FERIA DEL TORO

Ginés Marín puntúa en un descafeinado final de feria en Olivenza

Ginés Marín cortó la última oreja del abono oliventino. Antonio Ferrera se la jugó sin premio final ante una “alimaña” de Victorino Martin.

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Se resintió la taquilla con la segunda ausencia de El Juli en esta Feria de Olivenza. Quedó en media plaza lo que iba camino del lleno para ver el duelo entre el diestro madrileño y Ginés Marín. Tampoco levantó interés la sustitución de Ferrera después de haber trenzado el paseíllo en el festejo matinal de este domingo. 

Abrió plaza un toro de Zalduendo estrechito de sienes que enseñaba las palas por delante. Tuvo la buena condición de humillar pero le faltó mayor inyección de casta y fortaleza de remos para aguantar la lidia completa. Ferrera estuvo solvente y templado con él. Todo muy a favor del toro. Una tanda por cada lado, por hilván y limpieza, fueron el techo de una labor correcta sin más. Ni el torero apretó el acelerador ni el toro hubiese tenido motor para aguantarlo. Se llegó a echar tras dos pinchazos.

Bajo el listón del trapío con el pobre segundo de Garcigrande. Lo mejor de Ginés se vio pronto. Lo bordó en varias de las verónicas del saludo capotero y en un posterior quite por el mismo palo. El toro tuvo intención siempre de meterse por dentro y no terminó de entregarse a un fácil Ginés. El espadazo, contundente y en la yema, elevó la faena a la oreja que paseó el torero.

El Victorino que hizo tercero se llevó una ovación de salida sin ser tampoco nada del otro mundo. El problema es cuando el otro mundo es demasiado chico y las comparaciones, odiosas. El cárdeno fue el típico toro tobillero de la ‘A coronada’. Le costaba un mundo romper hacia adelante y siempre estuvo más pendiente de la anatomía de Ferrera que de los engaños que éste le presentaba. A punto estuvo de llevárselo por delante en una tanda al natural. Después del susto, llegó la tanda más meritoria a base de poder al toro sobre las piernas. Fue en redondo, por donde el astado era más complicado. De ahí el mérito del torero. Numerosos pinchazos se llevaron la opción de puntuar a Ferrera.

El cuarto también lució el hierro de Victorino. Mismo pial pero distinta tipología, remate y comportamiento en comparación con el anterior toro. Éste tuvo nobleza pajuna, llegaba siempre dormido a las telas de Gines pero sin la maldad del tercero. Estuvo resolutivo el torero, incluso corrió la mano con solidez al natural. Un espadazo al encuentro tuvo tanta travesía que hizo guardia. Después llegaron dos pinchazos y otros tantos descabellos. La ovación final premió la disposición del torero.

Ferrera puso el corazón en un puño a la plaza en el inicio de faena al quinto de Domingo Hernández. Perdió pie el diestro y al intentar levantarse a punto estuvo de ser arrollado a la altura del pecho. Resolvió el trance el extremeño rematando el saludo muletero de rodillas. Tuvo codicia el toro de la ganadería charra y siempre quiso que todo se lo hicieran por abajo. Ferrera se explayó en una faena larga y abundante que no terminó de explotar pese a la limpieza del conjunto. Todo acabó yendo a menos. Un espadazo suelto necesito de un golpe de verduguillo. La ovación que saludó el torero sonó a reconocimiento por la tarde echada y al esfuerzo de la doble comparecencia en un mismo día.

Para que todos lo festejos de la feria tuviesen su ración de lluvia, las nubes descargaron con fuerza en el sexto, un toro rajado y de nulas opciones de Zalduendo ante el que abrevió Ginés Marín. 

Olivenza (Badajoz), domingo 4 de marzo de 2018. 5ª de Feria. Vespertina. Media plaza.

Toros de Zalduendo (1º y 6º), humillador pero de carrete justo uno y el otro manso y sin opciones; Garcigrande (2º), sin terminar de romper; Victorino Martín (3º y 4º), complicado el primero y descastado y sin entrega el segundo de ellos; y Domingo Hernández (6º), encastado y con entrega humillada.

Antonio Ferrera, que sustituía a El Juli, silencio, saludos tras dos avisos y saludos tras aviso. 

Ginés Marín, oreja, saludos tras aviso y silencio.

Incidencias: Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de los ganaderos fallecidos Victorino Martín y Domingo Hernández.

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