El lado oscuro de Jordi Cruz, de 'MasterChef': la mala relación con su padre y una infancia conflictiva
Cruz es uno de los chefs más reconocidos y mediáticos del panorama culinario español. Un prodigio precoz que ha saltado con éxito a 'MasterChef' en TVE
Madrid - Publicado el - Actualizado
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'MasterChef' se ha convertido en todo un éxito dentro de la televisión españolas. Tanto su edición de anónimos, 'Celebrity' y 'Junior' continúan sumando ediciones sin que la audiencia castigue el paso de los años. Esta popularidad, y el auge de la cocina como afición ha provocado que los jueces de 'MasterChef' se hayan convertido en estrellas de la televisión y su caché sea cada vez más elevado dentro del mundo televisivo y culinario.
Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nájera y Jordi Cruz, han pasado del reconocimiento en el mundo laboral gastronómico a ser unos de los rostros más visibles de TVE. Esto ha provocado que se hayan convertido en personajes mediáticos que despiertan un especial interés entre el público y la prensa. Sin embargo, es Jordi Cruz el que más titulares genera.
El chef catalán ha conseguido convertirse en uno de los hombres más deseados del país, y no solo por sus habilidades culinarias. Su físico, y la personalidad de tipo duro, severo y disciplinado que muestra como juez del talent de cocina, han creado a su alrededor un magnetismo que provoca amor y odios a partes iguales. Es por esa aura que las cámaras de la prensa social dirigen sus focos con más interés sobre Jordi que sobre sus compañeros.
Sin embargo, a pesar de ser recatado con su vida privada, y de lo que le incomoda hablar de esos temas, el público ha podido conocer mucho mejor a esta estrella de los fogones gracias a entrevistas en programas como 'Chester' con Risto Mejide, o 'En mi casa o en la tuya' con Bertín Osborne.
Pero, ¿Qué se esconde detrás del 'chico malo' de MasterChef? A continuación arrojamos un poco de luz en la vida del chef detrás de las cámaras, sus polémicas y su vida sentimental.
De delincuente juvenil a prodigioso chef
Jordi Cruz Mas nace en Manresa el 29 de junio de 1978 siendo el más pequeño de 6 hermanos dentro del seno de un hogar humilde. Esta situación de benjamín de la familia le condicionó en su desarrolló en la infancia, ya que como ha confesado en alguna ocasión: "De niño me sentía muy chiquitito. Yo buscaba cariño desesperadamente, buscaba tener amigos, sentirme más integrado. Buscaba continuamente el reconocimiento de la gente para que entendieran que el chaval no es tonto", confesaba a Risto, como el déficit de cariño que había sufrido al estar tan divido en su casa lo había buscado paliar llamando la atención de sus personas cercanas.
Así fue como el pequeño Jordi comenzó a meterse en líos llegando a robarle a su madre para contentar a sus compañeros de clase: "Un día le cogí dinero a mi madre, 10.000 pestas y compré chucherías para toda la clase. En otra ocasión, mi hermano y yo incendiamos un campo. Gamberradas de chiquillos. Pasé de ser un presunto delincuente a tener una estrella Michelin", recordaba en otra ocasión viendo su evolución en la vida y después de llegar incluso a ser detenido por el robo de unos neumáticos.
Sobre sus inicios entre los fogones, el catalán siempre 'ha culpado' de ello a su madre. Un día la matriarca de los Cruz Mas se encontraba indispuesta y fuel el propio Jordi quien la relevó en la cocina. De esta forma conocío el mundo culinario creándose así una historia de amor y aprendizaje que continúa hasta estos días. El primer plato que recuerda haber elaborado fue con 7 años unas judías con patatas: "Cuando era pequeño era malo en casi todo. Se me daba muy mal estudiar pero vi una ventanita. Me di cuenta que para la cocina sí que tenía talento y decidí focalizar todo lo que tenía en esa disciplina".
La fría relación con su padre y el 'te quiero' final
A pesar del semblante distante, serio y a veces hasta 'chulesco' que desprende el juez en sus aspiraciones en televisión, Cruz siempre que ha tenido que abrirse personalmente en alguna entrevista siempre ha sacado a relucir el mismo tema, cómo le ha afectado a lo largo de su vida la difícil relación que mantenía con su padre.
De familia humilde, y según ha relatado en ocasiones Jordi, su padre comenzó a trabajar duro desde los 12 años. Esta circunstacias, acompañada a tener que sacar adelante a una familia con 6 hijos provocó una frustración en él que se vio repercutida en su relación con sus hijos: "Mi padre tenía una serie de frustraciones. Unas expectativas que no pudo cumplir y pasó sus últimos años enfadado un poco con la vida. Tenía tendencia a estar enfadado".
