Uno de cada dos jóvenes españoles desean formar una familia

La familia ha sido el pilar en el que nos hemos apoyado la mayoría de los españoles para sobrevivir a esta crisis sanitaria y económica. Es una pandemia que se ha cebado, sobre todo, con los jóvenes, que han visto como se desplomaba su salud mental y el 34% tenía que acudir al psicólogo. Las principales causas, dice el informe de The Family Whatch, hay que buscarlas en las adiciones digitales, el aislamiento y la educación on-line que les aisló durante meses de profesores y compañeros.

FAMILIAS JÓVENES

En el lado positivo, el estudio demuestra que ha subido 20 puntos, hasta el 46%, el porcentaje de los que quieren formar una familia. Algo que los llevaba a pedir a la Administración que aproveche para facilitar estos objetivos con ayudas económicas.

Formar una Familia, y por tanto las ayudas que a estas pudieran llegar, siguen siendo la gran asignatura pendiente, ocho de cada diez entrevistados piensan que existen dificultades a la hora de formar una familia respecto a generaciones anteriores y tan solo la mitad de los encuestados afirman que el hecho de formar una familia está bien valorado a nivel social y laboral, especialmente entre los mayores de 45 años.

Para esta franja de edad, viajar, prosperar a nivel laboral e incluso formarse académicamente, son aspectos más prioritarios en la vida de los españoles que formar una familia, aunque se ha duplicado respecto a la edición anterior del Barómetro, especialmente entre los menores de 45 años, pasando de un 26% a un 46%. Este aumento puede deberse a la percepción de que estamos mejor que cuando estuvimos confinados.

Para María José Olesti, directora general de la Fundación The Family Watch: “La natalidad sigue siendo un gran problema en nuestro país. Si no ofrecemos oportunidades a los jóvenes y les facilitamos poder formar una Familia, e incluso emanciparse, difícilmente se plantearán tener hijos”.

PROBLEMAS DE SALUD MENTAL

audio

Entre los aspectos negativos de la pandemia, destacan el aumento de ansiolíticos que tuvieron que tomar los jóvenes que veían como se desplomaba su salud mental. De hecho, una tercera parte de ellos tuvo que acudir al psicólogo como consecuencia de las adiciones digitales, el aislamiento y la educación on-line que les apartó durante meses del contacto físico con sus compañeros y profesores.

Las redes sociales están estrechamente ligadas al uso de teléfonos móviles, especialmente entre adolescentes. Sus padres reconocen grandes riesgos en el uso excesivo de redes sociales, destacando la exposición de su imagen y la exposición ante insultos e injurias (cyberbullying), seguido de la incapacidad para filtrar contenidos inapropiados y los posibles cambios en la autoestima derivados de la idealización percibida en perfiles de influencers. Los padres de adolescentes se reconocen como los principales responsables en el impacto que las redes sociales pueden tener en sus hijos (69%).

Por ese motivo, el 85% de los entrevistados ve con buenos ojos aumentar la regularización sobre la publicidad con menores. En España preocupa mucho la imagen que se da de los menores en televisión y redes y la influencia que esto puede tener en nuevas generaciones. Cerca del 80% de los entrevistados cree también que la publicidad muestra a preadolescentes con actitudes adultas y el 72% cree que se da una imagen sexualizada de los preadolescentes.