No habrá ni tarjeta de embarque ni check-in en los aeropuertos: el único documento que te pedirán para viajar dentro de tres años

Llegar al aeropuerto, hacer cola para facturar el equipaje, imprimir la tarjeta de embarque (o buscarla en el móvil con prisas) y mostrar el pasaporte una y otra vez. Este ritual, familiar para millones de viajeros, está a punto de desaparecer.  

Dentro de solo tres años, los aeropuertos de todo el mundo –incluidos los de España– darán un salto tecnológico que eliminará por completo las tarjetas de embarque físicas o digitales y los tediosos trámites de check-in. La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), dependiente de la ONU, ha confirmado que un nuevo sistema basado en reconocimiento facial y credenciales digitales revolucionará la forma en que volamos.

El cambio más radical será la desaparición de los documentos físicos. En lugar de llevar el pasaporte o la tarjeta de embarque, los viajeros descargarán un "pase de viaje digital" en su teléfono móvil al reservar su vuelo. Este pase se actualizará automáticamente si hay cambios en el itinerario.

Al llegar al aeropuerto, cámaras con reconocimiento facial identificarán a los pasajeros en cada punto clave: seguridad, facturación de equipaje (si es necesaria) y embarque. El sistema verificará su identidad y los datos de su vuelo sin necesidad de mostrar nada más.

La última gran innovación fue el billete electrónico en los años 2000. Ahora, la industria se moderniza"

Valérie Viale

Experta en tecnología de viajes de Amadeus

 Ventajas del nuevo sistema

• Sin prisas por hacer el check-in online: El proceso será automático.
• Menos colas: No habrá que detenerse en mostradores o máquinas de autofacturación.  
• Más eficiencia en conexiones: Si un vuelo se retrasa, el sistema reasignará automáticamente el siguiente vuelo y actualizará el pase digital.  

¿Qué pasará con los pasaportes? 

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Aunque seguirán siendo necesarios para cruzar fronteras internacionales, no hará falta mostrarlos físicamente en el aeropuerto. Los datos del pasaporte se cargarán en el dispositivo móvil y se vincularán al reconocimiento facial.  

"Es el cambio más grande en décadas", explica Valérie Viale, experta en tecnología de viajes de Amadeus. "La última gran innovación fue el billete electrónico en los años 2000. Ahora, la industria se moderniza para funcionar como lo hacen empresas como Amazon".  

Una de las mayores preocupaciones es qué ocurrirá con la información biométrica de los pasajeros. Según las empresas detrás de esta tecnología, los datos se borrarán a los 15 segundos de cada verificación, evitando que se almacenen indefinidamente.

Además, el sistema está diseñado para ser interoperable entre aerolíneas y aeropuertos, lo que evitará inconsistencias y fraudes.  

 ¿Cuándo llegará este cambio a España?

La OACI ha marcado un plazo de tres años para implementar este sistema a nivel global. Algunos aeropuertos, como el de Dubai o Singapur, ya están probando tecnologías similares. En Europa, se espera que los principales hubs (como Madrid-Barajas o Barcelona-El Prat) sean de los primeros en adoptarlo.

Eso sí, requerirá una fuerte inversión en infraestructura: cámaras de alta precisión, sistemas de verificación instantánea y actualizaciones en los software de las aerolíneas.

 El futuro de los viajes: más rápido, más sencillo

Este cambio no solo ahorrará tiempo, sino que simplificará los viajes en situaciones complicadas, como retrasos o conexiones perdidas. En lugar de hacer colas interminables en mostradores de atención al cliente, los pasajeros recibirán notificaciones automáticas con alternativas.

"El sistema pasará de ser reactivo a predictivo", señala Viale. "El viaje será una experiencia fluida desde que reservas hasta que llegas a destino".

Dentro de poco, llegar al aeropuerto con el móvil y el rostro será suficiente para embarcar. Un avance que promete hacer los viajes más ágiles, aunque también plantea desafíos en seguridad y adaptación.  ¿Echaremos de menos las tarjetas de embarque? Probablemente no. Lo que sí es seguro es que volaremos de una manera totalmente distinta.