¿Por qué existen los años bisiestos?

La diferencia entre un año bisiesto de uno normal es que el bisiesto cuenta con 366 días al marcar el calendario el 29 de febrero

¿Por qué existen los años bisiestos? y ¿desde cuándo?

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

¿Te imaginas nacer el 29 de febrero? Eso significa que has venido al mundo en un año bisiesto y que el día de tu cumpleaños solo aparecerá en el calendario cada cuatro años.

A estos años que cuentan con el 29 de febrero, con un día más, los conocemos como años bisiestos. ¿Lo podemos considerar una anomalía del calendario? ¿Por qué existen los años bisiestos? y ¿desde cuándo?

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¿Por qué existen los años bisiestos?

Entramos en el túnel del tiempo, nos montamos en el teletransportador y nos bajamos en la Antigua Roma. El primer calendario tal y como lo entendemos en nuestros días, el predecesor del calendario juliano, el llamado calendario romano fue creado por uno de los fundadores de Roma, Rómulo. El gemelo de Remo, criado como él por la leche de Luperca -la loba capitolina-, dividió el año en diez meses, y los meses en periodos de 29 días, 12 horas y 44 minutos, fijando el inicio del día en la medianoche -tal y como ocurre también ahora-.

Muchas de las civilizaciones anteriores se regían por las fases de la luna o también por el año solar. El calendario de Rómulo estuvo vigente hasta el año 46 a.C. cuando Julio César promulgo la reforma del calendario romano. El conocido como calendario juliano entró en vigor en el año 45 a.C. poco antes de que Roma conquistara Egipto.

Estatua de Julio César que se puede ver en Roma

Julio César pidió al astrónomo de Alejandría, Sosígenes, que le ayudara a crear una alternativa al calendario romano más apegada a la rotación de la Tierra. Según los cálculos del astrónomo alejandrino y con su instrumental astrológico de la época, la revolución solar (es decir, la carta astral calculada para el momento en el que el Sol vuelve a la misma posición natal, completando su ciclo anual), era de 365 días y 1/4 (6 horas). Esto significaba que cada cuatro años intercalaba un día extra para ajustar el cómputo entre el 25 y el 24 de febrero. Por ser el 24 el "sextus ante calendas Martii", algo así como el sexto día antes del mes dedicado a Marte (marzo), a ese día extra se le llamó "bis sextus", de donde viene el nombre de año bisiesto.

El calendario juliano fue el oficial durante el predominio del Imperio romano, e incluso la Iglesia católica lo adoptó para hacer su cómputo eclesiástico con el que determinaba el día de la Pascua de Resurrección que marca el resto de fiestas móvibles. Pero la Iglesia ya advirtió en el Concilio de Nicea (325) que los cálculos de Sosígenes eran erróneos, aunque no tomó ninguna decisión sobre su reforma y siguió calculando la fecha de la celebración de la principal fiesta del cristianismo, la Resurrección de Cristo, el primer domingo después del primer plenilunio tras el equinoccio de primavera, que suele coincidir con el 21 de marzo.

El calendario Gregoriano que rige en el mundo desde 1582

El calendario gregoriano, utilizado de manera oficial en casi todo el mundo, debe su nombre al papa Gregorio XIII, quien promulgó su uso por medio de la bula Inter Gravissimas.

Una reforma que nació de la necesidad de llevar a la práctica uno de los acuerdos del Concilio de Trento: ajustar el calendario para eliminar el desfase producido desde el primer Concilio de Nicea, celebrado en el año 325,34 y en el que se había fijado el momento astral en el que debía celebrarse la Pascua de Resurrección que es la que rige el resto de fiestas religiosas móviles. Con este ajuste se quería dar regularidad al calendario litúrgico, para ello se necesitaba introducir determinadas correcciones en calendario civil.

A partir de 1582, el calendario gregoriano fue sustituyendo gradualmente al calendario juliano en distintos países sobre todo en los de religión católica.

Estatua de Gregorio XIII en la ciudad de Bolonia (Italia)

Una de las modificaciones que introdujo el calendario gregoriano fue que el día adicional de los años bisiestos sería el 29 de febrero y no el 24, fijado por el calendario juliano.

