El tranquilizador mensaje de una embarazada de 8 meses con coronavirus
El COVID-19 no se transmite por la placenta ni en el parto, pero Laura cuenta en COPE que cuando se contagió temió por la vida de su hijo.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Laura es una joven dentista que está embarazada de 33 semanas. Las dos últimas las ha pasado aislada en su casa con picos altos de fiebre y una tos constante. Los síntomas del coronavirus empezaron a remitir hace cuatro días y, desde entonces, nos cuenta que “mi hijo se empezó a mover un montón otra vez, demostrando que ha pasado unos días muy pachucho como su madre pero que poco a poco va cogiendo fuerza”.
Esta madrileña desconoce dónde pudo contagiarse después de las medidas extremas que había mantenido para evitarlo. Tiene una enfermedad autoinmune que hace que su embarazo se considerara de riesgo desde el comienzo.
Ahora está más tranquila, aunque reconoce en COPE que cuando se infectó de COVID-19 le asaltaron mil dudas y temores.
UN BEBÉ SANO
Fue su propio ginecólogo es que la calmó desde un primer momento. “Me dijo que tenía que estar tranquila para que el bebé estuviera tranquilo”. Y así es como Laura ha empezado a superar los síntomas del virus, como la mayoría de las decenas de miles de contagiados que hay en nuestro país. “Me dijeron los médicos que descansara lo máximo posible, mucha agua y zumo de limón con miel para calmar la tos. El tratamiento farmacológico se ha limitado a tomar paracetamol para bajar los picos de fiebre o reducir el malestar corporal”.
“El control ha sido exhaustivo para evitar que me tuviera que trasladar al centro de salud”, nos dice esta madre primeriza que recuerda como “me llamaban por teléfono cada 24 horas en las que se iban turnando el médico, la enfermera y el comadrón. Además, esta semana finalizo la cuarentena y me volverán a hacer una analítica, un control ecográfico en la clínica y, si todo va bien, lo siguiente es que me den instrucciones para el parto. Esto ya se acerca al final”, confiesa emocionada.
BUENA NOTICIA PARA LAS EMBARAZADAS
La rápida evolución y el comportamiento agresivo del COVID-19 ha ido sorprendiendo a los investigadores con el paso de los meses, pero hay un dato positivo que se mantiene desde el comienzo de esta epidemia. “No hay transmisión vertical del coronavirus en una madre gestante ni durante el embarazo ni en el parto porque se ha comprobado que no se transmite por la placenta”, como explicaba en COPE la doctora Ana Mallafré, experta en ginecología y obstetricia.
La Organización Mundial de la Salud y otras instituciones médicas aseguran que no se ha detectado el virus en las pruebas realizadas al cordón umbilical, ni en el líquido amniótico, ni en la lecha materna. De hecho, no se conoce que se haya producido ningún contagios hacia el recién nacido en el momento del parto.
Lo demuestran todas las publicaciones científicas acerca del coronavirus de Wuhan, sus características o sus efectos. Los primeros que lo constataron fueron los científicos chinos durante el origen de la pandemia.
Se trata del estudio publicado en The Lancet al comienzo de la epidemia. Estudiaron a nueve mujeres embarazadas y los científicos no encontraron evidencia de transmisión viral de madre a hijo.
A mediados de marzo, Frontiers in Pediatrics publicó otra investigación tras hacer un seguimiento a cuatros bebés nacidos de sendas mujeres embarazadas y enfermas de Covid-19 en Wuhan (el epicentro de la epidemia en China). Comprobó que ninguna de las madres transmitió en el embarazo o el parto el virus a sus hijos. A pesar de esos datos, todos fueron aislados inicialmente en unidades de cuidados intensivos neonatales y alimentados con leche de fórmula. Tres de los bebés dieron negativo en la prueba y el cuarto no recibió la prueba por la negativa de su madre.
CONTAGIO TRAS EL PARTO
Cada comunidad autónoma y cada hospital siguen unas reglas, aunque todas tienen la misma base preventiva para que el bebé no se infecte al estar en contacto con la madre portadora del virus.
La doctora Ana Mallafré nos explica en COPE que “la madre infectada por coronavirus tendrá que dar a luz con una mascarilla, lavarse frecuente las manos antes de entrar en contacto con el recién nacido y mantener la distancia de seguridad cuando se pueda . Además, si se opta por la lactancia materna habrá que añadir la higiene y lavado constante del pezón para que el bebé no se contagie por esa vía”.
De hecho, si la madre ha dado positivo en coronavirus o tienen síntomas de haberse contagiado, los protocolos de algunos hospitales impiden este contacto 'piel con piel' e incluso pueden decretar el alejamiento de madre y recién nacido durante un tiempo.
Se conoce que el riesgo de transmisión horizontal, mediante gotas de saliva o por contacto persona a persona, es igual en el momento del parto que en la población general.
Sin embargo, la Sociedad Española de Ginecología y la de Pediatría han emitido un comunicado en el que se especifica que “hay que limitar el contacto de mucosas y no besar al recién nacido. Pero no se le debe aislar, porque se pierden otros beneficios del contacto madre-hijo muy importantes, hasta el punto de que la lactancia puede realizarse”.
Además, todos los hospitales han comunicado al Ministerio de Sanidad que han hecho un esfuerzo por aislar las áreas de parto. No obstante, diversas fuentes sanitarias consultadas recomiendan estar el menor tiempo posible en los centros hospitalarios. Por eso, durante estos días de cuarentena, las mujeres van más tarde al hospital, por lo que las estancias son menos prolongadas y como norma general se intenta que la permanencia no sea mayor de 24 horas tras el parto, si no ha habido ninguna complicación.