¿Por qué no debemos abusar del consumo de las bebidas energéticas?

Conoce los riesgos del consumo frecuente de estos productos

¿Por qué no debemos abusar del consumo de las bebidas energéticas?

Mercedes Muñoz de la Peña

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El consumo de bebidas energéticas no deja de aumentar. Según datos oficiales de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el 68% de los adolescentes (10 a 18 años) de la UE las consume. Entre ellos, el 12% presenta un consumo “crónico alto” de siete litros al mes y otro 12%, un consumo “agudo alto”. En España, según el último informe del Observatorio Español de Drogas y Toxicomanías, de cada diez bebidas energéticas que se consumen, siete lo hacen adolescentes y los chicos las consumen más que las chicas. Los niños son el grupo de población más vulnerable a los efecto de estos productos, por ello hay muchos nutricionistas que consideran que la venta de bebidas energéticas debería estar regulada en menores.

Su éxito procede de tener una publicidad agresiva y atractiva y se supone que aportan energía. Su uso está muy extendido: los deportistas para aumentar su rendimiento físico, los alumnos para aguantar más horas despiertos en épocas de exámenes, los que salen de fiesta para paliar los efectos del alcohol...

Al combinar estas bebidas con el alcohol se enmascara el efecto depresor del alcohol y como resultado existe más probabilidad de seguir bebiendo. Solo oculta la embriaguez, y la falsa sensación de control puede provocar que quienes hayan bebido opten por conducir creyendo que están en condiciones de hacerlo, con el peligro que ello supone.

Los componentes más insanos o problemáticos de estas bebidas son la cafeína y los azúcares libres ¿Qué cantidad de azúcar hay en una lata de 500 cc de la mayoría de estas bebidas energéticas? casi 75 gramos, el triple de todo el azúcar diario recomendado por la OMS. Una lata de bebida energética es equivalente, en promedio, a tres tazas de café y aporta un elevado valor calórico lo cual está relacionado con los altos niveles de obesidad que presenta la población infantil y juvenil.

¿QUÉ EFECTOS PROVOCAN LAS BEBIDAS ENERGÉTICAS?

El consumo de bebidas energéticas incrementa el riesgo de sobreestimulación del sistema nervioso. El aumento de la frecuencia cardiaca, el insomnio, el nerviosismo y la irritabilidad son algunos de los efectos que producen por lo que el consumo se debe limitar a personas sanas y evitar en niños y poblaciones de alto riesgo.

La deshidratación sea seguramente el gran desconocido de los efectos que produce. Contrario a lo que algunos piensan, estas bebidas no son rehidratantes, quien las toma y además las combina con alcohol, podría presentar un cuadro severo de deshidratación que en casos muy extremos podría llevar hasta la muerte. Hay que tener especial cuidado con la ingesta de la cafeína en grandes cantidades, así como también de taurina, porque provoca algunas afectaciones en el cerebro, lo que podría impedir la correcta comunicación entre las neuronas.

Queremos destacar el proyecto de investigación que sobre las bebidas energéticas hicieron los alumnos del IES José Planes de Murcia. Todas las actividades llevadas a cabo se encuentran publicadas en un blog.

Margarita Tortosa, una de las profesoras responsables del proyecto afirma, “Estas cándidas bebidas azucaradas y energizantes, totalmente legales y al alcance de cualquier niño, están causando estragos en la salud de nuestros jóvenes estudiantes. Desde el ámbito pedagógico es nuestra responsabilidad educar y formar en hábitos de vida saludable que formen ciudadanos comprometidos con su bienestar”. En Twitter y con el hashtag #STOPBebidasEnergéticas hay una campaña contra el consumo de estas bebidas.

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