La trata aumenta en España un 21%: se registraron 229 casos de tráfico de seres humanos solo en 2022
Casi 6.000 personas, entre ellas 100 niños fueron víctimas de trata de seres humanos entre 2017 y 2021 en España
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Casi 6.000 personas, entre ellas 100 niños fueron víctimas de trata de seres humanos entre 2017 y 2021 en España. Es una de las actividades criminales más rentables y en 6 de cada 10 casos el objetivo de las mafias es la explotación sexual. Con los supervivientes de esta dura realidad trabajan varias organizaciones no gubernamentales con el objetivo de darles acceso a refugios seguros, incluirles en programas de protección y garantizarles la ayuda psicológica y material que precisan.
El Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, registró 229 casos de trata de seres humanos en España durante 2022. De ellas, 129 fueron víctimas de explotación sexual, 89 de trata laboral 9 de criminalidad forzosa y 2 de matrimonio forzado. Esto supone un aumento del 21,2% respecto al 2021, cuando se localizaron un total de 189 víctimas de trata, en su mayoría, el aumento se dio en las víctimas de trata por fines laborales, que pasaron de 51 a 89.
En los últimos diez años, el número más alto de casos de trata se registró durante el 2020. Las fuerzas policiales rescataron entonces a 294 víctimas de trata para fines sexuales, 192 para fines laborales, 31 para crímenes forzados y 3 víctimas de matrimonios forzados. Aunque los casos han disminuido significativamente desde el 2019, se han mantenido las cifras similares a la época prepandemia.
Los datos recogidos por Ministerio del Interior en el 2022 indican que las mujeres representaron el 93% de las víctimas rescatadas por trata para fines sexuales. Los hombres representaron el 3,9% y las niñas, el 3,1% de las víctimas.
En el caso de la trata de fines laborales sucedió lo contrario. Los hombres representaron el 75,3% de las víctimas por esta tipología, y las mujeres el 20,2%.
De las nueve víctimas rescatadas en el 2022 por trata de seres humanos para crimen forzado, se encontraron seis niños y tres hombres. Las dos víctimas por matrimonio forzado fueron una mujer y una niña. Y eso es solo la punta del Iceberg, porque las mafias además, se aprovechan de las normas del estado de derecho de países democráticos como el nuestro.
La trata de seres humanos se ha convertido en el segundo negocio ilícito más lucrativo, solo por detrás del tráfico de armas y a la par con el tráfico de drogas, confirma a COPE Luis Mallandía, comisario jefe de la UCRIF, la unidad contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales.
¿Por qué y cómo?
El modo y las razones por las que estas personas acaban en circunstancias tan terribles, son conocidas. Las mafias las captan en sus países de origen con engaños, generalmente prometiendo trabajos que luego no existen o las enamoran aprovechándose de la extrema necesidad en la que viven. Una vez aquí, les quitan el pasaporte, y van generando una deuda.
Como en sus países de origen la policía no ayuda, sino más bien al contrario, las atemorizan con las fuerzas del orden en nuestro país “que solo están para ayudarlas” afirma Mallandía, y a partir de ahí la explotación va en aumento. Los métodos que estas mafias utilizan para disuadirlas de escapar, o en el caso de que lo hagan, son terribles. “Se aprovechan de todo-explica el comisario-sacan el máximo rendimiento que pueden de estas personas, se van pasando a estas víctimas hasta que las tienen totalmente anuladas”.
El mayor escollo
Las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado actúan en los lugares de origen, pero sobre todo, lo hacen en nuestro territorio. En estos momentos se centran en detectar los pisos donde se les obliga a ejercer actividades ilícitas, con un hándicap: están considerados como moradas y no pueden entrar legalmente.
“Todos esos lupanares se han convertido en pisos que no son utilizados como moradas, tienen un horario, empiezan a las siete a los ocho de la mañana y terminan el trabajo a las nueve, no son moradas y las mafias los utilizan para ejercer toda la violencia que pueden sobre estas personas y, sin embargo, la policía no puede entrar como hacemos en lugares públicos porque tienen la protección constitucional como morada”.
