ECUADOR
Dos orejas y puerta grande tras una gran faena de Emilio de Justo en Ambato
El diestro extremeño triunfó en su primera corrida de toros en ruedos ecuatorianos. Borjas y Cortés, oreja.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El torero español Emilio de Justo triunfó este lunes en la ciudad ecuatoriana de Ambato, en la segunda corrida de la Feria Nuestra Señora de la Merced. Ante un toro de "Peñas Blancas", propiedad del ganadero Juan Sebastián Roldán, el diestro español abrió la puerta grande tras cortar dos orejas a "Señorito", un astado con el número 93 de grandes cualidades.
Partió plaza el rejoneador español Oscar Borjas, quien se enfrentó a "Infatigable", un toro herrado con el número 17 de "Peñas Blancas", con encaste Domecq. El rejoneador brindó a la afición ambateña un buen espectáculo con un antagonista de bastante energía, que se mantuvo activo todo el tiempo, tanto en el primer tercio con un rejón de castigo colocado un poco trasero, así como en banderillas. La faena fue de menos a más con rehiletes que fueron mejorando su colocación de forma paulatina: el primero cerca de la pata y el último ya en buen sitio. La espada fue sorpresiva pues no llegó a ingresar ni un cuarto de la misma y a pesar de eso el toro dobló. Petición de oreja y vuelta al ruedo.
El segundo de la tarde correspondió a Emilio de Justo, quien recibió a su antagonista, del mismo hierro de número 93 y que fue el toro mejor presentado de la feria, con verónicas ceñidas y de gran técnica. La suerte de varas la ejecutó el decano de los picadores nacionales Hernán Tapia que propinó un castigo justo a la res. En el segundo tercio el banderillero, el nacional Javier Pacha, sufrió un percance recibiendo dos volteretas por parte del toro. Ya con la muleta, el diestro español mostró lo mejor de su técnica con pases por derecha y naturales de mucho temple, bajando la mano y aguantando la embestida de forma limpia, se adornó con molinetes y manoletinas mientras el público disfrutaba al máximo de su actuación. En la suerte suprema Emilio de Justo rodó el espanto general al sufrir una cornada que según el parte médico causó una laceración del área genital y un corte en la frente. El diestro clavó una estocada completa, y esperó hasta recibir los apéndices para dirigirse a la enfermería donde el galeno Tarquiño Pinto le atendió. Dos orejas y puerta grande.
El tercero de la tarde fue para el torero nacional Francisco Cortéz, quien poco pudo hacer con el primero de su lote perteneciente a la ganadería de "Vista Hermosa". Lo recibió con verónicas movidas pero de buena técnica. Ejecutó las banderillas con más voluntad que acierto. Ya con muleta en mano logró ligar un par de tandas y entregarse en la arena. Vuelta al ruedo.
El cuarto de la tarde fue para Borjas quien, con su cuadra de caballos, fue de menos a más en una faena de mucha emoción en los tendidos. El rejoneador ibérico colocó ocho rehiletes largos y dos cortos, todos en muy buen sitio. Colocó un buen rejón de muerte que lo hizo merecedor de una oreja.
Del quinto poco queda por decir: un toro de juego disparejo y complicado que se mostró quedado y evitó que Emilio de Justo cumpliera con su labor de forma vistosa. Una faena de muleta con pases sueltos le obligó a matar de manera breve. Silencio.
El sexto y último toro de la feria fue para Francisco Cortéz, quien lo recibió con una larga cambiada de rodillas y verónicas en la misma posición. Avanzó ya de pie con verónicas y chicuelinas. Realizó el tercio de banderillas con gran calidad y emoción en los tendidos. La muleta fue de menos a más pases por alto de rodillas y gran variedad de tandas por ambas manos; se adornó con manoletinas y molinetes en los medios para luego torear cerca de querencia por exigencia del toro. Un estoque certero que lo hizo soportar una dura voltereta le hicieron acreedor a una oreja y fuerte petición de otra.
Ambato (Ecuador), lunes 24 de febrero de 2020. 2ª de Feria. Tres cuartos de plaza.
Toros de Peñas Blancas, de correcta presentación y variado juego.
El rejoneador Óscar Borjas, vuelta y oreja.
Emilio de Justo, que sustituía a Antonio Ferrera, dos orejas y silencio.
Francisco Cortés, vuelta y oreja.