MÉXICO

Dos orejas tras una personal faena de Antonio Ferrera en La México

Gran tarde y triunfo de Antonio Ferrera. Voluntad de Saldivar y Silveti, con el mejor lote, volvió a demostrar el nivel en el que se encuentra.

Antonio Ferrera durante su actuación este domingo en la Monumental de México

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Abrió plaza el hispano Antonio Ferrera, elegantemente vestido de berenjena y oro, con su suave y terso capote. De igual manera estuvo con la muleta y desafortunadamente pinchó tres veces antes de usar la espada corta para escuchar un aviso.

Ante su segundo, su picador Alfredo Ruiz pegó un gran puyazo y cortésmente Ferrera lo hizo saludar en el tercio. Con la muleta, Antonio supo sacarle suaves muletazos a base de aguante y consentir mucho a su enemigo que terminó por ser su colaborador. Si acaso podría criticarse que doblada mucho el torso pero el objetivo era darle más dimensión a sus muletazos. Dejó el estoque sobre la arena para torear sentidamente por ambos lados. Faena diferente y con mucha originalidad de su autor. Mató de entera y siguió el toro embistiendo. El despistado Juez Jorge Ramos “Ramitos” le dio dos orejas e inexplicablemente no le concedió ningún honor al toro. Otra vez los jueces parecen novatos. Aquí debería actuar la Comisión Taurina. En la Alcaldía Benito Juárez nadie protege al público.

El nacido el Teocaltiche arraigado en Aguascalientes, Arturo Saldivar salió vestido de marino y plata y tuvo el acierto de brindarle a Francis Wolf, el filósofo francés que protagoniza el documental que se estrenara el próximo viernes en esta Ciudad: “Un filósofo en la Arena”. Poco pudo lucir ante un toro reservón que reculaba. Mató de un pinchazo hondo y afortunadamente el toro se echó. Se fue a la barrera escuchando silencio.

Ante el quinto no pudo lidiarlo porque se inutilizó en banderillas y el Juez tardó mucho en tomar la sabia decisión de apuntillarlo. Tuvo que regalar un toro de Xajay que salió muy complicado y se mostró digno ante un burel que pegaba derrotes y se le ponía con los pitones engatillado. Resolvió el asunto y terminó la tarde saliendo por su propio pie. Lo fue muy gallardo y reconocido por el público.

El torero la Dinastía Silveti, Diego, vestido de celeste y oro, ante su primero,  se pasó por la cintura en un ajustado quite por saltilleras que causó gran comunicación al tendido; con la sarga no estuvo a la altura de su toro y se le fue para arriba. Apenas logró pegarle algunos buenos muletazos pero no acabó por entenderlo ni dominarlo.

Ante su segundo, volvió a lucir de capa en otro quite por gaoneras, pero al tomar la muleta regreso a sus andanzas. No estructurar faena ni dejar los pies fijos. Si acaso pego un par de buenas tandas. Al percibir que se le iba el triunfo, le dio por pegar por muletazos por alto un toro que necesitaba una muleta baja y poderosa. Diego nunca lo entendió y fue aparatosamente levantado cayendo de cabeza en la arena. Gallardamente se levantó y se deshizo del toro. Pasó a la enfermería con una aparente cornada en la pantorrilla y un fuerte golpe en el cuello. Ojala él sus apoderados le ayuden a entender el toreo y no solo dedicarse a sonreírle al tendido. Que su carisma y comunicación al tendido, no la tiene ningún toreo mexicano.

Ciudad de México (México), domingo 27 de enero de 2018. 13ª de la Temporada Grande. Un quinto de plaza.

Toros de

, bien presentados y de juego manejable pero bajo de raza. El mejor, el cuarto, fijo, bravo y noble. Un sobrero de regalo de Xajay, bravo y complicado.

Antonio Ferrera, saludos y dos orejas.

Arturo Saldívar, silencio y saludos.

Diego Silveti, silencio, silencio y ovación.