Eurovisión rompe las normas para sobrevivir al coronavirus: así será la primera semifinal

Chipre, Lituania y Malta parten como favoritas para pasar a la final junto a apuestas más arriesgadas como las de Rusia o Ucrania

Eurovisión rompe las normas para sobrevivir al coronavirus: así será la primera semifinal

Javier Escartín

Publicado el - Actualizado

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El festival que venció a las guerras, los conflictos políticos y las crisis económicas se reinventa para sobrevivir al enemigo invisible del coronavirus. 730 días después de su última edición, Eurovisión vuelve a alzar el telón este martes con la celebración de la primera semifinal de 2021. Y no será una gala más. La cancelación del show en 2020 por la pandemia - la primera vez en sus más de 60 años de historia que el certamen debía suspenderse - supuso un jarro de agua fría para la legión de seguidores que el festival tiene en todo el mundo. La organización, consciente de que no podía permitirse otro año en blanco, ha transgredido todas sus tradicionales normales para asegurarse de que esta vez, por fin, el mítico De Teum resuene en las casas de millones de espectadores al inicio de la noche.

No será un festival más, pero habrá concurso. Las autoridades sanitarias neerlandesas han permitido a última hora que haya un 20% de aforo en el Ahoy de Róterdam (Países Bajos); es decir, unas 3.500 personas. Todos los espectadores que asistan a ver el festival en directo tendrán que hacerse previamente un test de antígenos. En el interior del estadio, la mascarilla será obligatoria en los traslados por el recinto pero no cuando se ocupe el asiento, puesto que habrá distanciamiento suficiente entre los espectadores. La green room, el espacio en el que habitualmente los artistas esperan impacientes los resultados de las votaciones de jurado y televoto, ha conquistado este año todo el foso y no habrá público de pie en dicha zona.

Las fuertes restricciones han afectado también los artistas de manera notable. Todos ellos deben permanecer en el hotel el máximo tiempo posible y son sometidos a test regulares cada 48 horas para detectar posibles positivos. Tras diez días de ensayos, se han notificado dos contagios entre los miembros de la delegación polaca e islandesa. Dichos diagnósticos no supondrán, de momento, un contratiempo para ambas delegaciones puesto que las pruebas del resto de personas han dado negativo.

Pero para que haya festival, todas las variables han sido contempladas. Aunque eso suponga derribar el principio de igualdad entre participantes e históricas normas del certamen. La cantante australiana Montaigne se convertirá este martes en la primera participante de Eurovisión que competirá con una actuación grabada previamente en su país. El cierre de la isla impuesto por el gobierno australiano ha impedido que la artista pueda desplazarse hasta Róterdam para defender en directo su candidatura, un duro golpe emocional para ella. De hecho, Montaigne ha expresado en los últimos días su enorme desilusión por haber sido privada de la experiencia eurovisiva. Pero podría no ser la única: si un artista da positivo o tiene contacto estrecho con un contagiado, tampoco podrá defender su candidatura en directo y la actuación que verán los espectadores europeos será una de las grabadas durante estos días de ensayos.

MALTA Y RUSIA SE DECANTAN POR EL MENSAJE FEMINISTA

De esta manera, Eurovisión rompe la norma que establecía que todos los países deben competir sobre el mismo escenario para tener los mismos recursos escénicos a su alcance y con una actuación en riguroso directo. Tal vez por la imposibilidad de defender su candidatura en directo, la representante australiana no parte entre las favoritas para clasificarse. Sí están en el ramillete de predilectos para la final la maltesa Destiny, la griega (aunque representante de Chipre) Elena Tsagrinou y la banda lituana The Roop. Destiny, de sólo 18 años de edad e hija de un famoso futbolista nigeriano, ya ganó el festival de Eurovisión Junior 2015 y podría ser la primera en lograr el doblete eurovisivo. Hasta su llegada a Róterdam, era la gran favorita para la victoria. Sin embargo, la fría acogida de sus ensayos - con una puesta en escena algo caótica y sin elementos sorprendentes - ha restado opciones para su "Je me casse", un tema disco con ritmos charlestone con el que Destiny quiere romper estereotipos sobre el físico de la mujer y lanzar un mensaje de empoderamiento femenino.

