7,5 sacudió México el pasado martes y, según el balance provisional, habrían muerto cinco personas como consecuencia de seísmo, varios heridos leves y provocó importantes destrozos en las localidades cercanas. Y, a veces esta sacudida de la tierra puede desencadenar en un Tsunami.

DE TERREMOTO A TSUNAMI

DE TERREMOTO A TSUNAMI

La Real Academia Española define “tsunami” como una “ola gigantesca producida por un maremoto o una erupción volcánica en el fondo del mar”, es decir, por un terremoto en el mar.

Este fenómeno es originado por un corrimiento de tierras, una erupción volcánica o la caída de un meteorito, aunque la causa más frecuente es un terremoto submarino que se produce en fallas.

¿QUÉ ES UN TSUNAMI?

Las fracturas en la corteza terrestre acumulan tensión que es liberada cuando sucede la sacudida. Las dos porciones de corteza separadas por la falla se deslizan una respecto a otra. Para que ocurra un tsunami el movimiento posee un componente vertical; en cambio sí es totalmente horizontal no se produciría.

Los temblores sísmicos que se producen cerca de las costas o que provocan los deslizamientos del fondo marino pueden desencadenar en olas gigantes en las aguas, y son lo que se denomina como tsunamis. Las olas tienen una gran longitud de onda y puede recorrer grandes distancias, hasta llegar mucho más lejos del terremoto que las provocó, incluso a atravesar todo el océano Pacifico.

Una de las características de los tsunamis es que la distancia entre dos olas consecutivas cuando se generan se sitúan entre de unos 10 a 100 km. Esto supone una profundidad mucho mayor que la del mar y se consideran “ondas largas”. Como la altura de la ola es de unos pocos metros, la pendiente de la misma es inapreciable - unos pocos metros de desnivel en decenas de km-, siendo el tsunami totalmente inofensivo. según explica ‘Muy Interesante’.

Una propiedad de las ondas largas es que la velocidad de propagación crece. Por ejemplo, si la profundidad es 4 km la ola se mueve a 700 km/h, la misma velocidad que alcanza un avión a reacción.

Teniendo en cuenta estos parámetros, cuando el tsunami se acerca a la costa, su velocidad disminuye y por lo tanto la profundidad decrece. Por tanto, si la velocidad de la ola baja, su altura aumenta, según la publicación de la revista científica.

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