Un teléfono para recabar información
La policía necesita de la colaboración ciudadana para conocer las actividades sospechosas y poder actuar porque “todo el mundo sabe lo que pasa en su edificio. Yo soy padre de dos hijas y como padre a mí no me preocupa que mis hijas suban en el ascensor con esas mujeres, me preocupa que suban con los mal llamados clientes, los puteros”. La UCRIF tiene habilitado un teléfono, el 900 10 50 90, en el que se puede informar, con garantía de confidencialidad absoluta.
Nunca actúan solos. Cuando hacen una intervención, van acompañados de inspectores de trabajo y de ONGS que se dedican a la ayuda y recuperación de estas personas anuladas, maltratadas por las mafias. Una de ellas es Proyecto Esperanza.
La ayuda de la sociedad civil a las víctimas
Esta organización no gubernamental ayuda a mujeres víctimas de trata obligadas a ejercer la prostitución a recuperar su vida, desde la identificación de la víctima de trata, hasta su recuperación psicológica y social, “para que las víctimas pueden recuperar su autonomía, su vida y su dignidad”, nos cuenta Marta González, coordinadora de sensibilización e indecencia política de Proyecto Esperanza.
Han tejido una red de apoyo en la que están también policía y fiscalía para paliar las dramáticas secuelas que produce ser víctimas de trata. “Ansiedad, depresión, estrés postraumático, puede haber generado adicciones, trastorno de alimentación, del sueño, incluso a veces ideas de suicidio, de no querer continuar con la vida”. Una legión de psicólogos, terapeutas, trabajadores sociales, abogados se ponen a disposición de estas mujeres para guiarlas en su recuperación total.
¿Cómo se acercan a las víctimas?
Las Organizaciones no Gubernamentales que ayudan a estas personas explotadas tienen varias formas de intentar llegar a las víctimas. Marta González nos cuenta que en Proyecto Esperanza, como en otras, tienen un teléfono de atención 24 horas atendido por profesionales que pueden trasladarse con carácter urgente donde esté una posible víctima de trata “para poder escucharla, ayudarla, valorar su situación, ver que necesita. Es muy importante generar confianza. Nuestra intención en ese momento es entender qué ha ocurrido, que necesita esa persona, y darle información sobre los derechos que tiene, las posibilidades de ayuda y desde ahí ir generando ese vínculo, esa confianza que nos va a permitir ayudarla y apoyarla en su proceso de recuperación integral”.
Entre el sufrimiento y la alegría
Viven momentos muy duros. Recuerda Marta González el caso de una chica rumana muy joven que estuvo un tiempo en el refugio de Proyecto Esperanza y se marchó voluntariamente. A las pocas semanas “nos llamó policía nacional para avisarnos de que esta mujer había sido localizada por la red, que le habían dado una paliza le habían rapado el pelo como represalia. Volvió con nosotros, pero fue un momento muy duro ver la violencia y la falta de humanidad con la que actúan estas personas”.
Pero también han momentos muy bonitos y gratificantes. Los mejores “seguir manteniendo contacto con mujeres que ya han finalizado su proceso de recuperación con nosotros. Ver cómo han rehecho su vida, como han formado familias, han estudiado, tienen trabajos buenos… Siempre hay un momento de encuentro en navidad, que es muy bonito. Es una alegría ver cómo están y como se desenvuelven. Y también la implicación de muchas de ellas como voluntarias para ayudar a otras mujeres que están en proceso de recuperación. Es una alegría ver su implicación y que sirvan de referente para esas mujeres, para que sepan que sí se puede salir adelante”.
El comisario Mallandía reclama una ley de trata. “Hay que olvidarse de ideologías-señala-tenemos que oírnos todos, policía, fiscalía, ONGs e incluso a aquellas personas que ejercen la prostitución de forma voluntaria”.