EL ALBERO

Daniel Menés: “Fueron cuatro horas de horror, me desmayé dos veces”

El novillero relata en El Albero el calvario pasado tras la grave cornada que sufrió en el Zapato de Oro de Arnedo y su posterior traslado a Madrid.

Pilar AbadSixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Han sido momentos muy complicados, con muchos dolores. Los veinte primeros días los he pasado mal. Ahora ya tengo menos, pero lo que más problemas me da es el nervio ciático”. Así relataba su experiencia Daniel Menes tras la cornada que recibió por parte de un novillo de Partido de Resina en la plaza de toros riojana de Arnedo el pasado 28 de septiembre.

En un final de temporada sangriento, el nombre del novillero madrileño se suma a una lista de caídos con una historia verdaderamente dura. Menés contó en El Albero que “cuando me pegó la cornada lo que más me preocupaba era el pecho por el fuerte golpe que me dio y que me sacó el hombro. Después ya vi que tenía una cornada en el muslo y que podía tener el nervio ciático tocado. De ahí tantos dolores. Al no tener que operarme, pedí el alta y ya estoy en casa. Ahora con calmantes lo tengo más controlado aunque a veces me pegan latigazos muy fuertes. Espero quedar bien al 100% y el año que viene poder reaparecer en Madrid y tener una alternativa pronta

Un mes después de la cornada, el novillero contaba el calvario que se desató cuando tuvo que volver a Madrid. “El problema es que a los cuatro días de la cornada tenía el nervio ciático dándome muchos problemas y el parte médico decía que tenía que volver a Madrid con un enfermero y calmantes. Y solo apareció el conductor de la ambulancia. Fueron cuatro horas de horror, me desmayé dos veces y lo pasé bastante mal”.

“No hay día que no piense en Víctor Barrio”

Me han dicho mucha gente que denuncie, pero yo quiero centrarme en mi recuperación”, continuó explicando Menés. “El equipo médico de la plaza de Arnedo me trató muy bien y también el equipo médico del hospital de Calahorra. El problema fue el traslado. Cuando llegué a Madrid el hospital de FREMAP denunció por la circunstancia de mi traslado”.

La carrera de este novillero, pese a lo corta de la misma, está marcada por la dureza de las cornadas y la muerte el ruedo de su inseparable Víctor Barrio. “Decirle adiós a un amigo, a un hermano como fue Víctor para mí, ha sido lo más duro. Del resto te vas recuperando”.

Pese a esos condicionantes, Menés tiene claro que el tributo de sangre que está teniendo que pagar y el sacrificio “sí merecen la pena. Los primeros días casi no podía pensar en volver a torear por los dolores. Pero ahora ya pienso en ello y lo que me hace tirar para adelante. Víctor me hizo como torero, también como persona y no hay día que no piense en él. Todo esto me hará mucho más fuerte”, concluyó el madrileño.

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