¿Por qué es importante beber durante el entrenamiento?
Muchos practicantes subestiman la importancia que tiene hidratarse bien en los momentos antes, durante y después de la actividad física
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Un error muy común durante los entrenamientos es el mito del 'durante el ejercicio no voy a beber agua no sea que me dé flato'. Es verdad que, si bebemos mucha agua, podemos sufrir este desagradable y molesto efecto, pero no es condición automática: como casi todo, depende varios factores.
Empecemos por el principio, por la base, lo esencial: el agua es el principal componente del cuerpo humano. Parece una obviedad y casi innecesario recordarlo, pero de verdad que es importante. El cuerpo posee cerca del 80 % de agua en el momento de nacer y cercano al 60 % en la etapa adulta. De dicha agua, aproximadamente un 65 % se encuentra en el interior de las células, lo demás circula en la sangre y recorre los tejidos.
¿Qué ocurre entonces cuando entrenamos y, consecuentemente, sudamos? Que estamos perdiendo agua. Segunda obviedad: el sudor es agua. Salada, sí, pero agua. Esto implica que, si estamos expulsando agua por nuestros poros, desciendan nuestros niveles y, por tanto, el porcentaje. Como los ejemplo siempre ayudan, ponemos uno: el cuerpo es como un lago en el que, si comienza a descender el nivel de agua, multitud de especies de animales y plantas que viven en ese lago comenzarán a sufrir para sobrevivir; en nuestro caso nuestras células son esa fauna.
¿Cómo nos afecta esta deshidratación?
Las recomendaciones más famosas normalmente aconsejan beber entre 3-4 litros de agua al día, pero seramos realistas: esto no es tan fácil de hacer. La cantidad de agua que debemos de beber al día varía dependiendo de la actividad que hayamos realizado y/o de el tipo de comida que hayamos ingerido. Dicho de otra forma: no hay una regla de oro que marque cuánta agua beber, no hay una cifra exacta para todos. Necesitamos, pues, adaptar la cantidad de agua que ingerimos en función de los requerimientos diarios, por lo tanto es inútil especificar una cantidad de agua concreta.
No obstante podemos recomendar que se debe beber entre 200-400 ml de agua unos minutos antes de entrenar y, aproximadamente, beber dos buenos sorbos (dicho informalmente, "lo que te quepa en la boca") cada 10-15 minutos durante la práctica deportiva, además de beber aproximadamente entre 300-500 ml de agua en los minutos posteriores a terminar el ejercicio.
Estas recomendaciones, como decíamos antes, deben ajustarse a cada uno pues tenemos que darnos cuenta de que en el momento en que notamos la boca seca y notamos sed ya estamos bastante deshidratados y no debemos descuidar el agua que hay en nuestro interior y la que queda como consecuencia de la actividad.
Conclusión: debemos tomarnos muy en serio si estamos hidratándonos bien y cuidando nuestro cuerpo.
(Artículo hecho con la asistencia profesional de Daniel Cainzos, Licenciado en CCAFYDE y Técnico en Sala Fitness, entrenador personal y entrenador de 'Crosshiit' en el Centro Deportivo El Pilar).