PORTUGAL

El Congreso de Portugal rebaja el IVA de los festejos taurinos

Los festejos taurinos en Portugal dejarán de tributar un 13% en IVA para pasar a un 6%.

La plaza de toros de Campo Pequeno en Lisboa

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El polémico debate para reducir el IVA a la tauromaquia en Portugal acabó este miércoles con una estampa inédita en el hemiciclo, donde la oposición conservadora ha celebrado su triunfo reproduciendo un toque de clarín y varios "olés" ante la derrota del primer ministro, el socialista António Costa.

La escena se produjo a última hora de la mañana, cuando se votó la enmienda más polémica: los propios socialistas, compañeros de Costa, se enfrentaban al Gobierno al proponer que el IVA que aplica a las corridas de toros bajase del 13 % actual al 6 %.

La situación había enfrentado al Ejecutivo con su bancada parlamentaria y era vista con jocosidad entre los conservadores, que horas antes habían asegurado con su suma de escaños, más el apoyo del Partido Comunista Portugués, que el IVA se redujera al 6 %.

La votación de los socialistas de hoy era, por tanto, meramente estética, y apenas ha servido para mostrar la división en sus filas y la mofa de la oposición, desde cuya bancada se ha reproducido un toque de clarín en el momento en que los diputados expresaban su opinión.

La característica melodía, utilizada en los cosos cuando el toro se dispone a salir al ruedo, procedió del móvil de Luis Campos Ferreira, del PSD (centroderecha), y fue recibida con risas por muchos diputados e incluso por el presidente de la Cámara, el socialista Eduardo Ferro Rodrigues.

"António Costa, acostumbrado a torear a la oposición, ha sido esta vez toreado por su líder parlamentario", comentó jocoso a periodistas Campos Ferreira, quien ha sido muy felicitado en los pasillos por su uso del móvil, del que también procedieron varios "olés" cuando se produjo el recuento final.

En concreto, la propuesta socialista de bajar el IVA ha sido respaldada por 43 de los 80 diputados socialistas, lo que se interpreta en la prensa lusa como un gesto de rebeldía ante el jefe de Gobierno, que afronta a partir de mañana su último año de legislatura.

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