Debido a esto, el padre de Jordi siempre se mostró como una persona dura, distante y a la que le costaba abrir sus sentimientos: "Yo soy de silicona. Tengo la misma enfermedad que mi padre. No saber sentir. Nunca me dijo te quiero ni yo a él". Así que el chef se esforzó cada día para poder lograr la aceptación de su progenitor, sin embargo, después de una dura enfermedad el chef pudo "cerrar el círculo" con su padre: "Si alguna vez he rezado, lo hice para poder decirle te quiero a mi padre antes de morir. El día que murió de alzheimer, pude mirar a esos ojos en los que no había nada y entonces pude decir te quiero a mi padre", confesaba como había sido uno de los momentos más duros de su vida
Sin embargo, esta relación entre padre e hijo, no significaba que su padre no estuviera orgulloso de él a pesar de no mostrarlo tanto como al chef le hubiese gustado. Así, durante años, el padre de Jordi elaboró durante muchos años una especie de álbum donde iba colocando los recortes de prensa en los que se mencionase a su hijo. Un detalle que emociona enormemente al catalán contrastando con la personalidad que muestra en televisión.
Un talento precoz lleno de reconocimientos y su salto a la fama por 'MasterChef'
Tras encontrar una 'ventana' donde desarrollar su talento dentro del mundo de la cocina, se formó en la Escuela Superior de Hostelería de Manresa. Con tan solo 14 años comenzó a trabajar en el restaurante L'Estany Clar de Cercs, en Barcelona. Jordi continuó creciendo como cocinero y demostrando un talento innato en los fogones, y una alta capacidad para el ingenio y la innovación. Tanto es así que fue subiendo rangos dentro del restaurante consiguiendo un hito histórico. Con solo 26 años, en 2004 consigue su primera estrella Michelin, convirtiéndose en el chef más joven en hacerlo en España, y el segundo en el mundo en recibir con tanta precocidad este prestigiosos reconocimiento.
A lo largo de estos primeros años, Jordi consigue decenas de reconocimientos en concursos culinarios que lo convierten en uno de los chefs con más futuro de España. El Campeonato de España para Jóvenes Chefs que obtuvo en San Sebastián el año 2002; el Premio Internacional de Cocina con Aceite de Oliva de Jaén, logrado en 2003; o el subcampeonato de España para Jóvenes Valores, Ciudad de Marbella en 2003, son algunos de estos reconocimientos. Además, en 2006 se proclamó campeón de la primera edición del Concurso Cocinero del Año (CCA), un concurso del que actualmente es vicepresidente junto al también televisivo Martín Berasategui.
Tras abandonar en 2007 el restaurante donde había crecido y ganado una gran fama dentro del mundo culinario, Cruz pasa a ser gerente y jefe de cocina del restaurante L'Angle del hotel Món Sant Benet, donde volvió a demostrar su buen hacer haciéndose con otra estrella Michelin en solo cuatro meses. Desde 2010 es el chef titular de ABaC, cuya cocina define como "evolutiva e inquieta, basada en el producto, donde tiene cabida la creatividad y la tradición". Actualmente cuenta con 5 estrellas Michelin, 3 en ABaC, y dos por L'Angle, además también es el responsable de otros dos restaurantes; A tempo y D'Or en Girona donde aplica sus particular estilo en la cocina: "Hemos fusionado el rock'n roll con el twist. La cocina tiene algo curioso, hay días en que nace una idea y no sabes de dónde viene", confesaba sobre su estilo en la cocina.
Toda esta fama, debido a su talento en los fogones, dentro del mundo gastronómico, y su juventud, le abrieron las puertas para ser uno de los jueces del nuevo talent culinario de TVE. Este talent era 'MasterChef' y Cruz tuvo que gustar en el casting ya que se quedó junto a Pepe y Samantha como jueces.
A partir de la primera edición del concurso, Jordi se fue labrando su imagen de frío, estricto y serio, convirtiéndose en el poli malo del jurado, algo que confiesa que ha ido exagerando con el tiempo porque es lo que le pide "su público": "Yo nunca he hecho comunicación ni periodismo pero entendí que tenía que dar el producto que ellos querían. Al principio Pepe Rodríguez quiso ser el duro pero con lo tierno que es era imposible. Me di cuenta que el único que tenía esa capacidad era yo. Además soy nada gracioso".
De esta manera, el propio Cruz decidió por adoptar ese rol dentro del concurso: "Nadie me dijo que tenía que ser el borde pero vi que me enfocaba más la cámara y yo quería cámara", una cámara que lo ha lanzado al estrellato generando la imagen de una persona que levanta odios y pasiones a partes iguales.
