¿Por qué se ponen amarillos los dientes?
Es fundamental cuidar tu salud dental para evitar manchas en la dentadura
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Tener los dientes blancos se está convirtiendo cada vez más en una preocupación mayor. A parte de los motivos de salud, los dientes blancos tienen un componente estético muy importante y son muchos los que buscan un remedio para que el amarillo no predomine en nuestra boca.
Cabe destacar que el blanco, la mayoría de las ocasiones, no es el color habitual de nuestros dientes, cada persona tiene un color diferente debido principalmente a la genética. Existen enfermedades congénitas como la dentinogénesis o la amelogénesis que afectan al esmalte así como a su coloración. Se hereda de padres a hijos.
Otro de los factores que puede influir en el color de los dientes provocando manchas son las alteraciones endocrinas de las hormonas tiroideas. Son hormonas basadas en la tiroxina producidas por la tiroides, principal responsable de la regulación del metabolismo. De hecho, la alimentación juega un papel determinante en la coloración de nuestros dientes. El café y el té negro son algunos alimentos más conocidos que pueden causar la coloración, pero otros como el vino o los refrescos de cola contienen pigmentos que se pueden filtran entre los poros de nuestros dientes de igual manera. El caroteno es otro pigmento natural que contienen algunos alimentos como las zanahorias o el tomate. El tabaco también es un elemento que puede pigmentar de manera abundante nuestro esmalte.
A medida que envejecemos, el paso del tiempo también afecta a nuestros dientes y es casi lógico que se vuelvan amarillentos. Esto se puede paliar o evitar con una correcta higiene dental siendo la principal solución a este problema. Ya no solo cuidando lo que comemos y bebemos, si no tambien limpiar nuestra dentadura de manera correcta y constante.
La aparición de manchas en los dientes no siempre es evitable. Sin embargo, es necesaria una buena higiene dental para que el problema no vaya a mayores y poder frenar el hecho de que nuestra dentadura vaya cogiendo el color amarillo con el tiempo.