¿Por qué lloramos al nacer?

El llanto es la primera acción de todo recién nacido, pero no siempre ocurre. Hay niños, como los que vienen al mundo por cesárea, que no lloran al nacer

El llanto es la primera reacción de los recien nacidos

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

"¡Soltadme! Soltad mi cabeza, por favor. Quiero volver atrás. Déjenme volver de nuevo ahí…No, ahora quiero salir, sáquenme de una vez… Cuidado con mis hombros, cuidado;  cuidado con mi cuerpo. ¡Cuidado que soy yo, caramba! Como individuo libre y soberano exijo que se me escuche. Si no, voy a gritar. Ahora mismo me van a oír: 

¡Buaaaa! ¡Buaaaa! ¡Buaaaa! ".

Así terminan los nueve meses de embarazo visto por el protagonista absoluto de "¡Hola, aquí estoy!" uno de los éxitos internacionales del escritor danés Willy Breinholst. Una historia que empieza con la fecundación y que termina en el nacimiento, en ese llanto, esa reacción de todo recién nacido y que se produce tras sufrir un momento muy estresante de su existencia: NACER

Precisamente el llanto será el lenguaje del bebé para comunicarse con sus padres. Hasta que los humanos aprendemos a hablar y a saber comunicar qué nos pasa, cuando a un niño le duele algo, tiene hambre, padece gases, quiere que alguien le coja en brazos o, simplemente, está cansado, llora. Hasta dos horas puede llorar un cachorro humano a lo largo del día.

Pero volvamos al parto y a ese primer llanto de nuestra existencia. Un llanto muy importante porque permite al recién nacido abrir las vías respiratorias y despejarlas al expulsar los vestigios de líquido amniótico y otras secreciones, además de empezar a respirar por sí mismo porque dentro del útero materno, el oxígeno le llegaba a través del cordón umbilical. Hay una tercera explicación, al nacer lloramos por miedo porque salimos a un espacio muy grande después de nueve meses en el mejor lugar posible, dentro de mamá.

Ese primer llanto tiene beneficios tanto en el pequeñín como en su madre. Primero y principal porque estimula la respiración voluntaria del recién nacido a la vez que elimina el líquido amniótico y las mucosidades que tiene en la boca, en la nariz y en los conductos respiratorios. Y segundo, tiene importantes efectos psicológicos y hormonales sobre la madre. Cuando escuchamos el primer llanto de nuestro hijo, toda madre siente una gran alegría al oírle ya que proporciona la tranquilidad y emoción por haber alcanzado la meta.

La madre va a ser tan influyente y determinante a lo largo de la vida de sus hijos, que según investigadores de la Universidad de Wurzburgo, los bebés lloran con el acento de la lengua que hablarán en el futuro, porque los bebés, afirman los investigadores alemanes, comienzan a captar los matices de su idioma materno cuando están en el útero. El estudio, -realizado hace unos años, analiza los llantos de 60 bebés sanos nacidos en familias que hablaban francés y alemán-, comprobó que el bebé neonato trataba de formar un vínculo con sus madres imitando sus sonidos. Así un recién nacido francés lloraba con una "entonación creciente", mientras que un bebé alemán tenía una "inflexión decreciente" cuando lloraba. Al final constataba que los niños están preadaptados para un idioma específico.

Hay bebés que no lloran al venir al mundo

Algo que tiene una explicación muy sencilla. Algunos  bebés son tranquilos incluso antes de nacer, dentro del útero y esa tranquilidad la reflejan nada más venir al mundo, pese a ser un acto estresante, el médico o la matrona deben darle un pequeño cachete en el culete para que arranquen a llorar y así  eliminar los restos de líquido amniótico y mucosidades.

Por otra parte, los bebés nacidos por cesárea al no haber tenido que hacer el esfuerzo de atravesar ese estrecho espacio que es la pelvis de su mamá pueden no llorar y simplemente realizarán un bostezo.

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