Malta no es el único país que apuesta por el feminismo para llevarse el triunfo. Sorprendentemente, el otro mensaje a favor de la mujer llega desde Rusia. La cantante y compositora ruso-tayika Manizha aterriza en Róterdam tras provocar un tsunami en su país con la canción "Russian Woman", un tema abiertamente feminista con el que la artista pretende denunciar los estereotipos y prejuicios que padecen las mujeres en Rusia. Toda una declaración de intenciones en un país tan irreflexivo en esta cuestión. Sin sutilezas, Manizha sale del interior del vestido de una matrioska como metáfora de su liberación ante el yugo del machismo ruso mientras en los fondos se homenajea a todas sus compatriotas, sea cual su condición. Un mensaje empoderador, feminista e igualitario que, a buen seguro, obtendrá una muy buena acogida en la semifinal de este martes y asegura prácticamente a Rusia su clasificación para la final del sábado 22.

La griega Elena Tsagrinou es fija también en las quinielas para superar la criba de las semifinales gracias a "El diablo", una canción pop que recuerda al sonido más comercial de Lady Gaga y que sirve a la helénica para protagonizar una exigente coreografía con gestos “diablescos”, cuatro bailarinas vestidas de rojo y momento final en el que las llamas toman el protagonismo de la actuación. Por su parte, la banda lituana The Roop brinda una regresión a la música disco de los 80 con "Discoteque", una de las posibles opciones sorpresa para el triunfo. Con una danza genuina y su peculiar estilo musical, el grupo quiere lanzar un mensaje de liberación interior y amor propio al público de Europa.

También parecen tener fácil la clasificación el sueco Tusse - un inmigrantes ugandés de sólo 18 años que ya soñaba con ser cantante cuandio cantaba en el coro de la iglesia del campo de refugiados en el que vivió durante mucho tiempo con su tía -, el grupo ucraniano Go_A - que presenta la apuesta más ecléctica del año con una mezcla de electrónica y música étnica perfectamente conjugada y que se apoya en una escenografía de marcado caracter futurista - y la croata Albina, que parece ganar en el duelo de divas a la azerí Efendi y a la israelí Eden Alene con su tema pop "Tik-Tok".

HOOVERPHONIC, UN GRUPO DE ÉXITO EN EUROVISIÓN

Los diez clasificados de esta primera semifinal los decidirá la votación combinada de jurado y televoto. Entre los expertos podría destacar la elevada apuesta del grupo belga Hooverphonic, conocidos mundialmente por su éxito "Mad about you". La banda protagonizará presumiblemente la actuación más elegante de la noche con la sobriedad justa y el carácter excelso de la profesionalidad demostrada por sus tres integrantes. También podrían contentar a los jurados la eslovena Ana Soklic con su tema "Aleluya" y el macedonio "Vasil", que apuesta por una prefabricada canción Disney que actualmente es la opción menos fiable según las casa de apuestas pese a mezclar en su puesta en escena juegos de proyección de luz con efectos digitales.

Tampoco parece tener mucha fuerza la irlandesa Lesley Roy, que juega con las efectos de cámara y el espacio para crear un relato con figuras de papel en torno a elementos naturales. Una apuesta original pero poco consistente en una semifinal tan competitiva donde la rumana Roxen se ha complicado su pase por las dudas acerca de su directo tras los primeros ensayos y el noruego Tix hará frente al diablo chipriota con sus cuatro ángeles negros en un concepto escénico muy bizarro pero tal vez efectivo ante un gran público. El mismo que lleva dos años esperando el gran momento de volver a disfrutar de Eurovisión.