11ª FERIA DE FALLAS

Épica y entrega de Colombo en el barrizal de Valencia

El venezolano cortó la última oreja de la Feria de Fallas. Ferrera pinchó una notable faena.

Jesús Enrique Colombo durante su actuación este lunes en el último festejo de las Feria de Fallas

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Falló el público en el día grande de Valencia. Tras días de grandes entradas, en la festividad de San José la plaza de toros de la calle Játiva sólo se ocupó en su mitad. Sustitución de por medio, un día laborable fuera de Valencia, el mal tiempo reinante sobre la capital levantina… todo estuvo a la contra antes de que rompiese el paseíllo.

Antonio Ferrera se las vio en primer lugar con un castaño que pasó de puntillas por los primeros tercios. Como ya ocurriera en Olivenza, el diestro extremeño declinó protagonizar el tercio de banderillas. Suena a descanso rehiletero. Después, el toro de Victoriano del Río tuvo más movilidad que entrega en la faena de muleta. Se puso Ferrera por los dos pitones, pero a pesar de la firmeza mostrada, el animal nunca quiso seguir con celo y humillación el engaño. Cuando el torero vio que el lucimiento era poco probable se fue tras de la espada. Una estocada en el rincón cobrada de forma hábil terminó con el toro.

Se gustó Ginés Marín en el recibo a la verónica a su primer toro. Mecido el capote y arrebujada la media de remate. Después hubo pique de quites. Colombo por chicuelinas y respuesta de Ginés con medio capote vuelto. Tan ceñido que acabó volteado. Espoleado por la paliza, se incorporó para hilvanar otro quite también por Chicuelo. Muleta en mano y bajo la lluvia que comenzaba a caer, el ‘victoriano’ aguantó solo dos tandas. Ginés corrió la mano con largura, firme la planta. Una serie por cada pitón. Pero después el animal redujo revoluciones y, pese a la voluntad del jerezano, la faena no terminó de rematarse. Tampoco lo vio claro ni con la espada ni con el descabello.

Con la tarde metida en agua definitivamente saltó el tercero de Victoriano del Río para Jesús Enrique Colombo. El venezolano sustituía al local Román. Una cogida en esta plaza el pasado año le dejó sin alternativa en Zaragoza. La empresa tuvo el detalle de devolverle la oportunidad perdida. Colombo se llevó una fuerte voltereta al intentar un tercer par al violín de dentro a afuera. El pitón señaló la cadera en el topetazo y después en el gemelo izquierdo en un segundo derrote en el aire. Aguantó el dolor el joven torero y siguió en el ruedo para hilvanar una faena voluntariosa, muy por encima del descastado juego de su oponente. Siempre intentando abrir los caminos de un astado que tendió a ir acortándolos. Con lo que no falló fue con una de sus especialidades, la espada, con la que mostró que sigue siendo un cañón. La oreja premió la entrega puesta.

La faena de la tarde llegó con el cuajado cuarto. Un toro que se atemperó tras su paso por el peto y llegó embistiendo con gran clase y ritmo a la muleta de Antonio Ferrera. El extremeño se explayó en una faena larga que comenzó a media altura para ir después bajando la mano poco a poco. Todo muy acompasado y templado, sin casi tirones. La versión más sentida de Ferrera salió flote con un toro ideal para ello. Una tanda al natural con la derecha, por trazo y resolución, fue la cima del trasteo cuando éste ya concluía. Pero un pinchazo y una estocada casi entera que necesitó de varios golpes de descabello rebajaron el premio final a la ovación final que saludó Ferrera. Lo que no se entendió fue el pañuelo azul para premiar con la vuelta al ruedo al toro de Victoriano del Río. Hasta el final, el palco y sus moradores no han tenido ni criterio ni norte para tomar decisiones.

Cuando asomó el quinto por chiqueros el diluvio era incesante y el estado del ruedo estaba cercano a convertirse en un auténtico lodazal. El toro del hierro madrileño sacó movilidad en todos los tercios pero su gobierno fue muy complicado por culpa de las inclemencias meteorológicas. Ginés tiró de valentía y arrojo para intentar levantar una faena que tuvo momentos de interés por la emoción que deparaba las condiciones de la lidia. Resultaba realmente complicado intentar un mínimo de temple con unos engaños totalmente humedecidos y pesados. Otra ovación premió lo realizado por Ginés.

Se intentó recomponer ilusoriamente el ruedo antes de que saltase el sexto. Dejó de caer la lluvia pero el ruedo era una pista de patinaje sobre el barro formado. El astado del hierro madrileño fue otro toro bajo de raza siempre en huida de la batalla que le planteó Colombo. Sin importarle el estado del ruedo, intentó buscarle las vueltas a base de entrega y una férrea voluntad de triunfo. La oreja cayó caída y la presidencia no accedió a conceder la oreja que fue pedida. La vuelta al ruedo fue el premio final.

Valencia, lunes 19 de marzo de 2019. 11ª de Feria. Tarde. Media plaza.

Toros de 

, bien presentados aunque de distintas hechuras y remates. También hubo desigualdad en el juego ofrecido, con más movilidad que casta y entrega. Destacó la nobleza enclasada y rítmica del cuarto, premiado con la vuelta al ruedo.

 Antonio Ferrera, silencio y silencio tras dos avisos.

Ginés Marín, saludos tras aviso y saludos.

Jesús Enrique Colombo, oreja y vuelta tras aviso.

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