¿Por qué un Nobel de medicina cree que el coronavirus pudo ser culpa de científicos chinos?

Analizamos los motivos que llevan a sospechar del origen del coronavirus no solo al Nobel francés, Luc Montagnier, también a la comunidad internacional

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Jacobo Pérez Miró

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

La noticia corrió por los medios como la pólvora. Luc Montagnier, Premio Nobel de medicina en 2008, aseguró en una entrevista en la revista ‘Porquoi docteur? que el coronavirus podría haber sido fabricado “accidentalmente por científicos chinos”. China es sin duda un país complicado y, a pesar de haber colaborado enormemente con la OMS o de haber prestado ayuda (de la que se beneficia económicamente) a otros países, siempre le ha perseguido la sospecha por su opacidad sobre el origen del virus.

La versión oficial del murciélago en un mercado de Wuhan, en entredicho

Lo cierto es que la versión oficial es que en un mercado de Wuhan, con todas las peculiaridades que incluyen los mercados de comida en el país asiático, se originó el COVID-19. Este habría pasado de un origen animal (como candidatos hemos tenido al murciélago, al pangolín, las serpientes y hasta los perros callejeros), al ser humano.

Sin embargo, hay elementos en la región de Wuhan, que hacen sospechar, además de al propio Nobel francés, a otros muchos, como es el caso de EEUU, Francia o Reino Unido.

La OMS y China, en el punto de mira

Tanto China como la OMS están siendo actualmente sometidas a un gran escrutinio por parte de la comunidad internacional por su gestión de la pandemia de coronavirus. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció a mediados de abril la suspensión de los fondos destinados a la organización, a la que ha acusado de "defender las acciones del Gobierno chino" y ayudar a "ocultar el peligro y la extensión que podía tener el brote".

Otros países como Francia, Alemania o Reino Unido se han sumado ya a las dudas sobre la gestión de la crisis por parte de China y han puesto sobre la mesa la posibilidad de llevar a cabo una pesquisa de gran envergadura. China, por su parte, rechaza las críticas.

Las preguntas que se plantea la comunidad internacional son claras: ¿qué tiene que esconder China? Se trata de un país con un régimen comunista, normalmente reacio a la interacción con el exterior, siempre y cuando no se trate de negocios. Lo que todo el mundo tiene claro es que la pandemia que hoy asola la salud del mundo y de su economía dio comienzo en China, más concretamente, en la región de Wuhan.

El súper laboratorio de alta seguridad que se esconde en Wuhan

Precisamente, el hecho de que la pandemia del COVID-19 haya tenido como epicentro mundial la provincia de Wuhan ha hecho preguntarse a muchos, ¿qué hay ahí? Se trata, ni más ni menos que del Instituto de Virología de Wuhan.

Una de las personas que más ha investigado sobre el tema y que mejor radiografía ha hecho se trata del periodista Iker Jiménez. Convertido en ídolo estos días por quienes alaban sus certeras predicciones desde su programa (hoy sin emisión) Cuarto Milenio. También tiene quien le critica por el sambenito que le ha perseguido durante toda su carrera, ser el del misterio. Él responde trayendo a grandes expertos, científicos y epidemiólogos, es por ello que ahora más que nunca sus programas, desde YouTube, están triunfando.

Al laboratorio de Wuhan le ha dedicado una completa descripción. Un lugar en lo más profundo de la China continental, que Jiménez define así: “Está a 12 kilómetros del mercado de mariscos de Wuhan. Nivel 4 de bioseguridad, el más alto del mundo. En él se trabaja con patógenos fulminantes y experimentación animal. Se buscan controles de pandemias y vacunas. Es un centro de investigación de enfermedades víricas, también de emergencias y está abierto a investigadores locales. Hay un departamento de bioseguridad en caso de ataque terrorista. Es uno de los mayores semilleros del mundo de virus emergentes, hay mas de 2000 en sus cámaras de frio. El concepto, la idea nació en 2003, tras el brote de SARS-COV-1. Es hijo de todo eso. En cooperación con Francia desde 2004 se empezaron a gestar las estructuras, se empezó a construir en 2011 y se terminó en 2015”, concluye.

Los avisos de la revista 'Nature' sobre el laboratorio de Wuhan en 2017

El mismo Iker Jiménez en su vídeo cita un artículo que resulta del todo esclarecedor a la luz de los acontecimientos que hoy nos asolan. Se trata de un artículo de la prestigiosa revista ‘Nature’, de 2017 alertando de los peligros que el complejo científico de Wuhan entraña.

“Es parte de un plan para construir entre 5 y 7 laboratorios de nivel 4 de bioseguridad a lo largo de China en 2025”, asegura el artículo de ‘Nature’.

“Algunos científicos fuera de China están preocupados por posibles patógenos escapándose, además de la dimensión biológica de las tensiones geopolíticas entre China y otros países”, afirmaba el reportaje. “Hay preocupación rodeando al laboratorio chino. El virus SARS se ha escapado de instalaciones de contención de alto nivel en Pekín muchas veces, apunta Richard Ebright, biólogo molecular de la Universidad de Rutgers en Piscataway, Nueva Jersey”, añadía ‘Nature

En el mismo artículo de la revista avisan sobre lo que en su día publicaron y a la vista del creciente interés que despertaba su premonitorio artículo, advirtieron en enero de este mismo año 2020: "Algunas historias han promovido la teoría sin verificar de que el laboratorio de Wuhan del que se habla en este artículo participó del brote de coronavirus que empezó en diciembre de 2019. Nature’ no tiene evidencia de que esto sea cierto; los científicos creen que la fuente de contagio más probable del coronavirus sea un mercado animal”.

Sea como fuere, China está en el ojo del huracán. Ya son varios los países que acusan al país asiático de falta de transparencia y el crédito de la OMS dependerá de lo que la comunidad internacional esté dispuesta a aceptar. Si al principio nos preguntábamos, ¿por qué un Nobel de medicina cree que el coronavirus pudo ser culpa de científicos chinos? Cabe que ahora nos planteemos, aunque solo sea por barajar todas las posibilidades, ¿por qué no?