4ª FERIA DE LOS REMEDIOS

Francisco de Manuel prosigue su remontada triunfando en Colmenar Viejo

El madrileño abrió la puerta grande en un festejo marcado por la mansedumbre del encierro de Zacarías Moreno.

Francisco de Manuel en su salida a hombros este martes en Colmenar Viejo

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Suyo fue el triunfo en la Copa Chenel 2022 y el honor de abrir la última puerta grande de la temporada pasada en Las Ventas en la Corrida de la Hispanidad. Este 2023 debía ser el del intento de asalto a la parte alta del escalafón. Pero la temporada de Francisco de Manuel se había encasquillado tras un paso en falso en la pasada Feria de San Isidro. Cuando comenzó agosto, su temporada no llegaba a la decena de festejos en ruedos europeos.

Pero una oreja en el festejo del día de La Paloma en Las Ventas y su triunfo este martes en Colmenar Viejo en un cartel de figuras, hablan de la remontada de Francisco de Manuel en este mes.

El triunfo llegó en el sexto después de cinco capítulos previos marcados por la mansedumbre y la flojedad de remos de una corrida de Zacarías Moreno para olvidar.

Ese sexto, que banderilleado perfectamente por Juan Carlos Rey para disfrute de sus paisanos, fue el único toro que embistió con casta y transmisión a la muleta de un De Manuel que fue todo disposición. Hubo ligazón por el pitón derecho, por donde trazó los mejores muletazos de un trasteo con algunos altibajos cuando se amontonó por momentos fruto de la ansiedad por el triunfo. Pero un final por manoletinas y un espadazo contundente elevaron al conjunto al premio de las dos orejas que pidió un público defraudado por lo visto hasta ese momento.

Anteriormente se las vio en primer lugar con un ejemplar de pajuna nobleza. El madrileño, con ese punto tenso de estética que posee, nunca estuvo a gusto con su oponente y fue molestado por el viento para más inri. Lo avío de algo más de media tendida previo pinchazo.

Más volumen que cara trajo el primero de Zacarias, un animal al que pronto se le vio que el depósito de casta estaba bajón mínimos. Manzanares se los sacó a los medios, terrenos que pesaron mucho al toro. Ya más cerrado en tablas, la labor del alicantino no pasó de voluntariosa con ese momento de desconfianza por el que atraviesa. Con la espada lo vio aún menos claro. Un horrendo espadazo que hizo guardia y un bajonazo infame dijeron por concluida la primera actuación de Manzanares.

Menos opciones dio el deslucido cuarto, que embistió descompuesto y sin celó. Y aún más desconfiado estuvo el torero, que dejó una pobre imagen tanto con la muleta como después con la espada.

No dejó buenas vibraciones en los primeros tercios el primero del lote de Andrés Roca Rey, un ejemplar lavadito de cara y manso como él solo. Hizo un extraño al tomar por primera vez el capote para a continuación estar remiso a la hora de entrar al caballo. Paciente el peruano, estructurando la faena con cabeza. Primero, metiendo en el engaño al toro a base de encelarlo con firmeza y toques oportunos. Después, una parte mollar con tandas de largo y templado trazo, especialmente por el pitón derecho, por dónde fue más claro el toro. Y una final de cercanías donde terminó de exprimir las ya cansinas embestidas del de Zacarías. Pero un alevoso bajonazo que provocó derrame nunca pudo ser el pasaporte para que se concediese una oreja de ínfimo valor.

Otro horrendo bajonazo dejó para concluir una insustancial y tropezada labor ante el deslucidísimo quinto, con el que se dio poca coba.