La polémica más cruel de Jordi Cruz: Los becarios
Siempre discreto y comedido con sus declaraciones, una polémica le estalló el uno de mayo de 2017. Un medio digital publicó un reportaje donde mostraba las condiciones en las que vivían los estudiantes en prácticas de los locales del chef y unas declaraciones donde según se podía interpretar, Cruz defendía que los becarios que trabajan en los restuarantes no percibieran ningún sueldo. Estas declaraciones provocaron una campaña en contra del chef que llegó incluso a las altas esferas políticas y donde lo convirtieron en tendencias en las redes sociales por aspectos totalmente negativos. Esta polémica llegó incluso a provocar que algunos sindicatos denunciaran a los negocios de Cruz para que sufrieran inspecciones, sin embargo a día de hoy no se ha encontrado nada ilegal en los contratos que realiza el chef.
Además de justificarse y contar su verdad a través de las redes sociales y de recibir el apoyo de gran parte del mundo gastronómico, Jordi se redimió y explicó toda esta polémica en su entrevista junto a su amigo Risto: "Lo que se publicó era una cerda mentira. Jamás lo llegué a decir. Además, ese diario digital se esperó al día del trabajador para publicar la noticia. Me duele porque hace daño a otros que me quieren. Llegaron a publicar que había comprado un palacete por tres millones de euros con mi pareja aprovechando toda la polémica de los becarios. ¿Sabes quién vive en ese palacete? Mis estudiantes en prácticas", decía con cierto tono de indignación y explicando como se necesita un convenio para hacer prácticas en su restaurante y como pagan las dietas en comida y viviendo de todos los que viven fuera de Barcelona.
Risto insistía en esa ocasión que eso era aprovecharse del trabajo de otros, algo que el chef desmentía rotundamente: "No, no es así. Ellos vienen a aprender in situ en tu cocina. Yo puedo hacer el mismo menú que hago con mis 15 cocineros pagados que tengo cada día. Sí es cierto que al tener cinco manos más puedo hacer más completa la oferta. Yo a mi cliente le cobro lo mismo", se justificaba finalmente.
Una vida amorosa discreta
Jordi Cruz ha querido siempre mantenerse lejos de los focos de la prensa rosa y tener su vida sentimental de la manera más discreta posible, ya que de normal es un tema que le produce incomodidad. Esto no ha evitado que sus relaciones siempre causen interés por parte de público y prensa.
Así se llegó a rumorear que durante un tiempo tanto Jordi como su compañera de programa Eva González llegaron a ser más que amigos durante un tiempo, algo que ambos se han encargados de desmentir una y otra vez: "Al principio me hizo gracia, pero cuando me vi en tantas revistas me di cuenta de que se les había ido de las manos. Y menos mal que luego volvió con Cayetano. Eva y yo somos muy buenos amigos", confesaba a Bertín Osborne.
Desde que saltase al mundo de las revistas, Jordi ha mantenido una relación de más de ocho años junto a Cristina Jiménez, jefa de recepción (front officce manager) en su restaurante ABaC. Sin embargo esta relación acabó en 2019 sin que trascendiera en la prensa los motivos de esta. A pesar de ellos, Jordi y Jiménez continúan ligados laboralmente y por lo visto con una buena relación ya que la jefa de recepción del ABaC sigue compartiendo en sus redes sociales entrevistas y noticias relacionadas con su 'jefe' y expareja.
Poco duró el juez de 'MasterChef' en el mercado. A los pocos meses de conocerse su ruptura con su pareja durante 8 años, se pudo ver que Jordi había encontrado de nuevo el amor. Esta vez con una modelo brasileña de 26 años. Rebecca Lima, alterna sus dos profesiones como propietaria de una marca de bikinis y ropa interior, con la profesión de arquitecta. Se le había visto juntos en varias ocasiones pero fue en 'MasterChef Junior' donde se pudo conocer a la joven en público, ya que apareció para dar una sorpresa a su novio y de paso conocer a la familia del catalán con quienes degustó los platos elaborados por los niños.
*Bonus track
Mucho dio que hablar la portada que protagonizó el chef para la revista 'Men's health'. El propio Jordi confesaba que "nunca me habían llamado guapo hasta que salí en 'MasterChef', pasé de chico gordito gracioso a guapo". A pesar de ello, Cruz cambió su estilo de alimentación, se puso en manos de un entrenador personal y sorprendió con su cambio físico. Hasta diez kilos de grasa corporal y otros 10 centímetros de cintura conseguía perder el cocinero catalán con este difícil reto cuando solo se había emitido una temporada de 'MasterChef'.
Unos kilos que convertía en músculo gracias al duro ejercicio: "Me apetecía ponerme en forma. Pensé que si me ponían en esa portada me lo iba a currar. También te digo que todos los buenos hábitos los tengo incorporados en mi vida".
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