Gregorio XIII se dejó asesorar por el jesuita alemán, Christopher Clavius, que también controlaba la astronomía y las matemáticas. Precisamente y gracias a una fórmula matemática Clavius estableció que después del jueves 4 de octubre de 1582 sería el 15 de octubre, suprimiendo 10 días lo que ayudaba a desaparecer el desfase con el año solar. Para que este desajuste no se volviera a producir, creó un sistema de excepciones a los años bisiestos.

No serán años bisiestos los que sean múltiplos de 100, excepto si también lo son de 400. Por esta razón no fueron bisiestos el año 1800 ni 1900, pero sí que lo fue el año 2000. Y por este mismo motivo no serán años bisiestos ni el 2100 ni el 2200.

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Dionisio 'El pequeño', entre el juliano y el gregoriano

A este monje, erudito y matemático de origen bizantino se le conoce por ser el creador del cálculo del Anno Domini (año del Señor) que sirve para calcular la fecha de la Pascua, en sustitución de la anterior era diocleciana, medida utilizada en el calendario juliano y servirá para el calendario gregoriano que lo sucedió y perfeccionó.

Este monje de Turquía halló la diferencia entre lo que contaba el calendario juliano y la realidad, y por el que si ese desajuste no se corregía, en el plazo de 500 a 600 años el solsticio de verano podría suceder en el solsticio de invierno y viceversa, señala el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Manuel Manianes que destaca que fue Dionisio 'El pequeño', el que implantó la colocación de los años bisiestos en torno al año 200 d. C.

Dionisio observó que para que todas las fechas coincidieran en el tiempo, era preciso que febrero tuviera un día más, para hacer realidad esas seis horas de más que no se cuentan el resto de los años.

El año bisiesto "arregló los desperfectos que había", dice el investigador del CSIC que añade que aún quedan unas pequeñas diferencias que, en un año o lustro no se aprecian, pero que se notan a largo plazo. De hecho, ha apuntado que los científicos corrigen y regulan estas décimas de segundo tanto en los relojes como en los calendarios.

En definitiva es a Dionisio 'El pequeño' a quien se deben las dataciones que rigen en la actualidad ya que el calendario juliano, además, tenía un error de tres años en el cómputo general por el que, de hecho, Jesucristo podría haber nacido tres años antes o tres años después.

Los años bisiestos, años de acontecimientos especiales

Según las creencias populares durante los años bisiestos ocurren acontecimientos extraordinarios. Antiguamente se decía que los niños que nacían en años bisiestos eran personas especiales, con poderes, o que podían ser curanderos.

"Las creencias populares son muy importantes, pero desde el punto de vista cultural, ya que desde el científico demuestran que esto no tiene ninguna relación con hechos especiales", asegura Manuel Manianes, investigador del CSIC a Europa Press.

Sin embargo hay acontecimientos que dicen lo contrario: en 1616, año bisiesto, las letras universales perdieron a dos de sus grandes figuras, Miguel de Cervantes y William Shakespeare.

En 1792, bisiesto, fue el año en el que se puso en marcha uno de los peores instrumentos para matar de la historia en Francia: la guillonita.

En 1912, bisiesto, se produjo una de las peores tragedias vividas en alta mar, el hundimiento del Titanic.

1936, año bisiesto, comienza la Guerra Civil en España.

En 1972, durante los Juegos Olímpicos de Munich, fueron secuestrados y asesinados once atletas israelíes a manos de terroristas de la organización palestina Septiembre Negro. 1972, año bisiesto y por tanto de celebración de Juegos Olímpicos, que coincide con elecciones presidenciales en EE.UU. que siempre se celebran el primer martes después del primer lunes del mes de noviembre en año bisiesto.

Podríamos seguir, pero para qué si nos podemos centrar en este año que estamos viviendo o, mejor, padeciendo la peor pandemia de la historia. El presente año de la historia, 2020, bisiesto pandemia mundial por SARS-CoV-2, un coronavirus que está marcando la agenda de todos y ocasionando una de las peores crisis económicas.

¿Todavía alguien duda de que los años bisiestos son extraordinarios?

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