¿Por qué tenemos hipo?
El hipo es una sensación muy desagradable cuyo origen mucha gente aún desconoce
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El hipo es una sensación muy desagradable que le puede aparecer a cualquiera cada cierto tiempo. Nadie está a salvo del ‘¡Hip!’ que sale de nuestros pulmones y que en ocasiones puede llegar a ser muy inoportuno por encontrarte en una reunión importante, en clase o en medio de una noche romántica.
La mayoría de la gente desconoce su origen. El responsable es el diafragma, ese músculo que se encuentra en la parte inferior del pecho. Por lo general, el diafragma no falla, ya que es un agente esencial para llenar aire de los pulmones y luego exhalar para que ese aire salga por la nariz y la boca.
Pero como decimos, en contadas ocasiones el diafragma se irrita, lo que provoca que el aire entre en nuestra garganta de golpe, sin apenas pasar por este músculo. Y ese golpe de aire que accede a la garganta choca contra nuestra laringe, que a su vez cierran súbitamente las cuerdas sociales, generando este particular sonido corporal.
Pero…¿qué puede provocar esta irritación del diafragma? No se conoce exactamente, aunque los expertos aseguran que comer rápido y en abundancia o estar en una situación de estrés podría propiciarlo. De sobra es conocido que se trata de una alteración que se prolonga por unos minutos y que no reviste ninguna gravedad, pese a ser incómodo. Solo en los casos más extremos su duración podría durar días o semanas, pero estaríamos hablando de una consecuencia de otra patología médica más grave.
Como hemos comentado, lo normal es que en unos minutos el hipo se pase, aunque hay otros remedios cotidianos que propicia su cese. Entre las más conocidas está parar la respiración unos segundos; comprimir el diafragma; beber varios sorbos de agua (la creencia popular dice que son siete) o respirar dentro de una bolsa.
Pero sin duda, la más popular y que guarda un porcentaje elevado de efectividad es recibir un buen susto. Y también tiene su explicación. Y es que cuando alguien es capaz de sorprendernos, contenemos durante unos segundos la respiración, de tal manera que el ritmo de los pulmones se normaliza, favoreciendo así su desaparición.